Argentina: La lucha continúa
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Masa y Poder Nueva Serie
PROKLA 2
(PROblemas de la lucha de KLAses)
Kirchner y el callejón sin salida.
Capitalismo flexible: canje de la deuda, inflación, latencia del QSVT.
"El 71% de los encuestados percibe que Argentina está gobernada
por unos cuantos poderosos en su propio beneficio"
(Latinbarómetro, 2005)
"La condición ideal para cualquier jefe de estado sería que cada año
aparezca un nuevo enemigo, odiado por la opinión pública,
aparentemente fuerte pero en realidad débil"
(N. Christie)
"La verdad cuando encuentra su nivel, flota"
(G. Paley)
"Todavía estamos en el infierno"
(Presidente Kirchner, 2004 y 2005)
Colectivo Nuevo Proyecto Historico
Canje de la deuda y acumulación del capital: el día del anunciado triunfo
antiimperialista del canje de los bonos defaulteados de la deuda externa, el
protocolo de la Casa Rosada (la sede del gobierno en Buenos Aires) escenificaba
mejor que cualquier "misce en scéne" al partido del orden burgués: en el Salón
Blanco se alineaban, a la derecha de Kirchner, la nueva fracción burguesa que
hegemonizó la expropiación violenta de plusvalor desde el 2001, allí sonreían
los capitostes de IRSA, Unilever, Volkswagen, Ford, Daimler-Chrysler, Arcor, AEA,
Ledesma, Roggio, Coto, las asociaciones empresariales del gran capital: UIA, los
lobos de la Bolsa, Sociedad Rural, asociaciones de bancos: ABA, ADEBA y los
cooperativos (Heller). A la izquierda del Señor, un poco incómodos entre tanto
Armani y Hugo Boss, se sentaban los líderes sindicales Moyano, Rueda y los
cuatro jinetes piqueteros del sistema, encabezados por D’Elia y Ceballos.
Radiografía impecable de la alianza precaria del nuevo bloque de poder que desea
eternizar la estabilización robada a la insurrección popular.
· El capital nacional no puede mantener su expansión sin créditos externos.
Kirchner ha debido guardarse su "Patagonia Rebelde" de Dubai 2003 y multiplicar
por cuatro su oferta inicial.
Es el "País en Serio" encarnado en los actores principales, la dramatis personae
del nuevo ciclo de acumulación. Contra la peregrina idea que el canje es una
suerte de valiente "autodeterminación política" (los fervientes republicanos de
los ’70 de "Página 12") o simplemente un arreglo maniqueo con los banqueros
omnívoros de siempre (izquierda a lo PO), este neopopulismo de corto vuelo tiene
raíces políticas internas y necesidades económicas más profundas pero profanas.
Y todas tienen que ver con el esquema de acumulación y su interrelación con el
mercado mundial. "The Economist", esa eminencia gris del mercado bursátil más
antiguo del mundo, con suspicacia denominó a la operación de canje de última
hora de K como "Screeching to the precipice", frenando justo al borde del
precipicio: claramente señala no la novedad de una exitosa picardía criolla de
Lavagna a Wall Street sino el desesperado pedido de auxilio del capital nacional
que no puede mantener su expansión sin créditos externos. Frenar antes de
desbarrancarse no tiene nada de jugada genial sino mucho de supervivencia vital
e improvisación. Pasar de un precio de 8 céntimos a 35 con tasas usureras fue el
precio que las necesidades de nuestra miserable burguesía y su clase política le
ha hecho pagar al pueblo argentino. Kirchner ha debido guardarse su "Patagonia
Rebelde" de Dubai 2003 y multiplicar por cuatro su oferta inicial.
· El canje, que generará ganancias especulativas del 15% anual, no es tanto una
rendición a los banqueros como el límite definitivo del patrón de acumulación
basado exclusivamente en el plusvalor absoluto.
