Argentina: La lucha continúa
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Instantaneas a 29 años del golpe de estado
Guillermo Lipis
A 29 años del cruento golpe de Estado de 1976, la Argentina sigue debatiéndose
entre su monumental deuda externa, la vigencia de los reclamos de justicia por
los desaparecidos, el castigo para los verdugos de la Nación, un alto índice de
desocupación, una fuerte revalorización de las políticas a favor de la
reivindicación de los Derechos Humanos y una gran cantidad de políticos que
siguen creyendo que en democracia sólo ellos pueden educarse, comer y curarse.
A pesar de ciertos esfuerzos por virar a favor de los reclamos de una sociedad
más justa y equitativa, aún:
- El 10% de los argentinos más poderosos reciben 26,3 veces más que el 10% más
pobre.
- Se producen alimentos para 250.000.000 de personas y un 50% de la población se
mantiene por debajo de la línea de pobreza.
- La principal exportación argentina, hoy, es la cáscara prensada de soja, lo
que en la nomenclatura aduanera se denomina 'deshecho alimenticio'. Como
contrapartida, la principal importación son los aparatos de telefonía celular.
Una clara ecuación de la continuidad de la política que supo ubicarnos como el
granero del mundo a cambio del desarrollo de los otros.
- Lamentablemente, y mal que nos pese a muchos, la política neoliberal de la
Escuela de Chicago fortalecida por los militares -incluso mucho antes del golpe
del '76- no nos abandonó.
¿Puede un Gobierno solo sostener y llevar adelante un proceso de cambio
cultural, político y macroeconómico? ¿Pretende realmente hacerlo? ¿Cómo operan
los poderes económicos instalados?
El canje de la deuda, por ejemplo, es un magnífico paradigma de decisión
política. Sin embargo, no sólo queda aún un largo trecho por recorrer para que
el FMI reconozca la salida del 'default' -aunque Kirchner y Lavagna ya lo hayan
anunciado- sino que cabría preguntarse, por ejemplo, porqué, antes de iniciar la
negociación, no se dedicaron a definir la deuda genuina. ¿A qué montos de
reducción hubiésemos llegado por ejemplo? Seguramente debiéramos pagar menos de
lo que se pagará por la deuda pública. No hay que olvidar la estatización de la
deuda privada hecha por el 'genio' cordobés -entonces funcionario de un gobierno
tirano- Domingo Cavallo; el mismo que junto a De la Rúa -entonces desde un
gobierno elegido popularmente- nos arrimó al precipicio hace apenas tres años
atrás.
A 29 años del golpe, alguna dirigencia sigue jugando con la vida de la gente.
El efecto Cromañón es un fiel ejemplo de cómo la política sigue supeditada a los
favores de los amiguismos en los puestos de responsabilidad sin pensar en una
gestión profesional o técnica a favor de los ciudadanos. 193 muertos hablan,
dramáticamente, por sí mismos más allá de cualquier referéndum que intente
salvar las ropas y el futuro político de unos cuantos.
Podemos sacar muchas fotos más, instantáneas de la realidad que nos toca vivir
en Tucumán con Barbarita y su desnutrición; en Rosario comiendo gatos; en
algunos campos con el trabajo cuasi esclavo por techo y comida a la hora de las
cosechas; en las minas, rasguñando las piedras; en las aulas por dos mangos con
cincuenta o en el insondable alma y el recuerdo de los desaparecidos.
Todos ellos miran la realidad como espectadores de una fotografía a la que
quisieran cambiar y no pueden. A 29 años, y más acá en la historia, hay muchos
que no pueden, aún, cambiar la escenografía de estas instantáneas que siguen
cohabitando este suelo argentino...