Argentina: La lucha continúa
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Indiana resultó mujer y metió presos a un ex juez federal y cinco ex policías represores
La vengadora
Juan Salinas
PODER
Cuando tenía 16 años, la arquitecta Patricia Indiana Isasa era militante de
la UES. Entonces fue secuestrada por un "grupo de tareas" de la policía
santafesina. Estuvo detenida-desaparecida durante tres meses y luego pasó a ser
presa a disposición del PEN durante dos años y dos meses más. En un cuartel.
Una vez liberada, cuando en 1979 recopilaba denuncias para presentar ante la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA que se aprestaba a visitar
el país, fue nuevamente secuestrada, y liberada a los pocos días.
Después se recibió y radicó en Londres. Y a partir de 1997,se puso a hacer una
profunda investigación sobre sus secuestradores, de quienes ni siquiera conocía
suis nombres verdaderos.
Fue esa implacable investigación la que motivó, todavía no hace dos semanas, el
regreso a la cárcel del ex juez federal Víctor Brusa y de cinco ex policías:
María Eva Aebi, Héctor Romeo Colombini, Mario José Facino, Juan Calixto
Perizzoti y Eduardo Alberto Ramos. Todos habían sido detenidos antes en octubre
de 2001, pero el entonces presidente, Fernando De la Rúa, le negó su extradición
a España, donde los requería el juez Baltasar Garzón. Ahora, todos ellos serán
juzgados en la Argentina.
La productora Cuatro Cabezas acaba de terminar El Cerco, un
documental sobre la implacable investigación de Isasa, que muy pronto emitirá
Telefé.
Patricia sonríe, satisfecha: La conocí en 1998, haciendo antesala para hablar
con el juez Baltasar Garzón. Ella tenía consigo carpetas y carpetas: el grueso
de una investigación que había hecho frenéticamente en poco más de un año. Una
investigación vertiginosa que constituye la médula de la acusación contra Brusa
y sus muchachos.
- Hasta 1997 y durante casi dos décadas, aunque no habías investigado al
grupo de tareas que te secuestró, si habías denunciado ese secuestro
urbi et orbe…
- Me limitaba a contar mi historia y todo lo que pude ver. Lo había
hecho en la cárcel, ante la Cruz Roja Internacional, y lo seguí haciendo después
ante la CoNaDep, ante Amnistía Internacional, en diferentes juzgados nacionales,
y por fin en España.
- ¿Y como fue que te pusiste a investigar quienes y cómo te habían
secuestrado?
- Ahora puedo ver que el puntapié inicial fue cuando el 23 de febrero de
1977una Comisión de Cruz Roja Internacional ingresó a la Guardia de Infantería
Reforzada (GIR) a causa de las denuncias que le habían presentado nuestros
familiares. Los de la Cruz Roja nos ofrecieron hablar con ellos en privado. Mis
compañeras mayores no se atrevieron pero yo sí… Pero la investigación en si
comenzó recién veinte años después, cuando mi madre enfermó de cáncer. En
septiembre de 1997 regresé a Santa Fe para cuidarla. Y a la semana me di cuenta
de que hacía casi veinte años que no pasaba una semana en la ciudad, que no
toleraba quedarme porque no había habido justicia. Y me acordé de aquél slogan,
"Hágalo usted mismo"…
- Slogan de la revista "Mecánica popular" … que por cierto adoptó a fines de
los años 60 por la surgiente guerrilla de las Fuerzas Armadas Peronistas. Hacía
al espíritu de la época…
- Exacto. Y fue así como comencé a buscar, de manera errática, entrevistando
gente y anotando todo lo que me decía. Y así fue que alguien me dijo en la
peatonal que había visto en la cárcel, preso, a Eduardo "Curro" Ramos. Le creí y
pensé que si Ramos había estado preso, tenía que haber una causa y un expediente
en el archivo de los tribunales. Y me dije que era hora de aportar algo más que
mis recuerdos, que algún día comenzarían a confundirse, La prueba más
contundente, me dije, es la confesión de los verdugos, y luego en orden de
credibilidad, siguen los documentos….y recién después la palabra de las
víctimas. Porque los fascistas relativizan la palabra de las víctimas. En
privado, los miembros de esta banda santafesina se ufanan de haber secuestrado,
torturado, violado y asesinado a unos 700 jóvenes, pero en público, lo niegan.