Y es que la verdad del canje no está en el porcentaje de aceptación sino en la
aceptación del bajísimo índice de inversión del capital, por debajo del 17% del
PBI. Un porcentaje que en la plena guerra comercial, tecnológica y de I+D es
absolutamente escasa para mantenerse a flote no sólo en el mercado mundial sino
en las tasas de ganancia media de la tercermundista Latinoamérica. Simplemente
veamos burguesías exitosas (Irlanda), burocracias autoritarias con poblaciones
semihambrientas (China) y veremos que hoy la globalización exige tasas de
inversión en capital fijo cercanas al 40% del PBI. Competitividad que le dicen.
Corea un 33%; Singapur un 33%; Tailandia un 30%, a todos ellos les llegó
capitales frescos sin los cuales no habían podido crecer, sumado a una clase
obrera semiesclava y con niveles de vida propios del pre-capitalismo o la
barbarie asiática.
· La deuda pesificada anterior aumentó en dos años 7.325 millones de dólares por
el impacto que tuvo el CER.
Argentina tuvo una tasa de inversión de casi el 40% entre 1900 y 1930; cayó al
17% en la década de los ‘80; subió en la primera etapa del posfordismo de Menem
al 20%. Dado que el nivel de depósitos privados en el sistema financiero
nacional es muy pequeño (el 16 o 17% del PBI, la cuarta parte de lo que tiene
EE.UU. o Brasil), con un mercado de capitales exiguo, con una burguesía que
tiene millones de dólares resguardados en el exterior (incluidos gobiernos
provinciales) la fracción burguesa depende de la bondad imperial, de la simpatía
del demonio. Y es que la estrategia de expansión basada en la explotación
intensiva de la fuerza de trabajo se ha topado con su límite natural, con la
barrera infranqueable del capital orgánico, con la pulsión objetiva a
revolucionar las fuerzas productivas. Falta el capital para financiar la
reproducción ampliada. El canje, que generará ganancias especulativas del 15%
anual, no es tanto una rendición a los banqueros como el límite definitivo del
patrón de acumulación basado exclusivamente en el plusvalor absoluto, en la
transferencia de riqueza de estos dos últimos años basada exclusivamente en la
reducción del precio del trabajo. Recordemos brevemente que la relación
deuda/PBI era a fin del 2001 de 54% mientras ahora es del 72%, ¡sin computar los
U$S 20.000 millones que quedaron fuera del canje! Además ha cambiado
dramáticamente la composición de la deuda en la canasta de monedas (muy
importante en relación con la lucha interimperialista entre el dólar y el euro):
mientras en el 2001 el 66% era en dólares, 15% en euros, 3% en pesos, 35 en
yenes y 13% en varias monedas menores, ahora la composición por monedas quedó en
un 37% en dólares, 37% en pesos indexados por el CER (=inflación), 14% en euros,
2% en yenes y el resto un 10%. ¿Qué significa? Que con el cebo de ganancias
extraordinarias e inusuales en cualquier país capitalista se está intentando
atraer dinero fresco para renovar el ciclo de acumulación. Que el propio estado
capitalista debe reprimir a los capitales individuales en el uso de la
inflación, ya que la deuda pesificada anterior aumentó en dos años 7.325
millones de dólares por el impacto que tuvo el CER. Además que se ha minimizado
la parte en dólares, que nos beneficiaba, en el contexto de la decadencia del "seigniorage"
(señoriaje monetario) del dólar en el mercado mundial. Un antiimperialismo al
revés, que nos perjudica al revalorizar artificialmente el peso¡¡¡¡¡ Simplemente
esto significa un nivel de esfuerzo fiscal que recaerá sobre la pauperizada
clase obrera y los segmentos medios. Veremos cómo el gobierno de K., como el rey
Luis Felipe en Nápoles, está planeando una fiesta populista sobre la erupción
del Etna.
Inflación y lucha de clases: "danser sur un volcan": La aparición de la
inflación salvaje es la desobediencia del capital individual al capital
colectivo, el sabotaje del burgués particular al "Capital-Parlamentarismo".
Shell podrá ser el hugonote de turno del "Capital-Parlamentarismo", y mañana
Aguas Argentinas o Edesur, pero es un proceso que comenzó apenas el capital tocó
el límite de la expansión perversa post-2001.
