Argentina: La lucha continúa
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Multinacionales obtienen en América Latina más que el PIB de muchos países
Carlos Fernández-Vega
La Jornada
EL GOBIERNO ARGENTINO enfrenta un nuevo embate del capital trasnacional que
ha sentado sus reales en aquella nación sudamericana. Al comienzo del nuevo
siglo fueron los corporativos financieros; poco después los consorcios
eléctricos y ahora una de las grandes petroleras -Royal Dutch Shell- que utiliza
la misma técnica en todos los países en que opera, es decir, exprimir a los
consumidores para incrementar su margen de utilidad.
EL PRESIDENTE NESTOR Kirchner ha hecho un llamado a los argentinos para que no
le compren "ni una lata de aceite" a la trasnacional, luego de que ésta
incremento 4.2 por ciento los precios de los combustibles en las 930 gasolineras
que opera en aquella nación. "Que se den cuenta que los argentinos ya no
soportamos más este tipo de acciones. No hay mejor acción que ese entre comillas
boicot nacional; siempre en la Argentina ha habido un sector que se ha quedado
con la renta de todos los argentinos. Cuando la ve peligrar, cuando ve que entra
a participar otro conjunto de argentinos, trata de volver a adueñarse. Es como
el aumento de la nafta que hizo una empresa que se llama Shell hace horas y que
los argentinos no le tienen que comprar. Tenemos que decir: "a Shell, no".
TRAS LA CONVOCATORIA, los jilgueros del gran capital comenzaron a cantar en
contra del mandatario argentino, calificándolo de "populista". A estas alturas,
todo lo que afecte a las trasnacionales de inmediato es considerado de populista,
pero lo que ha hecho Kirchner no es más que un acto desesperado ante la
voracidad de las firmas internacionales que han convertido a Latinoamérica en su
más sonora caja registradora.
LA COMISION ECONOMICA para América Latina (Cepal) contribuye a entender el
tamaño del problema: en diciembre de 1996, las 50 mayores empresas de inversión
extranjera presentes en las economías latinoamericanas registraron ventas
superiores a 110 mil millones de dólares, monto mayor que el producto interno
bruto de varios países de la región, incluso de algunos de tamaño intermedio,
como Colombia, Chile, Perú y Venezuela.
EN 2003, LAS ventas de las 50 mayores empresas de inversión extranjera presentes
en las economías latinoamericanas sumaron más de 222 mil millones de dólares. En
este sentido, destaca la presencia de empresas transnacionales dedicadas a la
extracción de hidrocarburos en América del Sur, entre las que sobresalen
Chevron-Texaco, Royal Dutch/Shell y Exxon-Mobil, y de minerales, área en la que
operan filiales de BHP Billiton y Anglo American, entre otras. En el periodo
1990-2002, sus exportaciones se incrementado 115 por ciento, sin beneficio
alguno para las economías de los países originalmente dueños de los recursos.
EN 1996, JUSTO cuando comenzó el declive de la actividad económica en la región,
los ingresos de las 50 principales trasnacionales en la región crecieron como la
espuma. Por consorcio, dichos ingresos fluctuaron entre 7 mil millones de
dólares (la filial de la Volkswagen en Brasil) y algo menos de mil millones de
dólares (la de Mobil en Colombia). Las empresas de inversión directa que
ocuparon los 10 primeros lugares en orden de tamaño obtuvieron ingresos
operacionales por más de 3 mil 500 millones de dólares, lo que da cuenta del
creciente grado de importancia que las firmas extranjeras en general, y de las
50 primeras en particular, están adquiriendo en la actividad económica de
América Latina y el Caribe.
VARIAS DE LAS empresas consideradas entre las mayores 50 son filiales de un
mismo consorcio trasnacional. Su localización en las principales economías
latinoamericanas es determinada por el tamaño del mercado interno del país
receptor, por su posición estratégica en la generación de corrientes
internacionales de comercio -en el marco de los acuerdos de integración
económica y comercial suscritos-, o bien por ambos factores.
TAL ES EL caso de General Motors, cuyas filiales en Brasil y México generaron
ingresos por 11 mil 779 millones de dólares; Volkswagen cuyas operaciones en
Argentina, Brasil y México le reportaron 9 mil 680 millones y Ford, con
subsidiarias en Argentina, Brasil y México, que luego de recuperar terreno,
anotó ventas por 9 mil 174 millones.
ESAS TRES EMPRESAS automotrices son las trasnacionales más importantes presentes
en América Latina. Les siguen en importancia Shell, petrolera multinacional de
origen británico y holandés, que registró ingresos por 6 mil 583 millones de
dólares en Argentina y Brasil, casi el doble del monto obtenido por Exxon, su
competidor estadunidense; Carrefour, cadena de supermercados franceses con
filiales en Argentina y Brasil, cuyas ventas alcanzaron 6 mil 298 millones;
Telefónica de España, la más recientemente integrada entre los principales
consorcios foráneos que operan en la región, totalizó ingresos por 5 mil 340
millones en Argentina, Chile y Perú; Nestlé, por medio de sus filiales en
Argentina y Brasil, recaudó 4 mil 791 millones; IBM, con subsidiarias en Brasil
y México, generó ingresos en el rango de 3 mil 500 millones de dólares; la
petrolera Exxon, por medio de su filial Esso, totalizó 3 mil 431 millones de
dólares en Argentina y Brasil; y Cargil, empresa que ha realizado importantes
inversiones en la agroindustria de Argentina y Brasil, obtuvo un total de 2 mil
583 millones de dólares de ingresos en la región.
SIETE AÑOS DESPUES, los ingresos se duplicaron y los países receptores no han
recibido más que la voracidad de las trasnacionales.
EN 2003, PUNTUALIZA la Cepal, se realizaron diversas inversiones en los
subsectores de la minería, el petróleo y el gas natural. Las crisis por la que
atravesaron varios países de la región no tuvieron mayor incidencia en las
decisiones de las empresas trasnacionales de invertir en dichos subsectores
porque esta inversión está mayormente desvinculada de la actividad económica
local. Sin embargo, estas empresas se han visto enfrentadas a crisis de otra
índole, en las que se ha cuestionado su papel en el país huésped, tanto por no
entregar recursos suficientes al Estado, como por provocar con sus operaciones
un importante daño ambiental.
Las rebanadas del pastel:
LA TRASNACIONAL CARREFOUR se va de México y vendió sus instalaciones comerciales
al Grupo Chedraui, una organización que sí tiene dinero para esa transacción,
pero no para liquidar sus adeudos con el Fobaproa.