- ¿Quién te ayudó a llevar tu investigación a buen puerto?
- La gente menos pensada. Empleados de diferentes dependencias estatales,
algún periodista, algunos familiares de desaparecidos, alguno sobrevivientes.
Pocos sobrevivientes. Lamentablemente, unos cuantos terminaron formando parte de
la estructura del PJ, que guarecía a los represores- Y entonces se llamaron a
silencio, o todavía peor, trataron de boicotear el trabajo. Porque en el PJ
conviven "Montescos y Capuletos", es decir, ex montoneros y milicos. Esta lógica
de coexistencia pacifica condujo a situaciones aberrantes, como que en un mismo
acto estuvieran juntos y revueltos secuestradores y secuestrados. Un asco. La
expulsión de Ramos recién la pidió una sobreviviente a fines de 1997… ¡y se la
negaron! Así que Ramos presento un sublema llamado socarronamente "Dignidad
santafesina" y siguió presentándose como candidato a legislador. Ramos fue
funcionario de la Secretaria de Cultura provincial, luego de la Municipalidad y
sigue siendo hasta hoy afiliado al PJ.
- Lo mismo que Facino, que fue intendente de Rincón.
- El PJ no expulsó a Facino ni siquiera después de que admitió en sede
judicial en 1997 que fue el jefe de la comisaría 4ª cuando, en 1976 había muchos
menores (explicó que éramos mayores de 12 años, y que por eso se nos consideraba
mayores) que estábamos "rigurosamente incomunicados"… un eufemismo para no decir
"desaparecidos".
- ¿Cómo describirías a la patota que te secuestró?
- ¡Huy!... Te puedo contar anécdotas muy puntuales. Por ejemplo, que el 24
de marzo de 1977, primer aniversario del golpe militar, la patota que integraba
Héctor Romeo "El Pollo" Colombini fue a un "enfrentamiento" en Javier de la
Rosa, enfrentamiento en el que acribillaron a balazos a tres personas, entre
ellas José Luis Gómez Castricini y Norma Meurzet, a cuya hermana melliza, Nora,
habían matado en plena calle el 3 de enero anterior cerca de la casa de Ramos…
Después fueron a buscar a la madre de las mellizas. La encontraron barriendo la
vereda y entre risotadas le informaron a los gritos: "Vieja… te matamos a tu
hija". Regresaron a "La Casita" por el camino a Santo Tomé. Tan eufòricos que
cantaban "trique… triqui…" en referencia a los tres asesinados, como si hubieran
hecho tres goles. Para festejar, hicieron un asado. Y cuando terminaron de comer
abusaron sexualmente de un grupo de detenidas-desaparecidas. Recién después, se
durmieron.
- Linda gente…
- Te cuento otra. Esta vez correspondiente a un solo día de septiembre de
1977. Parte de la patota estaba en el norte de la ciudad donde Ramos reconoció a
un joven ex preso político recientemente liberado en la Cárcel de Coronda. Lo
"chuparon" y lo torturaron en la comisaría 4ª hasta dejarlo mormoso, casi en
coma. Después, se fueron al centro a tomar un vermut, y entonces, Ramos, muy
excitado, propuso hacer "un apriete". Así que salieron en el auto, fueron a la
Costanera, y sorprendieron a una pareja en un auto. Así que los bajaron, los
robaron, y a ella la violaron, y luego la dejaron atada a un arbusto con las
manos atrás y su corpiño en la boca. Después, con el auto robado fueron a una
estación de servicio, redujeron al personal y a los eventuales compradores, de
combustible, golpearon al cajero y se alzaron con la recaudación, De allí fueron
a robar un motel, y recién después, al amanecer, se fueron a dormir… Lo que se
dice un día productivo.
