Argentina: La lucha continúa
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Como funciono el sistema nacional de represion -S-N-R.- (Parte V)
Elena Luz González Bazán
Argenpress
'Donde quiera que falte justicia se la puede hacer a sí mismo
el oprimido y agraviado'
Fray Bartolomé de las Casas - 1520
El Sistema Nacional de Represión no fue un exceso, poder desmentir esta falacia
ayuda a poder recuperar la memoria colectiva, la identidad nacional y conocer
esa otra historia que está sumergida. Buscando entre papeles, releyendo
documentos y analizando los objetivos de ese Sistema, la verdad asoma con fuerza
desde las catacumbas del silencio y el ocultamiento. La fuerza de la verdad sale
desde esas profundidades donde fue enterrada para evitar contar la otra
historia, la verdadera.
El juicio a las juntas que juzgó a militares individualmente, pero nunca a las
instituciones militares y de seguridad, ni a sus políticas de excesos genocidas
implementadas por esas instituciones. Eran instituciones del Estado, había que
diferenciar. El Estado y los organismos de los cuales dependen, son cuasi
sagrados. Este es otro gobierno, pero el Estado es el mismo, solo el ropaje es
distinto. Por eso la aparición de las leyes de salvataje de la obediencia debida
y el punto final, los indultos, sumado al ocultamiento de la planificación
perversa que devenía de toda una política de Estado.
El consignismo que bajaba desde los estamentos del gobierno 'democrático' sin
argumentación, pero si en forma metódica y permanente, colaboraron para que en
estos años la sociedad creyera o quisiera creer que no todos eran responsables.
Y se repitiera lo del terrorismo de Estado como otra consigna vacía y, no se
intentara desnudar la naturaleza intrínseca de este fenómeno cruel que fue el
terrorismo que bajaba desde el Estado.
Como dice el catalán Joan Manuel Serrat: no es dura la verdad, lo que no tiene
es remedio...
Se habla de los 30.000 desaparecidos como una consigna, y no se busca la
verdadera naturaleza de las causas de su desaparición. Han pasado 29 años y se
siguen repitiendo consignas que no calan en la sociedad, que no colaboran para
hacer comprensible el proceso de las dictaduras militares en nuestro cono sur,
en nuestra América. No son momentos o fechas, solamente, son procesos históricos
que tienen que ver con otros objetivos impuestos desde otros espacios, se
entiende mejor la historia de 'afuera' que la de nuestro país. Y esto no es
casual es parte de lograr enmudecer esa verdad que ya no tiene remedio, pero sí
merece justicia.
Treinta mil desaparecidos, 10.000 presos políticos, 10.000 asesinados en
supuestos combates, 500 niños apropiados, 40.000 millones de deuda externa
contraída por la dictadura, desindustrialización del país, altos índices de
desocupación y subocupación, elevadas tasas de mortandad infantil, la vuelta de
pestes del siglo XIX. La Argentina fue un banco de experimentación para lograr
que los ricos fueron cada vez más ricos y los pobres fueron lanzados a la
indigencia y la muerte.
De los CCD - Centros Clandestinos de Detención a las fosas comunes, a los
cientos de metros bajo tierra y los mares sirviendo de ataúdes eternos. Unos,
con la convicción y la fortaleza de los forenses lograran ser reconocidos, otros
quedarán en su condición eterna de DESAPARECIDO. Figura no casual, el andamiaje
cierra en esta figura, en un número, en los traslados y el destino final. LA
IMPUNIDAD.
El 62 por ciento de los detenidos, y luego desaparecidos o luego liberados o
puestos a disposición del PEN - Poder Ejecutivo Nacional, fueron 'chupados'
durante la noche y generalmente de los hogares. El 24,6 por ciento fue en la vía
pública, el 7 por ciento de los lugares de trabajo, el 6 de los lugares de
estudio, el 0,4 de las dependencias militares o de seguridad. Hay 257
adolescentes desaparecidos según el NUNCA MAS.
En el caso de los presos las cifras arrojan estos guarismos:
4.029 personas detenidas menos de 1 año.
2.296 personas detenidas de 1 a 3 años.
1.172 personas detenidas de 3 a 5 años.
668 personas detenidas de 5 a 7 años.
431 personas detenidas de 7 a 9 años.
A esto hay que agregar que muchos presos dejados en libertad, luego fueron
'chupados' y hoy están desaparecidos.
Zona 5
Este comando estaba a cargo del Cuerpo de Ejército V, con asiento en Bahía
Blanca y jurisdicción sobre el sector sur de la provincia de Buenos Aires y las
provincias de Río Negro, Neuquen, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego.
Estaba dividido en 4 subzonas y 26 áreas.
Comando de Subzona 51: a cargo del 2º Comandante del Cuerpo de ejército V, con
asiento en Bahía Blanca y jurisdicción sobre los partidos de Adolfo Alsina,
Guaminí, Coronel Suárez, Saavedra, Puán, Tornquist, Coronel Pringles, Adolfo
González Chávez, Coronel Dorrego, Tres Arroyos, Villarino, Bahía Blanca y
Patagones, de la provincia de buenos Aires y los departamentos de Avellaneda,
Pichi Mahuida, 25 de Mayo, 9 de Julio, Valcheta, San Antonio, Adolfo Alsina y
Conesa, de la provincia de Río Negro.