· En los tres últimos años, gracias a la providencial mano de obra barata de
Duhalde-Kirchner y al ejercito industrial de reserva inagotable, el capital se
ha permitido aumentar su tasa de ganancia reduciendo su stock de capital fijo,
maquinaria y equipos, reduciéndolo a $ 14.650 millones, una descapitalización
brutal, cifra que es inferior a la que había en 1980.
Debe entenderse desde el punto de vista de la lucha de clases qué significa la
inflación. La inflación es siempre una política deliberada para impulsar la
acumulación del capital manteniendo e incluso, en el caso del gobierno de K,
elevando la tasa de ganancia. La inflación regula el ritmo de la expansión
económica, detenida o estancada, esta destinada a aumentar la ganancia del
capital a costa del trabajo e impulsar en último término la acumulación. Es una
alternativa del "Capital-Parlamentarismo" a otros métodos de intervención
directa en lo económico (keynesianos), a reducir el peso del capital variable
(salarios). Pero hay algo más interesante: la inflación como mecanismo de
succión de plusvalor permite que el capital deje para más adelante, si la clase
obrera lo permite con su inacción colectiva, lo que debería hacer: reorganizar
la producción revolucionando los medios de producción. En los tres últimos años,
gracias a la providencial mano de obra barata de Duhalde-Kirchner y al ejercito
industrial de reserva inagotable, el capital se ha permitido aumentar su tasa de
ganancia reduciendo su stock de capital fijo, maquinaria y equipos, reduciéndolo
a $ 14.650 millones, una descapitalización brutal, cifra que es inferior a la
que había en 1980. La inversión de estos últimos años se ubicó en niveles
similares a los de 1990 o si quieren, a los de la tortuga Illía: 1963. La del
2005, con suerte, apenas podrá superar la de 1990. La utilización de la
capacidad instalada en la industria llegó en el primer trimestre del 2005 al
66,3%, retrocediendo a niveles del 2003. En este parate de la realización del
capital se encuentra a la cabeza la industria automotriz, fracción burguesa
privilegiada con superganancias en la época menemista, con una utilización de su
capital fijo de tan sólo un 31,5% en la cresta de la explotación del plusvalor
absoluto¡¡¡¡. Es decir: la crisis se ha transformado en una crisis de
realización clásica.
· En las últimas encuestas sobre imagen positiva, Kirchner, ha perdido treinta
puntos en un año.
La conclusión política no puede ser más clara: la clase obrera con una presencia
antagonista puede actuar como estímulo para forzar a los capitalistas a
modernizar la producción. El resultado no puede ser más paradójico: el
capitalismo argentino decayó no por exceso de militancia obrera sino debido a la
insuficiencia, a la fragmentación y segmentación de la clase, a la alianza
suicida entre los trabajadores fordistas y sus sindicatos con el "Capital-Parlamentarismo".
La otra cuestión es porque la inflación como recurso de elevar la tasa de
ganancia apareció ahora: la respuesta está del lado de la clase obrera. Durante
el 2004 se duplicó la conflictividad en la lucha de clases con respecto al 2003.
Se registraron 226 paros y medidas de fuerza (el 68% en el sector público),
lejos del promedio de los últimos 25 años, que fue de 387. No sólo en conflicto
institucionalizado: también han crecido la acción directa (cortes de ruta) del
movimiento de desempleados, triplicando al año 2003 (concentrándose más del 50%
en Capital Federal y GBA), llegándose a un promedio mensual superior al del año
2001. Súmese a esto las últimas encuestas sobre imagen positiva de Kirchner, ha
perdido treinta puntos en un año, y tendremos la composición de lugar.
Lentamente se agota el esquema de acumulación iniciado con la devaluación y
renace el antagonismo, pero lo que se modifica es la forma de la lucha de
clases. Kirchner ha elegido, en el presupuesto 2005, la inflación (8%) porque:
1) no es capaz o no está dispuesto a enfrentar los problemas básicos surgidos
por el desarrollo del capitalismo posfordista; 2) no ha sido capaz de enfrentar
la crisis del 2001 en medida suficiente para resolver los problemas desde una
estrategia del capital colectivo (y la respuesta instintiva del burgués es
desafiar el corsé que bloquea la acumulación); 3) sabe que la respuesta obrera
al mecanismo de inflación, en el contexto del capitalismo flexible y precario
(el sindicato es un fósil herbívoro), será difusa, poco concentrada y débil en
el nivel organizativo, en parte debido a la nueva composición de clase.
