CORREPI

Mientras el peronismo de la Provincia de Buenos Aires debate si es más candidateable la mujer de Kirchner que la de Duhalde, el que parece un número puesto para ambos sectores es el 'interventor' en la ciudad de Buenos Aires, Juan José Alvarez. Nadie, ni desde las filas duhaldistas ni de las filas del felipismo K, cuestiona la 'capacidad' de Juanjo para ser senador nacional por la provincia.

Con la salvedad del antipiquetero D' Elia, cuyo sector ortodoxamente transversal aspiraba a una banca (¿el funcionario de Patria Libre Jorge Ceballos quizás?) la realidad de la candidatura de Juanjo trae como valor agregado que renovaría por varios años su inmunidad parlamentaria. Y en el caso de Juanjo esto no es un simple adorno de la banca. Está por ir a juicio oral la masacre del Puente Pueyrredón, y aunque en el banquillo de los acusados sólo habrá policías, de la sentencia debería surgir la responsabilidad penal de don Juanjo, quien fue el conductor político e institucional del operativo represivo, en el que la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura actuaron junto a la bonaerense para bañar de sangre la protesta de los desocupados organizados por izquierda.

Ha sido siempre aspiración del campo popular desenmascarar la responsabilidad del gobierno de Duhalde en la muerte de Santillán y Kosteki. Para el poder, la 'cosa' debe circunscribirse a un comisario 'loquito y suelto' y a unos pocos policías 'sacados'. Debe ocultarse que fue un plan orquestado desde el seno del poder. El ministro de la represión de Duhalde es el actual candidato a senador del consenso entre kirchneristas y duhaldistas. El gobierno de los 'derechos humanos', en todas sus vertientes, ya eligió candidato.