Argentina: La lucha continúa
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El gobierno porteño impidio el cierre del
casino en puerto madero
Cuando las aguas bajan turbias
Argenpress
Aníbal Ibarra apuesta a no quedar afuera del negocio del juego. Adelantó que
apelará la orden de clausura del casino flotante anclado en la ribera porteña.
Su jefe de gabinete, Raúl Fernández, ya advirtió al juez Roberto Gallardo que
pedirá su desafuero.
Los aromas pútridos del incumplido saneamiento de las aguas del puerto de Buenos
Aires y las irregularidades que marcaron los destinos de la década menemista,
parecen inspirar a encumbrados dirigentes del kirchnerismo, seducidos no por las
bondades recreativas del casino flotante sino por los dividendos derivados de su
explotación. El reelecto gobernador de la ciudad fue el primero en cuestionar la
decisión del juez Roberto Gallardo que dictaminó el cierre del barco Estrella de
la Fortuna.
Con una velocidad poco común para la Justicia Federal, dos oficios a favor del
gobierno comunal impidieron la clausura pedida para el pasado jueves,
extendiendo el plazo para la presentación de un recurso de amparo hasta este
lunes próximo a las 11 horas.
El juez en lo contencioso administrativo y tributario, arbitró a raíz de la
denuncia iniciada por el abogado Ricardo Monner Sans en la que pidió se
investigue una serie de ilícitos ligados al barco Estrella de la Fortuna, entre
las que destaca una evasión cercana a 13 millones de pesos por ingresar de
contrabando al Río de la Plata, la rúbrica de un acuerdo entre Lotería Nacional
y el Instituto del Juego de la Ciudad de Buenos Aires violatorio de la
Constitución porteña, presunto canje de favores a cambio de pasajes aéreos para
funcionarios públicos, además de la selectiva licencia a un empresario
patagónico para la instalación de máquinas tragamonedas en el Hipódromo de
Palermo y en un segundo barco casino previsto en el mencionado acuerdo.
La ley del dinero
La indagaciones judiciales llevaron recientemente al juez Gallardo a la
inspección de dos embarcaciones en la que presumía la existencia de garitos
clandestinos, uno de las cuales estaría siendo remodelado a pedido de los
concesionarios del casino flotante.
Luego de los operativos en los barcos 'Missisippi River y 'Princes', la Cámara
del fuero confirmó la medida cautelar solicitada por el magistrado para
suspender la habilitación de un segundo barco de apuestas.
No obstante, el autor de la norma que aprobó el convenio entre la nación y la
comuna con el supuesto objetivo de generar recursos destinados 'al cumplimiento
de necesidades de bien común y el desarrollo social', Aníbal Ibarra, omitió
referencia alguna a los peligros posibles que ligan al juego con el lavado de
dinero y el financiamiento de la política.
Las leyes del recaudador se sustentan en los aportes al año de 3 millones de
pesos, que Cirsa la firma de capitales españoles dueña de Casinos de Buenos
Aires S. A. rinde al Estado.
Ya en noviembre de 2003 los diputados Alexis Latendorf y Patricio Echegaray
observaron que la promulgación de la ley 1182 convalidaría las prácticas
evasivas, la resolución 84/02 para la habilitación de un segundo barco casino,
además de resultar una abierta trasgresión del art. 50 de la Constitución
comunal que reserva para su exclusiva incumbencia todo lo relacionado con la
regulación, administración y explotación de juegos de azar, destreza y apuestas
mutuas.
Al respecto Latendorf explicó en su discurso parlamentario que el art. 50 no
admite la 'privatización o concesión salvo en lo que se refiera a agencias de
distribución y expendio'.
El acuerdo entre Lotería Nacional y la entidad reguladora de la Ciudad permitió
también variaciones de mercado en el mundo agenciero y que el casualmente
patagónico Cristóbal López abriera juego con el usufructo de las máquinas
tragamonedas, actualmente emplazadas en el Hipódromo de Palermo y a la dulce
espera del segundo barco salón de apuestas.
Black Aníbal
Otra piedrita en el zapato de Ibarra además de los 193 muertos de Cromagnón, es
la intimación al gobierno porteño para el retiro de los tragamonedas del
Hipódromo Argentino de Palermo.
Por eso la contraofensiva sobre Gallardo intenta disimular las sospechas que
apuntan hacia una investigación penal sobre el jefe de Gobierno, Aníbal Ibarra,
probablemente ligadas al proceso de asignación de permisos de explotación.
El Casino ubicado en la Dársena Sur, inauguró el 8 de octubre de 1999, cuando
Ibarra aún no estaba en funciones. Por entonces el gobernador porteño era su par
en la Alianza partidaria entre el FREPASO y la UCR, Fernando de la Rúa, quien se
opuso a la licitación en un intricado debate legal con la nación, sobre la
jurisdicción y los derechos de las aguas en las que estaría flotando el salón de
juego.
Por entonces, los diputados Nilda Garré, Mario Fadel, Dario Alessandro y Manuel
Martínez denunciaron el ingreso de contrabando y evasión de impuestos, merced a
la interpretación indebida del decreto 347/97 que exime el pago de tributos a
las importaciones temporarias, principalmente estipulado para facilitar el
ingreso y egreso de barcos pesqueros. No obstante, Cirsa logro un plazo
'temporario' de amarre de 15 años.
Los argumentos que expuso la comisión evaluadora para la aceptación de la ley
Ibarra 1185, fueron la situación práctica y el reconocimiento público por parte
de la Lotería Nacional sobre la jurisdicción de la Ciudad acerca del juego,
hasta ese momento en permanente interdicción. Algo así como blanquear una
situación de hecho.
No va más
Por el momento, los funcionarios habilitados para controlar el presunto lavado
de dinero proveniente de los juegos de azar son los miembros de la Unidad de
Información Financiera (UIF), un organismo completamente limitado por la escasa
la asignación del presupuesto nacional y por infinidad de vericuetos
administrativos que les impide actuar de oficio. Por lo tanto, imposibilitado de
obrar por razones operativas a pesar de la predisposición e idoneidad de sus
funcionarios de carrera.
Así la pagina oficial de Lotería Nacional anuncia con tranquilidad, entre sus
productos, una réplica de las tradicionales naves casino que recorrían el río
Missisipi a fines del siglo XIX, con ancla junto a la Reserva Ecológica,
capacidad para 2500 personas, 600 máquinas de azar, 99 mesas de juego,
restaurante, buffet froid, estacionamiento y seguridad, bajo el cuidado de
expertos entrenados durante la represión de la última dictadura.