· El "País en Serio" tiene hoy índices de pobreza, indigencia, empleo en negro y
salarios peor que en plena crisis del 2001.
Crisis, intervención del "Capital-Parlamentarismo" e inflación están asociadas
al problema general, sin solución aún, de los problemas de expansión del capital
en el 2001. Para que nos demos una idea de lo que significa materialmente la
inflación como método de valorización del capital, el aumento de la CBT (Canasta
Básica Total del INDEC) en febrero significó que alrededor de 220.000 argentinos
cayeran en la pobreza y un aumento del 3% en los indigentes. Al mismo tiempo una
transferencia de ingresos brutal hacia la voracidad burguesa: el 40% de los
hogares trabajadores tenían en diciembre de 2003 una participación en la riqueza
del 18%; en marzo de 2004 es del 17,2%. Los ricos aumentaron su participación en
la riqueza más que la inflación, incluso más que el PBI. La radiografía social
argentina en el gobierno de K se asemeja a una pirámide de muy amplia base y muy
estrecha en la punta: los ingresos del 6% más rico (alrededor de 2 millones de
burgueses) equivalen a lo que recibe el 56% restante (alrededor de 21 millones
de trabajadores). De tal manera que el "País en Serio" tiene hoy índices de
pobreza, indigencia, empleo en negro y salarios peor que en plena crisis del
2001.
El año que vivimos en peligro: elecciones en Santiago del Estero y Catamarca:
¿continuidad silenciosa del QSVT?: las elecciones, los ciclos políticos del
capital nos sirven como instrumento de emancipación. ¿En qué sentido? Favorecen
el recuento de votos de las fuerzas progresistas; nos informan con exactitud
acerca de la fuerza del movimiento y la de los partidos adversarios,
suministrándonos el mejor instrumento posible para calcular las proporciones de
nuestra propaganda y de nuestras acciones. Además nos corporizan las conductas e
instintos de clase de las masas, incluso aquellas más atrasadas o las que no
tienen acceso a la propaganda del movimiento. Es un indicador indirecto del
grado de legitimidad de masas del "Capital-Parlamentarismo", de la adhesión al
ritual electoral y de la fortaleza o debilidad del "Partei-Staat".
· Sabotaje a las elecciones de Santiago del Estero y Catamarca. Discrepancia
radical con el régimen político (o, incluso, con la democracia in toto: como
sistema del capital), en los que no se desea participar de ninguna forma.
Los estudios electorales de la sociología burguesa identifican tradicionalmente
la abstención con la ausencia del ejercicio del derecho de sufragio activo, es
decir, con el no acudir a votar en un proceso electoral determinado. Anclado en
una vieja ideología del fetiche parlamentario (en la falsa dialéctica
democracia-dictadura) se presuponía que la abstención era patrimonio del
lumpen-proletariado, de los sectores desclasados o, paradójicamente, de capas
altamente politizadas y concientizadas de la derecha social. A partir del
afianzamiento y maduración del "Capital-Parlamentarismo" (la llamada tercera ola
de democratización en América Latina), paralelo al establecimiento del
postfordismo, de la propia capacidad de autorreflexión de la nueva izquierda,
este punto de vista demócrata-liberal a comenzado a cambiar. La abstención
electoral ya no es percibida como un déficit de las masas, como una carencia de
nichos precapitalistas, o virtudes de la clase media alta, sino como una
discrepancia radical con el régimen político (o, incluso, con la democracia in
toto: como sistema del capital), en los que no se desea participar de ninguna
forma, en un desinterés por la política o en un convencimiento de que nada puede
cambiar realmente gane quien gane las elecciones. Sabotaje activo. Es una
suspensión en la creencia burguesa en el mito de la representación y el fetiche
del mandato. En la teoría de la acción colectiva es una salida, un éxodo por
sobre la voz, sobre la lealtad al sistema (medido incluso con el voto en
blanco). Pero, en cualquier caso, sea voluntaria o técnica, la abstención
electoral que acabamos de explicitar se caracteriza por la no participación en
el proceso electoral, subrayada por el sesgo obligatorio que tiene legalmente en
Argentina por ser una abstención no participante, que consiste precisamente en
un no hacer, en un no votar, en violar la legalidad de manera consciente.
