Argentina: La lucha continúa
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Lejos de las Metas del Milenio
Leonardo Gasparini
Clarín
En setiembre de 2000, los países del mundo firmaron las llamadas Metas del Milenio, cuyo primer objetivo era reducir a la mitad el número de pobres para 2015. Después de la crisis, el país bajó sus niveles de pobreza, pero, según el autor, se estaría muy lejos de las Metas. Y sostiene que es fundamental revertir el fracaso del crecimiento y el fracaso distributivo.
En setiembre de 2000, los líderes de los países del mundo fijaron las Metas
del Milenio. Se trata de una ambiciosa declaración de objetivos, que incluye
reducir la pobreza, mejorar la educación y la salud, lograr la igualdad entre
géneros y alcanzar la sustentabilidad ambiental. Como toda declaración
ambiciosa, las Metas tienen algo de voluntarismo, ingenuidad, ambigüedad, y
hasta de hipocresía. Aun cuando parte de estas acusaciones sean ciertas, la
fijación de las Metas ha tenido algunas consecuencias positivas importantes. En
particular, le ha dado un impulso significativo a la evaluación del desempeño de
un país en función de indicadores sociales (por caso, pobreza, asistencia
escolar, mortalidad), en lugar de exclusi vamente indicadores económicos típicos
(PBI per cápita, inflación).
La pobreza y la desigualdad ocupan hoy un lugar en la agenda de los gobiernos,
los organismos internacionales, los investigadores y la prensa, que no tenían
hace años. La fijación de las Metas, y su impulso por las Naciones Unidas y el
Banco Mundial, han contribuido, entre otros factores, a ese cambio.
El objetivo número uno de las Metas del Milenio consiste en "reducir la pobreza
a la mitad" entre principios de los 90 y el año 2015. Para las Naciones Unidas
esta es la primera vara contra la que se debe medir el éxito o fracaso de un
país. ¿Cómo está la Argentina en relación al objetivo 1 de las Metas? Las
estadísticas confirman algo que, sin hacer cuentas, la mayoría de los lectores
presagian. El país se encuentra lejos, quizás ya demasiado lejos, de cumplir con
la Meta en el año 2015. Sucede que la Argentina ha corrido en dirección
equivocada: a principios de los 90 la Meta el Milenio exigía bajar la pobreza,
medida según la metodología oficial, en cerca de 11 puntos (de 22,6% a 11,3%) en
25 años. No parecía en ese momento una empresa muy complicada. Hoy la pobreza es
de alrededor del 40%, lo cual implica la exigencia de reducirla en cerca de 30
puntos en apenas 10 años. Esta sí parece una tarea con éxito cuanto menos
improbable.
Pobreza en América latina
En promedio, en América latina el desempeño en términos de reducción de la
pobreza no ha sido elogiable. La pobreza de ingresos es hoy en la región
aproximadamente la misma que hace 15 años. Sin embargo, el promedio esconde
realidades muy diferentes. Mientras que la pobreza aumentó considerablemente en
la Argentina, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela, se redujo en varios países de
América Central, en Brasil, y en particular en Chile.
A principios de los 90 Chile tenía una tasa de pobreza alrededor de 4 veces la
de Argentina (definida a partir de una línea de pobreza internacional de 2
dólares por día a poder de paridad de compra). Hoy, la pobreza en el país
trasandino es significativamente inferior a la nuestra (alrededor del 75%
menor). Mientras que la Argentina está muy lejos de lograr el objetivo 1 de las
Metas del Milenio, Chile lo alcanzó en 2003, y la perspectiva es que lo
sobrecumpla ampliamente para 2015.
Otros vecinos han sido menos exitosos. Tanto Paraguay como Uruguay se han
movido, como la Argentina, en la dirección equivocada: la pobreza en ambos
países ha crecido significativamente, encontrándose hoy más lejos de la Meta del
Milenio que hace una década atrás. Brasil viene realizando progresos en términos
de reducción de la pobreza, aunque hasta ahora demasiado lentos como para
predecir el éxito en 2015.
Presente y futuro
La economía argentina viene recuperándose sostenidamente desde 2003. Acompañando
este proceso, la pobreza ha caído de manera importante. Mientras que durante el
primer semestre de 2003 el 54% de la población tenía ingresos por debajo de la
línea oficial de la pobreza, en el primer semestre de 2004 ese porcentaje bajó a
44%. Las encuestas del segundo semestre de 2004 seguramente arrojarán valores
inferiores. Una simple extrapolación de esta caída nos lleva al resultado del
cumplimiento de la Meta del Milenio dentro de sólo 3 años.
Lamentablemente, no hay razones para tanto optimismo. La pobreza se dispara en
toda crisis económica profunda, como la que vivió el país en 2001 y 2002. Cuando
la crisis se supera, la pobreza baja fuertemente en pocos años para situarse en
niveles aproximadamente semejantes a los de antes de la crisis. Esta ha sido la
experiencia en crisis anteriores, en la Argentina y en el mundo. La caída actual
de la pobreza (hasta ahora de alrededor de 10 puntos), es semejante en
naturaleza, aunque en escenarios diferentes, a la del período de estabilización
iniciado en 1991, en el que la pobreza cayó 20 puntos en apenas 2 años. Aún hay
margen para aplicar algún año más la extrapolación optimista del párrafo
anterior, pero una vez que lleguemos aproximadamente a los niveles de pobreza
del año 2000, la historia será distinta.
A partir de allí la pobreza bajará fuertemente sólo si se revierten los dos
fracasos que generaron su aumento en las últimas tres décadas: el fracaso de
crecimiento y el fracaso distributivo.
Sólo si la Argentina crece sostenidamente a tasas altas durante una década, y
sólo si logra integrar al proceso de crecimiento a la enorme franja de
trabajadores no calificados desplazados por las crisis y los cambios productivos
del pasado, entonces tendrá alguna chance de llegar a la Meta del Milenio.
Es difícil saber cómo hacer para correr a la velocidad (y en la dirección)
requerida, pero podríamos empezar por mirar qué hicieron quienes hace tiempo que
ya descansan en la Meta.