Comando de Subzona 52: a cargo de la Brigada de Infantería de Montaña VI, con
asiento en la ciudad de Neuquen y jurisdicción sobre la provincia de Neuquen y
los departamentos de General Roca, el Guy Pilcaniyeu, Ñorquinco, Bariloche y 25
de Mayo de la provincia de Río Negro.
Comando de Subzona 53: a cargo de la Brigada de Infantería IX, con asiento en
Comodoro Rivadavia y jurisdicción sobre la provincia de Chubut y los
departamentos Lago Buenos Aires y Deseado, de la provincia de Santa Cruz.
Comando de Subzona 54: a cargo de la Brigada de Infantería Mecanizada XI, con
asiento en Río Gallegos y jurisdicción sobre los departamentos Corpen Aiken,
Güer Aike, Lago Argentino, Magallanes y Río Chico, de la provincia de Santa Cruz
y Tierra del Fuego. Fue creado en enero de 1980. hasta entonces integrada la
Subzona 53.
Por otro lado, la Organización de los Comandos de Zona.
El Orden de Batalla de los Comandos de Zona comprendía:
Los elementos orgánicos con responsabilidad operacional directa, esto era los
Comandos de Subzona y de las Jefaturas de Areas que les dependían orgánicamente
y de la Reserva del Comando de Zona, constituida ésta por fracciones de nivel
sección y/o grupos de distintas armas, servicios y tropas técnicas.
Y por otro lado los elementos orgánicos, propios o asignados, bajo control
operacional. Se trataba de otros elementos del ejército dependientes
orgánicamente del propio Comando de Zona o asignados a efectos: formaciones de
los cuerpos de ejército, elementos logísticos del mismo y otros, como fábricas
militares, de las fuerzas de seguridad: Gendarmería Nacional y Prefectura
Nacional, de las fuerzas policiales: Policía Federal y provinciales y servicios
penitenciarios: federal y provinciales.
Esta Responsabilidad Operacional era el Comando de Zona 7. Este comando tenía
tres Subzonas: 71,72 y 73 y la Reserva. Cada uno de los comandos tenía tres
áreas.
Bajo el control operacional estaban las fuerzas de Seguridad y Policiales.
En la zona V hubo 11 CCD y siempre teniendo en cuenta la cifra de 400 CCD puede
esta ascender a 26 CCD. La comprobación histórica, la búsqueda de la verdad nos
señalarán, en algún momento, donde estuvieron estos CCD y como fueron
repartidos, implementados.
Esta andamiada no fue casual, no fue efímero, los pasos dados tuvieron una
solvencia ideológica, política, una implementación práctica, y fue acompañada y
sostenida por parte de la sociedad civil, por los grupos de poder económico y
político. Ningún sector quedó excluido, fue arte y parte.
Las juntas militares que gobernaron autoritariamente el país, en esos años,
tuvieron todos los poderes y los utilizaron en forma indiscrecional. Hubo una
concentración de poder, sin contrapeso. Juzgaron no sólo la licitud, también la
moralidad pública. De los actos humanos, determinaron que era bueno y que malo.
Frente a este planteo no hubo defensa, ni el derecho natural ni la
autolimitación constitucional, ni la decisión popular, ni la moral entendida
como revelación divina, ni la división de poderes, ni el control de la prensa y
de la opinión pública.
No se respetaron investiduras de ningún tipo, ante la oposición la muerte, la
tortura, la desaparición, el terror. El campeonato mundial de fútbol de 1978 fue
utilizado como la pantalla de la dictadura y gran parte de la sociedad se
enloqueció.
En agosto de 1976 un supuesto accidente se cobró la vida de Enrique Angelelli,
obispo de la provincia de La Rioja. Siete años después Don Jaime de Nevares fue
uno de los pocos que se atrevió a decir que lo habían asesinado. Luego de una
celebración en La Rioja y un reportaje realizado, de Nevares sostiene que:
Efectivamente, además de Monseñor Angelelli hay innumerables muertos por pelear
por la justicia y la verdad.
'Después de conocer mejor las grandes dificultades que afrontó, desde dentro y
fuera de su Iglesia, las violencias ejercidas contra sus sacerdotes, sus
religiosos, también, físicos contra su persona, los ataques verbales, las
calumnias periodísticas, después de eso, y de estar ahora mejor informado de lo
que estuvimos todos los Obispos al principio respecto del presunto 'accidente',
y sabiendo, por mucho más que simples presunciones, quienes han provocado su
muerte...'
Esta declaración del obispo neuquino abrió la causa y recaratuló la causa de
'Muerte por accidente' a 'Homicidio'.
La labor pastoral de miles de curas y pocos altos prelados de la Iglesia
constituyen agua fresca en un mar de sangre. El compromiso pastoral con el
pueblo fue peligroso.
Con un oído en el Evangelio y otro en el Pueblo le costó a Monseñor Angelelli
engrosar una triste lista de muertos, la organización represiva supo donde debía
y como golpear. Nada fue realizado al azar.
Por eso Monseñor de Nevares nos alerta y se comprometía con el pueblo, sin
rodeos y con firmeza le contestaba a Harguindeguy y Martínez de Hoz ministros
del interior y economía de la dictadura, ante su 'preocupación' para que los
obispos sigan siendo obispos: La iglesia hoy no quiere volver al error del brazo
armado secular que la defendiera, los mártires en la Iglesia son una riqueza
para ella. De modo que lo liberamos de esa preocupación...'
'La violencia cuando es de los pobres, es un acto de
legítima justicia'
Documento de Medellín - CELAM - Conferencia
Episcopal de América Latina - 1968