· Santiago del Estero: La abstención fue récord: ignoraron el circo entre el PJ
y la UCR casi un 40% de santiagueños. Podemos medir este sabotaje en la
tendencia histórica: en el 2003 la abstención fue de un 34%.
Sin embargo, la abstención electoral a la que nos hemos referido hasta aquí no
agota las posibilidades abstencionistas de un potencial elector en un proceso
electoral determinado. Abstenerse electoralmente no significa tan sólo no votar
o no participar en las elecciones. También puede significar no expresar
preferencia por ninguna de las opciones electorales concurrentes. Por supuesto,
el no votar ya implica la no expresión de preferencia alguna, incluso la plena
conciencia de estar bloqueando al maquinaria institucional. Pero, y aquí estaría
el matiz diferencial importante, también es posible no expresar ninguna
preferencia y, sin embargo, no dejar de participar en el proceso electoral (voz
sobre salida), porque manifestar preferencia y votar no son ni acciones
idénticas ni sinónimos. Se trata, que duda cabe, también de una abstención
electoral, pero de una abstención distinta de la anterior y de otro orden, de
una abstención participante, que nosotros denominamos abstención activa o leal.
Este es un año electoral, previsible con sólo ver el histrionismo en acción de
Kirchner, y ya se han celebrado dos elecciones provinciales en provincias de
poca importancia económica y social. En las dos ha perdido el candidato del
comisario, en ambas ha fracasado el proyecto K. Analicemos brevemente los
resultados.
Santiago del Estero: es la primera provincia en realizar elecciones este año. Es
parte de la zona más pobre de Argentina, con casi un 30% de hogares con NBI
(Necesidades Básicas Insatisfechas). Esto quiere decir que el 70% no tiene
cobertura médica, el 84% carece de agua potable, un 53% tiene piso de tierra en
su hogar y el 93% no posee teléfono. Estaban habilitadas para votar 522.101
personas, para elegir gobernador y vice, además de 50 diputados provinciales. El
27 de febrero la UCR, encarnada en el Frente Cívico, venció al PJ en la carrera
por la gobernación. Escrutados más del 28% de los votos, Zamora aventajaba al
candidato justicialista Oscar Figueroa 46,5% a 39,8%. Por otro lado, si bien el
Frente Cívico se impuso en las elecciones legislativas de la provincia, no logró
tener quórum propio, al obtener sólo 24 de las 50 bancas disponibles, mientras
que el PJ consiguió 21. Este distrito con una Legislatura unicameral y
representación proporcional (D’Hont) por secciones electorales, con la novedad
de que, para esta elección, se abandonó el sistema de lemas. En cuanto a la
división político-electoral, cuenta con 27 departamentos. La abstención fue
récord: ignoraron el circo entre el PJ y la UCR casi un 40% de santiagueños.
Podemos medir este sabotaje en la tendencia histórica: en el 2003 la abstención
fue de un 34%.
Catamarca: en el 2003 la abstención fue del 44% y el voto en blanco el 2,7%;
ahora es del 56% y el blanco de 3,7%. El nuevo gobierno sólo cuenta con la
legitimidad de 35.192 votos o sea: el 15% del padrón¡¡¡¡ Un boicot silencioso,
espontáneo y sin organización.
