Argentina: La lucha continúa
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El ferrocarril una cuestión nacional
1º de marzo – Día del Ferroviario
Juan Carlos Cena
Hay miles y miles de hombres
Que solo conocieron la derrota
Pero lo que no conocieron
Fue el deshonor
John William Cooke
Día olvidado. El olvido, aún mantiene el campo conquistado sobre la memoria en
este simbólico 1º de marzo: Día del ferroviario. Dura lucha es la de los
memoriosos ferroviarios empecinados por hacer recular a ese vacío, llamado
olvido, primero en la cabeza de los nuevos ferroviarios y luego en la sociedad.
Hoy es un día de nostálgica recordación para los ferroviarios veteranos, que
engrosan el ejército de desocupados y jubilados. 85.000 ferroviarios a la calle
y el ferrocarril saqueado, desintegrado, anulado, pasto de comerciantes y
corruptos, políticos y gremialistas cipayos.
Es un día triste en esta larga diáspora, a pesar de ello, los ferroviarios,
recuerdan lo que fueron y lo que fue el ferrocarril aquel, el deficitario. El
recuerdo regresa en ese ¿té acordas? Momento en que da su primer paso en busca
de la memoria, el primer tranco dado para ganarle al olvido. Una de las
características de los ferroviarios fue siempre su terquedad. Pero dable aclarar
que, trabajar en el ferrocarril, no es lo mismo que ser ferroviario.
El ferroviario incorporó en su Ser al Objeto ferroviario como su Sujeto: el
ferrocarril era de él, pero no como una propiedad privada, sino porque él era
parte del ferrocarril, no estaba añadido, adosado, sino incluido; el ferrocarril
y él constituían un conjunto integrado. Caminar por las playas de maniobras o
recorrer sus rincones, era como recorrer el patio de tu casa.
Somos como nuestros hermanos aborígenes, donde el árbol (objeto) es el sujeto,
donde ellos son la naturaleza y no están sobre ella. Nosotros los ferroviarios,
somos el ferrocarril, no estamos sobre él.
La historia de los ferroviarios es una historia de lucha, de abnegaciones,
sacrificios, rebeldías, muerte y desapariciones. Desde sus inicios el movimiento
obrero ferroviario fue duramente reprimido. Nunca lo doblegaron. Todos los
gobiernos de todos los signos trataron de sujetar y domesticar a los
trabajadores ferrucas.
Nunca lo lograron desde 1888 a la 1896 la primera huelga masiva contra los
ingleses, o la del 6 de enero de 1912 con 52 días de huelgas. 7000 ferroviarios
enfrentaron a las 18 empresas británicas, y así, hasta el advenimiento del
gobierno peronista, donde son movilizados militarmente en 1950, donde Eva Perón
concurre a talleres Remedios de Escalada para disuadirlos, no logrando tal
cometido.
Muchos de esos compañeros que le dijeron no a Eva, más tarde, en 1955,
integraron la Resistencia Peronista. Eran jóvenes peronistas en esa huelga, pero
tenían metido dentro de su ser la pertenencia: la de corresponder a la clase
obrera. Luego, después de 1955, represión, movilización, Plan Conintes en
tiempos de Frondizi. Dura huelga resistente de 42 días contra el primer intento
de desguace ferroviario de la mano del general Larkín.
La dictadura de Onganía militarizó a los ferroviarios mediante el decreto 5324,
todos teníamos grado militar. La repuesta obrera fue la formación de las
Comisiones Clandestinas Ferroviarias, y así, resistiendo todos los intentos
represivos.
La dictadura militar genera un vacío generacional entre los ferroviarios,
compañeros desaparecidos por todo el territorio, se instala el terror, a pesar
de ello los ferroviarios nunca dejaron de luchar. Tafí Viejo fue el lugar más
golpeado.
El regreso de las democracias relativas encuentra a la sociedad en su conjunto,
al decir de John William Cooke, blanda. Los factores de poder adueñados y
consolidados dentro del aparato del Estado cometen el desguace del ferrocarril.
Primero son los intentos de Alfonsín de la mano del eficiente Terragno y, luego
Menem, con toda la iconografía peronista y el embuste cierra los ferrocarriles y
expulsa a 85.000 ferroviarios a la calle.
Con el ferrocarril desintegrado, más los ferroviarios expulsados, el sistema
comete en un mismo acto un gigantesco Ferrocidio.
Así las cosas, hoy 1º de marzo podemos decir que nuevamente los ferroviarios se
van erectando. Nuevas luchas, mismos patrones, traidores de todo los pelajes,
cipayos globalizados, intelectuales progress recontraconvertidos, otros
reciclados, algunos sancionado judicialmente por un premio mal habido,
profesionales almaceneros, y así: la mediocridad se instaló y nos cubre. Como
dijera el poeta Roque Daltón: No hay héroes posibles cuando la tempestad ocurre
en un oscuro mar de mierda.
1º de marzo del 2005, tiempo surcado por las luchas que comenzaron en el siglo
XIX. Más de cien años, tiempo que les costó a los explotadores pretender
domesticar la rebeldía ferroviaria, no pudieron. Todo germina de nuevo, la clase
obrera y los ferroviarios en forma particular, que en su dimensión dialéctica,
siempre renacen de sus cenizas demostrando que no hay un fin, sino un recomienzo
más dinámico. Dando así la repuesta más rotunda a ideólogos oficiales y
reconvertidos y a la cobardía intelectual de algunos.
Para terminar homenajeo a mis compañeros, en este día, con César Vallejo de su
libro: España aparta de mi este cáliz.
Solía escribir con un dedo grande en el aire:
'¡Viban los compañeros! Pedro Rojas',
de Miranda de Ebro, padre y hombre,
marido y hombre, ferroviario y hombre,
padre y más hombre, Pedro y sus dos muertes.
¡Viban los compañeros
a la cabecera de su aire escrito!
¡Viban con b del buitre en las enseñanzas
de Pedro
y de Rojas, del héroe y del mártir
Correo electrónico: ferroprensa2004@yahoo.com.ar
* Juan Carlos Cena es integrante del Mo.Na.Re.FA.