Argentina: La lucha continúa
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De contratos y contratados
Prof. Juan Carlos Sánchez
Argenpress
Si algo existe en el Estado Nacional, en los Gobiernos provinciales y en los
municipios, al igual que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, es la
proliferación de la modalidad contractual a plazo para la incorporación de su
personal.
Como bien decía Andrés en su artículo, esta invención se la debemos al Emperador
Carlos Iº de Anillaco y luego se extendió por el resto de las jurisdicciones,
con el fin de 'bajar' el gasto público mediante la evasión lisa y llana de los
aportes jubilatorios y de incorporar mano de obra en condiciones muy cercanas a
la existente desde mediados del siglo XIX...
En medio de las proclamas por 'un capitalismo en serio', nos encontramos con que
el primer empleador en negro es el propio Estado, quien sigue haciendo campañas
para que los empleadores declaren su personal. Es decir, sigue poniendo la paja
en el ojo ajeno, en lugar del propio.
Sin embargo, existe una situación crítica, más allá de lo que significa un
contrato en términos sociales, con respecto a los 2.300 contratados en la
Dirección de Deportes del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, quienes han
accedido a su empleo con motivo de la implementación de las Colonias de
Vacaciones y que, en general, estaban desempleados o tenían diferentes planes
sociales.
Desde luego, las condiciones de trabajo fueron precarias y sumamente complicadas
para personas que estaban sin empleo. Hasta debieron comprar sus útiles de
trabajo, como biromes y papeles, y pagarse su boleto para viajar hasta el lugar
en donde prestaban servicios pero ello no salió de su bolsillo, sino de quienes
les prestaron el dinero para estos menesteres.
Por supuesto, el contrato finalizó el 11 de febrero pasado pero, como no podía
ser de otra manera, comenzó otro calvario adicional: cobrar los salarios
estipulados. Hasta la fecha, luego que el organismo que hemos mencionado
remitiera las planillas a la Dirección de Contaduría, todavía no han percibido
sus haberes y se les ha informado que ello acontecería a fines de mayo.
Si estos trabajadores tuvieron que pedir el dinero prestado para cubrir las
necesidades básicas del servicio y su propia manutención durante su horario
laboral, esta demora perjudica sensiblemente sus intereses porque, a las claras,
sus salarios ya han sido gastados con anterioridad. Entonces, cabe preguntarse:
¿ Cuáles son las prioridades para el pago de salarios ? ¿ No se ha pensado en la
situación por la cual atraviesa la mayoría de ellos ? ¿ Se justifica este
retraso injustificable cuando existe superávit en el presupuesto porteño ?.
Evidentemente, al ser trabajadores sin posibilidades de ejercer legítimamente
sus derechos, debido a la precariedad de su vínculo, el Gobierno de la Ciudad
está incurriendo en un abuso gravísimo por cuanto los salarios tienen carácter
alimentario. De esta manera, se convalida la perversidad instaurada desde los
`90 en donde las prioridades son establecidas arbitrariamente y se deja de lado
al factor humano, como simple material descartable, en clave clientelista.
Tampoco se ha pensado en su situación, que amenaza con agravarse con cada día de
retraso en el cobro de sus haberes, por cuanto las redes burocráticas siguen su
curso en forma inmutable.
Sin dudas, lo peor de todo esto es la ausencia de justificación posible para
esta actitud del gobierno porteño por cuanto es sabido, como también harto
publicitado, el elevado superávit de su presupuesto, lo cual habla de las
intenciones de Ibarra y sus funcionarios.
Y debemos pensar en otra cuestión a futuro. Aunque todavía no está reglamentada
la Ley Nº 1502, sobre el cupo laboral del 5% que le corresponde a las personas
con discapacidad, podemos deducir de su texto que su incorporación será
realizada en carácter de contratado, hasta la sustanciación de los concursos
para la efectivización en planta permanente.
Esta condición impuesta por dicha norma, si tenemos en cuenta lo que está
pasando con estos trabajadores de la Dirección de Deportes, hace pensar en un
futuro sombrío para aquellas personas con discapacidad que logren incorporarse.
¿ También ellas deberán pasar por el mismo calvario ? ¿ Esa es la clase de
incorporación que están pensando para ellas ?.
En honor a la verdad, no sería nada extraño porque la intención es,
precisamente, desalentar el empleo público de las personas con discapacidad y,
al mismo tiempo, seguir ejerciendo la tutela clientelar que conocemos de
sobra...
De contratos y contratados... Siguen los conos de sombra sobre una gestión
ineficiente y con un alto grado de insensibilidad social y ahora parece que
también gusta de abusar de su poder...
Ojalá, muy pronto, podamos decir que esta problemática ha sido superada pero
estos hechos constituyen un severo llamado de atención para el colectivo de las
personas con discapacidad, cuyos integrantes ansían vivir con un trabajo estable
y digno y que seguramente no merecen un trato como el que hemos descripto, que
tiene la esperanza pero también los ojos muy abiertos frente a una hipocresía
social y estatal que no cesa...
También debería ser un llamado de atención para los funcionarios pues, según
parece, no han aprendido nada de Derechos Humanos pero eso sí: conocen muy bien
los propios...
* Juan Carlos Sánchez es Profesor de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales en
I.S.P.'Dr. Joaquín V. González'.