Catamarca: provincia pobre, con un 19% de hogares con NBI (datos no actualizados
del 2001). El Frente Cívico y Social (FCyS), coalición encabezada por la UCR,
venció el 6 de marzo al PJ en las elecciones de senadores y diputados
provinciales. Escrutados el 98% de los votos, el FCyS obtuvo el 36,2%, seguido
por el PJ con el 25,7%, y ubicándose el MAP (Saadismo) en tercer término con el
9,1%. La izquierda clásica, toda sumada, llegó a un 4%. El FCyS confirma su
predominio político, al obtener 11 bancas de diputados (el 54% de la cámara) y 6
de senadores departamentales (el 62%), por lo que mantendrá su hegemonía. La
participación electoral, con una asistencia del 44,5% se ubica en el nivel más
bajo en la historia provincial desde que existe la democracia burguesa. Si en el
2003 la abstención fue del 44% y el voto en blanco el 2,7%; ahora es del 56% y
el blanco de 3,7%. Es decir: de un padrón de 222.489, sólo asistieron a las
urnas 97.216 catamarqueños. El nuevo gobierno sólo cuenta con la legitimidad de
35.192 votos o sea: el 15% del padrón¡¡¡¡ Un boicot silencioso, espontáneo y sin
organización.
Capitalismo flexible,… ¿autonomía flexible?: el sistema de poder
posfordista que acecha en las formas modernas de flexibilidad laboral está
compuesto de tres elementos: reinvención discontinua de las instituciones
(estado); especialización flexible de la producción y concentración sin
centralización del poder.
En el capitalismo flexible, las instituciones estatales del fordismo no ofrezcan
ya posibilidades para luchar contra estas mismas instituciones. Ahora el temor
ya no proviene de la urna, sino de la actuación ilegal o lateral al sistema
(como lo descubrió el piquete desde 1997).
El primer caso más obvio es el "Capital-Parlamentarismo", la forma política de
la "Vülgardemokratie", la perversión y perfección del viejo estado de partidos.
El capitalismo flexible exige que las instituciones estatales en las que se
organizaba en el fordismo la dominación de la burguesía, no ofrezcan ya
posibilidades para luchar contra estas mismas instituciones. Anular la actuación
"legal" del movimiento era la consigna. Ahora el temor ya no proviene de la
urna, sino de la actuación ilegal o lateral al sistema (como lo descubrió el
piquete desde 1997). Veamos el comportamiento de Kirchner. La herramienta básica
del despotismo del capital flexible es el DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia),
decretos con fuerza de ley, mecanismo bonapartista diseñado en la Constitución
de 1994.
La herramienta básica del despotismo del capital flexible es el DNU (Decreto de
Necesidad y Urgencia). Con 70 decretos por año, Kirchner, tiene el récord
absoluto. "El capital gobierna sólo", podría ser la conclusión, y es que el
capitalismo flexible sólo puede sobrevivir en el "Capital-Parlamentarismo" con
esa mezcla perversa de alta abstención, represión, corrupción y decretazos
permanentes.
No es casualidad que se promulgue en el transcurso de la instauración del
posfordismo, incluso fue su gran obra orgánica. Reducir a una ficción de poder,
a una "Scheinmacht", el poder político de las masas del pueblo. Y administrar
esta ficción cada cuatro años, en alternancias programadas. Pues bien, Kirchner
tienen el récord de decretos por año, alrededor de 70 por año, superando a Menem
(por 7) y De la Rúa (por 30), a pesar que tiene mayoría en ambas cámaras. Para
que nos demos una idea entre 1853 y 1983 sólo se habían dictado 25 DNU. "El
capital gobierna sólo", podría ser la conclusión, y es que el capitalismo
flexible sólo puede sobrevivir en el "Capital-Parlamentarismo" con esa mezcla
perversa de alta abstención, represión, corrupción y decretazos permanentes. El
Congreso, definido por un republicano burgués como una "cáscara vacía de poder",
es ahora poco más que una costosa Dieta de algún príncipe alemán del siglo XIX.
Por supuesto, la respuesta instintiva del movimiento a partir del 2001 fue el "¡QSVT!",
reflejo que sigue latiendo en todas las elecciones realizadas en los últimos
años. ¿Puede alguno creer en derrotar al Ejecutivo con el Congreso, y al
Congreso con la Constitución en la mano? ¿Queda alguna esperanza material en la
vieja función del parlamento burgués, ni siquiera como tribuna, o a cualquier
eficaz uso revolucionario del sufragio universal que no se enfrente a la
realidad dictatorial del capital?
14 de marzo de 2005.