Argentina: La lucha continúa
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En el dia de los enamorados…
Moyano y kirchner un solo corazón
Por: Federico Corbiére
de la Redacción de ARGENPRESS.info
La CGT suma 'aplausos' al kirchnerismo obsecuente. Esto ocurre luego de que las propias bases de la asociación sindical cuestionaran a sus dirigentes en el conflicto que inmovilizó los subterráneos durante la última semana.
La organización gremial liderada por el camionero Hugo Moyano avaló la intermediación del gobierno para negociar una eventual suba de salarios. La postura fue sostenida hoy por el abogado laboralista Héctor Recalde quien reivindicó coincidencias con su antiguos adversarios nucleados en la Unión Industrial Argentina.
De esta manera el sindicalismo oficialista mostró una severa preocupación por batallar contra el trabajo informal, mientras un gran número de secretarios generales transitan por la duda existencial de: sostenerse en el poder con cada vez menos agremiados (fruto del alto índice de desocupación) o, de revertir su conducta pactista desde que la dirigencia declinó frente a la flexibilización laboral. Casos de corrupción aparte.
No resulta circunstancial la aparición de voceros sindicales en la esfera pública, luego del éxito obtenido por los trabajadores de Metrovías que llevaron adelante un solitario plan de lucha sin el aval concreto de sus máximos representantes.
La central obrera que ahora en lugar de combatir el capital prefiere perseguir evasores, reivindicó el acuerdo abordado en diciembre con la asociación industrial presidida por el empresario del plástico, Héctor Méndez, en base a tres puntos esenciales: la recuperación del mercado interno, la del poder adquisitivo de los salarios y la erradicación del trabajo en negro.
El fin de la burocracia sindical en su insólita aparición de voluntad expeditiva no es el principio de su democratización, como muchos desean desde los tiempos del vandorismo hasta la fecha; sino otro nuevo alineamiento hacia una concepción de resignación sobre las conquistas sociales obtenidas a fuerza de luchas obreras y resistencias populares, que entre otros factores sirvieron para sostener al peronismo durante veinte años de proscripción.
Méndez también señaló estar junto al gobierno y los gremios en la nueva búsqueda de 'dinamismo' para la concertación, en vista al progresivo aumento y reactivación de la actividad productiva luego de la devaluación del 2002, que favoreció a los sectores financieros y exportadores, en detrimento de una profunda deuda interna que acrecentó los márgenes de exclusión social con el objeto de maximizar utilidades.
La falta de reconocimiento jurídico a la entidad menos condescendiente nucleada en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), única organización que protege a los trabajadores desocupados una vez que son expulsados del mercado laboral, es otra muestra de la carencia de voluntad política en la democratización de las instituciones.
No escapa a este realismo ingenuo del Ejecutivo las pantomimas coloreadas pobladas de mega anuncios triunfalistas en materia comercial, modificaciones legislativas que eximen de culpa y cargo el mal desempeño en la función pública, y las caravanas en exceso a los delirios imperiales del viejo continente.
Es que nadie del entono presidencial, dijo Zapatero a sus zapatos… cuando el flamante presidente español manifestó semanas atrás de visita por Buenos Aires, su honda preocupación por la condición de 'Hispanoamérica'. Nadie se atrevió a desasnarlo y explicarle que la Argentina pertenece a Latinoamérica. Que hubo una revolución en 1810 y que la identidad cultural sudamericana no tiene precio de costo, a pesar de las concesiones leoninas cedidas a empresas de capital español, principalmente en el manejo del patrimonio petrolífero y en materia de telecomunicaciones.
'Hemos sido colonia y no hemos dejado de serlo, a pesar de la emancipación política'. Lo dijo ochenta años atrás el filósofo Alejandro Korn, quien supo entender el genio diabólico que inspira el decisionismo oportunista de las elites gubernamentales, que en esos tiempos como ahora propiciaron la suma del poder público, el unicato, contubernios y décadas infames.
A casi dos años de una renovación presidencial la historia vuelve a repetirse.