Argentina: La lucha continúa
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La Sip
Los desconocidos de siempre
Adolfo Márcovich
Argenpress
Somos pocos. ¿Nos conocemos bien? ¿O acaso somos muchos y nos desconocemos?
Este podría ser un interrogante válido para el núcleo empresarial que pretende
enmascarar una desembozada Libertad de Empresa montando el circo carnavalesco
sobre una Libertad de prensa acosada.
Los actores de la prensa, el periodismo, como sus recipientes, lector, oyente o
televidente, no ignoran la 'fachada de palo' con que un supuesto organismo
perora avasallamientos dictatoriales a la libertad de expresión, ha montado a
través de sus medios societarios tan hipócritas como cómplices.
Tampoco ignora el público, que en los regímenes mas democráticos invariablemente
surgen escaramuzas entre el poder y la prensa, como resultante de conflictos tan
atávicos como irresueltos en la relación poder-prensa, y asumiendo supuestamente
la existencia de confrontaciones, mal podríamos articular de que, la libertad de
prensa, se encuentre en estado de riesgo en la Argentina.
El colega cubano Ernesto Vera, nos ilustra acerca de los orígenes del secuestro
de la libertad de prensa en América, quienes fueron los complotados y donde y
como ocurrió, tanto para saber, quienes son los integrantes de la Sociedad
Interamericana de Prensa y cuales son sus reales objetivos.
En 1943, se funda en La Habana, la Asociación Interamericana de Prensa, en pleno
desarrollo de la Segunda Guerra Mundial y en un clima netamente antifascista. No
obstante, sostiene Vera, en poco tiempo de existencia del organismo, se
originaron serios enfrentamientos entre periodistas y agencias informativas
estadounidenses, hecho que suscitó inquietud entre el empresariado y gobierno
norteamericanos.
No podía faltar el epílogo al mejor estilo 'the american way of life'. En 1950,
tras una serie de reuniones en Nueva York, Jules Dubois y Joshua Powers, ambos
agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) junto a Tom Wallace, agente
del Departamento de Estado, fundan la SIP.
Juan Gargurevich, periodista investigador peruano, nos menciona que, el credo de
la SIP, consistió en estos axiomas básicos: un apoyo irrestricto a la política
internacional de los Estados Unidos, un anticomunismo macarthista y
antisoviético, una propuesta antisindicalismo, contemplando como amenaza
comunista a movimientos de reivindicación laboral alejados del modelo
AFL-CIO-ORIT y el liberalismo económico que rotula de 'izquierdista' a toda
tentativa de participación del Estado en la producción. Y así, toda campaña de
la SIP por la 'libertad de prensa', se enancó en estos postulados ideológicos.
El accionar de la SIP, se intensificó en 1977, en una brutal campaña contra la
UNESCO en ocasión del debate del Nuevo Orden Informativo, que denunciaba el
control de la información por parte de los países poderosos, la negativa de la
SIP a debatir sobre el derecho de los pueblos a información veraz, (Cumbre
Iberoamericana, Isla Margarita 1977), la sistemática negativa de visados a
periodistas, para asistir a congresos en los Estados Unidos, alegando supuestas
filiaciones comunistas, los constantes ataques a los gobiernos de Cuba y
Venezuela, a los que ahora sumó a la Argentina, y la 'fabricación' de
periodistas, columnistas y editores 'de salón' siempre galardonados por su
obsecuencia a medios representativos de oligarquías de entrecasa como
internacionales.
Es totalmente comprensible la existencia de organizaciones que defiendan su
libertad de prensa en su dimensión empresarial. Como es comprensible de que esas
mismas organizaciones nunca han garantizado los derechos de expresión y de
conciencia del periodista frente al propietario del medio, como tampoco
concedieron mucho derecho a réplica de ciudadanos agredidos y menos aún, jamás
defendieron el derecho de expresión como acceso del ciudadano a los medios.
Como bien lo afirma el colega Angel Rodríguez Alvarez, debemos saber quienes son
aquellos dirigentes de la SIP y que intereses representan. También debemos de
saber, que en el elenco de figurones, no hay uno solo que viva del ejercicio del
periodismo, y por último, debemos saber que la gran mayoría, sino la totalidad
del elenco de la SIP, redactó jamás una noticia de dos parágrafos!
Donde estaba la SIP entre 1976 y 1983, cuando 85 periodistas argentinos fueron
secuestrados, asesinados y desaparecidos por la trágica dictadura militar de
aquella época? ¿Donde estaba la SIP cuando la dictadura brasileña de Garrastazú
Medici asesino en los cuarteles del DOI CODI, -Servicios de Inteligencia
Brasileños, en Rio de Janeiro, al periodista y diputado Vladimir Herzog? ¿Donde
estaba la SIP cuando la letal dictadura chilena de Pinochet asesinó a tantos
trabajadores de prensa?
La SIP exhibe una hipócrita máscara de hormigón con la que se arroga y usurpa la
representación de periodistas (que nunca tuvo) cuyos derechos gremiales y
profesionales fueron pisoteados e inadvertidos toda vez que hicieron peligrar
las facultades de dueños de los medios para jugar en apoyo de los grupos de
poder.
No queremos concluir esta nota, sin arrancar del lector una sonrisa burlona y
perspicaz y un atisbo también de vanidad halagada y satisfecha. Esto ocurrió en
Panamá, el pasado sábado 12 de marzo. En reunión de su comité ejecutivo, la SIP
expuso su informe, sindicando a Néstor Kirchner, junto a los presidentes de
Cuba, Fidel Castro y de Venezuela, Hugo Chávez, 'como mandatarios que
representan un peligro para la libertad de expresión en el continente'. ¿Que
mejor halago? Somos pocos y nos conocemos, verdad