Argentina: La lucha continúa
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La Asociación de Trabajadores del Estado
(ATE) inicia un paro contra el plan económico del gobierno
PL
Los empleados afiliados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE)
iniciaron hoy un paro nacional, en reclamo de incrementos salariales y contra la
política económica del gobierno.
La paralización de actividades, que comenzó a partir de la medianoche, incluirá
movilizaciones en todas las capitales de provincia y una marcha hacia la sede de
la Jefatura de Gabinete en Buenos Aires.
Los estatales no pueden seguir siendo la variable de ajuste frente a las
exigencias del FMI, el cumplimiento con los bonistas y la deuda, mientras
soportan una escalada inflacionaria que provocó la pérdida del 30% del poder
adquisitivo, denunció la ATE.
En un comunicado difundido la víspera, el gremio demandó un inmediato aumento de
sueldos y el cese del trabajo en negro (sin contrato legal) en el Estado, entre
otras reivindicaciones, por lo que dispuso la realización de protestas en todo
el país.
La agrupación fustigó recientes declaraciones de las autoridades económicas,
'que atribuyeron a cualquier mejora en las mensualidades la posibilidad de un
colapso de la actual receta económica'.
Condenaron, asimismo, las afirmaciones de algunos funcionarios de la
administración del presidente Néstor Kirchner, según las cuales los movimientos
sindicales y de jubilados son los causantes de la escalada inflacionaria.
De esas posturas, subrayó el texto, se desprende que se ha priorizado el ingreso
de los acreedores al canje de la deuda externa, 'lo cual significa reiterar las
políticas de Hacienda que, anteriormente, sumieron al país en recesión'.
La ATE explicó que el crecimiento de la economía debe realizarse a través del
incremento del consumo, lo cual, advirtió, sólo puede lograrse con una
modificación de la matriz distributiva que coloque el haber mínimo por encima de
los 760 pesos (262 dólares).
El gremio insistió en la necesidad de elevar los salarios a todos los estatales
y jubilados para compensar en algo la pérdida del poder adquisitivo de los
argentinos desde el fin de la ley de convertibilidad (paridad cambiaria entre el
peso y el dólar).
En abierta crítica al discurso gubernamental indicó que hablar sobre la
construcción de otra Argentina no debería quedar en un eslogan, porque la
sociedad reclama la intervención oficial en las políticas públicas de salud,
educación y previsión.
Esas carencias no pueden resolverse con trabajadores que perciben 600 pesos
(unos 200 dólares), cuando la canasta familiar superó los 1.580 pesos (545
dólares), concluyó.