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Argentina: La lucha continúa


Coto, Cavalieri y Moyano
Los parapoliciales de Don Alfredo

Correpi

Alfredo Coto se presenta como un empresario argentino que da trabajo, como un exponente de la 'burguesía nacional' que invierte en el país. Se promociona como el supermercadista argentino por oposición a los transnacionales de Walmart o Carrefour. Tan nacional que no dudó, el 19 de diciembre del 2001, en ordenar a sus empleados enfrentar armados a los hambreados que amenazaban saquear sus locales, bajo amenaza de pasar a engrosar la lista de desocupados si se negaban a hacerlo.

Esta semana Coto fue de nuevo noticia, por la pelea de los burócratas sindicales por su tajada gremial. Los trabajadores que cargan y descargan la mercadería en los depósitos están incluidos en el gremio del menemista Cavalieri. Por supuesto, no se sabe que Cavalieri jamás haya defendido a los empleados de esas cadenas de remarcación de precios, pero a la hora de confrontar por un mendrugo de la cotización, salió a dar pelea con apoyo de la patronal, como suele ocurrir.

El ex rodríguez saadista y actual kirchnerista Hugo Moyano tercia en esa disputa. Los muchachos de los supermercados no se quieren quedar con Cavalieri sino con Moyano, simplemente porque con el convenio de camioneros van a cobrar más. Este mismo entuerto ya se dio en otra empresa supermercadista, y esta semana estalló en Coto. El bloqueo a la planta de Esteban Echeverría no permitía salir ningún camión para las distintas sucursales y don Coto ya había despedido a 17 trabajadores díscolos.

Y el empresario nacional -como en la época de los saqueos- mandó a sus gorilas de seguridad privada con balas de goma y gases lacrimógenos contra los trabajadores. Como los grandes terratenientes brasileños o los empresarios colombianos, los muchachos de Don Coto reprimen sin asco. Nadie entiende cómo la empresa de seguridad que cuida a Don Coto cuenta con agresivos químicos o con proyectiles antitumultos, cuando supuestamente la represión sigue siendo facultad del estado.

Sin embargo, esta última inquietud quedó superada cuando al día siguiente, para defender a los intereses de Don Alfredo, apareció otro 'para', el fiscal Daniel Gualtieri de Lomas de Zamora, que ordenó a la policía bonaerense desalojar a los camioneros que protestaban frente a la planta del empresario nacional.

Más balas de goma y gases que se terminaron cuando K vio que se arruinaba la fiesta programada para anunciar los números del canje de la deuda. Colorín colorado, Don Coto tiene el poder para reprimir, los burócratas se pelean por todo menos por los derechos de los trabajadores, y la represión se negocia, en la conciliación obligatoria.