Cromañón en la Legislatura
"Asesino": la respuesta de los padres a Aníbal Ibarra
Agencia La Vaca
La presentación de Aníbal Ibarra en la Legislatura fue lo que prometía: un
simulacro de explicación y de interrogatorio (salvo excepciones) que agotó la
paciencia de los 40 padres de víctimas que terminaron gritándole "asesino". La
decepción por la actitud de Abuelas de Plaza de Mayo.
"Me pareció vergonzoso. Ibarra nunca levantó la vista hacia los familiares" dijo
a lavaca Miriam Araneda, la mamá de David Chaparro: "Mi hijo tenía 14 años. Lo
asesinaron en Cromañón" se presenta Miriam, que vive en La Matanza y debió
abandonar su trabajo como cocinera en una casa de familia desde que la vida se
le transformó en muerte.
Miriam estuvo en la sesión. Pudo ver cómo Ibarra parecía víctima de una visera
que le impedía mirar a los 40 familiares presentes, que exhibían la foto de los
chicos muertos.
Mariana Márquez, mamá de Liz de Olivera (17) en cambio, prefirió no ir. "Me
subió la presión, ya tengo un ojo rojo, preferí no estar ahí. Además, no puedo
entender lo que dijeron las Abuelas de que hay que defender a Ibarra contra
Macri. Los padres no están con Macri, lo ven como un empresario corrupto.
Habíamos estado con las Abuelas, les pedimos ayuda, y nos dieron un cachetazo:
dijeron que no tenemos que hacer nada contra Ibarra".
Eduardo Amaya, colorista de autos, que perdió a su hijo Gastón (10 años) fue uno
de los que le gritó "asesino", al jefe de Gobierno: "Para mí lo que hicieron fue
todo muy armado. Ese muchacho Ibarra no sabe qué es la sensibilidad. Es
totalmente soberbio".
El golpe ya fue
La presentación de Aníbal Ibarra en la Legislatura fue rodeada de un aparato
de seguridad de estado de sitio, con más de 500 policías, carros celulares,
patrulleros, carros hidrantes, y los clásicos policías de civil listos a salir a
cazar gente como en varias de las movilizaciones de las víctimas. Todo inútil,
ya que las calles quedaron vacías, a no ser por algunos grupos de izquierda que
se acercaron, con más banderas y afán testimonial que personas.
Tal como lo habían denunciado los legisladores opositores (no macristas) el
discurso de Ibarra –digno de algún estudio sobre la dislexia política- comenzó a
las 18 y culminó a las 20.30 con la clásica intención de copar noticieros,
aunque tuvo la delicadeza –negociada con anterioridad- de ceder la palabra a esa
hora para que se escuchara al primer macrista que habló, Jorge Mercado. En ambos
casos, ninguna cosa coherente quedó como saldo del discurso.
En el caso de Ibarra, a lo sumo, se observó la clara intención de repartir
culpas (incluso con la propia Legislatura, a través del repiqueteo de frases del
tipo "todos somos responsables") y hablar hasta agotar la paciencia de quienes
lo escuchaban, según el arte en el que fue maestro su predecesor Fernando De la
Rúa.
La presidencia de la Nación, mientras tanto, dejó trascender a través del diario
Clarín la "satisfacción" del señor Kirchner (y de su esposa, aclararon) ante la
"solidez" de la disertación de Ibarra. También se supo que el opositor Mauricio
Macri llamaba por teléfono celular a sus diputados para sugerirles ideas y
réplicas, lo cual habla de todo un estilo político, y de la capacidad que
atribuye a tales "representantes". Además, permite intuir a quién "representan"
esos diputados.
Los medios escritos plantearon que la sesión expresó "una fuerte autocrítica" de
Ibarra (Clarín), un modelo de "responsabilidad institucional" (La Nación) y un
"decoroso ejercicio democrático" (Página/12).