- ¿Qué participación tuvo en este accionar el ex juez federal Víctor Brusa?
- Una vez habían traído a mas de una docena de detenidos, entre hombres y
mujeres. Los habían "secuestrado" de los penales donde estaban a disposición del
Poder Ejecutivo y entonces, según el mismo explicó, "El Culón" Brusa decidió
hacer "causas federales a los subversivos para blanquearlos". En fin: que había
que hacerles firmar una historia ficticia ese mismo día. La jornada comenzó
temprano. Brusa presenciaba los "interrogatorios", que es como llamaban a las
sesiones de tortura. Ese día le hizo firmar los papeles a ocho. A una piba la
llevaron a la sala de tortura, la picanearon, y en ese instante un poco se le
corrió el tabique, por lo que pudo reconocerlo. R., un varón, fue de los
últimos, ya de tardecita. Lo levantaron de la"parrilla", le tiraron una camisa
ajena, y una zapatilla que estaba defecada por otro torturado…asi, semidesnudo,
mojado, sangrando, lo pasaron a la sala contigua, donde Brusa le hizo firmar la
declaración. Recién después, Brusa se retiró a su casa. Como era habitual,
portando un arma en la cintura.
- En Julio de 1979 cuando estabas en la Guardia de Infantería, Perizotti
decidió liberarte…
- Sí, decidió mi liberación y la de otros tres menores. Por entonces había
entre 25 y 30 desaparecidos ahí. Estábamos encapuchados, inmóviles, en un
silencio sepulcral, tan apretados que ni siquiera nos podíamos recostar. Nos
daban únicamente sopa y cuando se les daba la gana. Nos la daban en la boca, sin
quitarnos la capucha. Y solamente salíamos de ese lugar cuando nos llevaban al
baño. Perizotti nos liberó, sí, pero ¿qué hizo con las restantes personas
secuestradas, que eran más de veinte? Solo se sabe que el cadáver de una de
ellas apareció flotando en la laguna Setúbal.
- ¿Qué importancia tuvo la intervención de la justicia española y del juez
Garzón?
- Crucial. Con mi investigación bajo el brazo, declaré ante Garzón en
septiembre de 1998, y cuando terminé, Garzón, visiblemente emocionado, me dijo:
"Señora, ¿qué puedo hacer por usted?" Y yo le contesté: "Pida las capturas". Me
miró, algo sorprendido, y me respondió: "Las capturas… Claro, a ver, señores:
hay que pedir las capturas. Y el juzgado se convirtió en un hormiguero. Garzón
es muy trabajador, En menos de un mes, pidió la captura de los seis. Estaba
sola, ¡y la justicia sonreia! Luego, en el 99 empezaron a aparecer otros
testigos. Y ya para el 2000 el carro del oportunismo se llenaba de hacheros del
árbol caido.
- Estaba claro que mientras Menem fuera presidente, ese pedido sería
rechazado...
- En Santa Fe reinaba el escepticismo. Periodistas fachos no sólo decían que
lo de Garzón iba a quedar en la nada; también insistían en que los requeridos
debían ser juzgados aquí, donde regían la leyes de Obediencia Debida y Punto
Final. Creían que la impunidad sería eterna, que nada cambiaria. Me gustaría
saber qué dicen ahora, cuando están todos presos y van a ser juzgados en Santa
Fe.
- Y condenados...
- Supongo que si. Quiero aclararte que yo no creo en la Justicia, al menos
así, en abstracto. Las cosas, está visto, solo funcionan cuando se presiona.
Esta causa dormía hasta que se supo que está a punto de emitirse un documental.
Entonces el fiscal renunció, y el juez se despertó de su siesta y ordenó la
detención del hombre al que sucedió en ese mismo despacho, el ex juez Brusa. Y
de los policías para quienes Brusa oficiaba de furriel.