Argentina: La lucha continúa
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Humilde homenaje al compañero Pelusa
Humilde homenaje a Pelusa
Hoy se murió mi hermano, el que me regaló la vida, mi hermano del alma, del
corazón, mi hermano de las birras, de las trasnochadas calurosas, de la
transpiración con olor a tierra. Lo conocí ahí donde te conocí a vos, en la
esquina, en el Cid, en el medio del quilombo, en la revuelta, cuando Walter
arengaba con el altavoz "QUE SE VAYAN TODOS" y Octavio se desgañitaba para que
pusieramos la olla. Estaba ahí parado en silencio, como en el silencio al que lo
obligó la vida y la injusticia, parado, al lado de su compañera, de hierro la
negra siempre a su lado siempre de pié siempre poniéndole el pecho a los
momentos difíciles. Ellos querian trabajar en la Asamblea, estaban cagados de
hambre como tantos otros, y solo pedían trabajar en la Asamblea.
Hoy, hermano, el recuerdo me desgarra el corazón, me lo hace girones, me estalla
el sentimiento en lágrimas y quiero que sepas que si hay algo de fuerzas en mi
que permita que vuelva a la lucha como en nuestros días lo haré para responder a
lo que me preguntaba ahí ante tus restos, para qué las asambleas hoy, y creo que
la respuesta es porque nos quedaron estas huellas tan poderosa de afecto, que me
hacen sentir que tengo un lugar que me espera, desde donde estés dame fuerza,
como en la olla, cuando hacía frio y teníamos que sostenernos a como diera
Pelusa, amigo, hermano mío, seguinos cuidando desde donde estés, desde donde te
hayas ido.
Stella Maris Francia
Asamblea Popular Cid Campeador