Si algo de decoro hubo fue en exposiciones como la de Susana Echegoyen (del
bloque 19 y 20) y la de Milcíades Peña (bloque Confluencia), padrino de una de
las víctimas de Cromañón que, mirando a Ibarra a quien tuteó en varios momentos
(se conocen hace años y son parte del oficialismo kirchnerista), le hizo una de
las grandes preguntas de la noche: "Señor jefe de gobierno, usted ¿a quién
representa? Se lo pregunto con el corazón. Si no hubiera habido corrupción,
usted lo sabe como yo, la tragedia no hubiera ocurrido."
No pareció haber indicio alguno sobre el riesgo de "golpe institucional" contra
Ibarra que agitó el oficialismo durante la semana, con el aval –para muchos
inexplicable- de organizaciones como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo – Línea
Fundadora y –se dijo- 170 organizaciones no gubernamentales.
"Denunciamos el intento de golpe institucional que una vez más intenta llevar
adelante la derecha que, no pudiendo llegar al poder mediante el voto popular,
apela a mecanismos miserables y antidemocráticos, montándose sobre el dolor de
la tragedia", dijo el comunicado de Abuelas en defensa de Ibarra, actitud que en
términos prácticos impugna los reclamos de justicia que realizan los familiares.
Marcelo Ramal, del Partido Obrero, efectuó un agudo diagnóstico fuera de la
Legislatura: "El golpe institucional ya se produjo, porque tenemos en el
gobierno a Juan José Álvarez. Ibarra ya les abrió la puerta a los Macri y a los
Duhalde".
Es ilustrativo recordar que el señor Álvarez (ex funcionario de Eduardo Duhalde
y uno de los responsables políticos de la represión en la que fueron asesinados
Darío Santillán y Maximiliano Kostecki), según periodistas cercanos a él, estaba
a punto de ingresar al macrismo cuando el gobierno nacional le encomendó la
tarea de rescatar a Ibarra del incendio de Cromañón.
Tres bolsas de mercadería
Reflexiones de algunos padres.
Eduardo:
- "Ibarra no parecía un jefe de gobierno, solamente repartía culpas. Habrá
querido impresionarnos, o sacarnos de las casillas. Quería involucrar a todos.
Hablaba, hablaba, hablaba. Pero no dijo nada. No dijo: voy a ser un hombre con
todas las letras. Voy a hacer un gesto en serio. Pero esto es de toda la vida.
Siempre estos tipos fueron así. Siempre todos se lavan las manos".
- "Me dolió mucho lo de Abuelas. No entiendo. Debe ser que están en política".
- "Me arrancaron mi vida. Gastón tenía 10 años. Mi vida ahora es luchar para que
haya justicia.
- "Para mí todo el tiempo hay cosas raras. Justo ayer devolvieron el cuerpito de
Gustavo Zerpa. Fue el velorio. Es de Isidro Casanova, donde hay muchos papás. Y
me parece que era una forma de que esa gente no fuera a la Legislatura. Gustavo
tenía 6 años".
Mariana:
- "Fuimos a Abuelas esta semana. Estela Carlotto no nos recibió. Estaba con
Kirchner. Y las otras abuelas defendieron a Ibarra a ultranza. Nosotros pedimos
cárcel para Ibarra, pero ellas no sólo no nos apoyaron, sino que nos dijeron que
no tenemos que pedir eso".
- "En cambio fuimos a ver a Hebe de Bonafini y cuando nos recibió le preguntamos
por Ibarra, y dijo: tiene que ir preso. Tuvo una actitud muy distinta, nos
recibió, nos escuchó, nos contó su experiencia. Para nosotros fue muy
importante".
Miriam:
- "Para mi Ibarra se hacía como el responsable, pero no de corazón, sino porque
está entre la espada y la pared, como quien dice".
- "A mí se me salía la voz de la boca para gritarle. Pero pensé: si grito me
sacan, y no entro más".
- "Cuando fuimos a