Mucha gente pequeña
en muchos lugares pequeños
haciendo cosas pequeñas
cambiará la faz de la tierra.
(Proverbio africano en un cartel del Congreso)
Los cartoneros llegaron a San Leopoldo, Brasil de todas partes del país
anfitrión, y de varios lugares de América. Estuvieron reunidos tres días
discutiendo sobre sus problemas, intercambiando sus sueños y sus formas de
organización. Las luchas de estos hombres y mujeres tuvieron momentos de
esperanza y alegría traducidos en conclusiones comunes y en cantos compartidos
Entre el 23 y el 25 de enero de 2005 se realizó en San Leopoldo, a 32 kilómetros
de Porto Alegre, el II Congreso Latinoamericano de Catadores con la asistencia
de cartoneros llegados de todas las regiones de Brasil, desde localidades
fronterizas con Colombia, San Pablo, Fortaleza hasta de más al sur como Caxias o
Uruguayana, así como delegaciones de Uruguay, Chile, Colombia y Argentina.
Los objetivos generales fueron hacer un balance de las conclusiones del I
Congreso del año 2003 y acordar nuevas propuestas para el futuro.
Los habitantes de esta pequeña ciudad, con una iglesia más grande que su plaza,
estaban preparados para recibir con solidaridad a los mil cincuenta visitantes
que fueron albergados en varios centros y casas particulares. El congreso se
desarrolló en un desproporcionado estadio cerrado, con capacidad para doce mil
personas. Una especie de Luna Park en el medio de dos manzanas de pasto, que a
falta de árboles vio crecer carpas donde se desarrollaron los talleres o mini
plenarios en los que se discutió sobre las luchas y las expectativas de estos
trabajadores. Tres computadoras dispuestas en una de las salas del estadio
oficiaron de sala de prensa y apoyo para redactar propuestas e informes para las
delegaciones. Los asistentes dispusieron de un centro de salud que acompaña el
desarrollo del movimiento de catadores brasilero. Sicólogos, médicos
generalistas, odontólogos, sociólogos, herboristas han conformado desde hace
tres años un grupo autónomo que articula con los cartoneros y que apoyados en la
educación popular atiende sus problemas de salud, apuntando a la prevención y
apoyando sus reclamos de ser incluidos en el sistema universal de salud de
Brasil, que debería alcanzarlos pero que en la práctica los excluye.
Cada jornada del Congreso estuvo matizada con presentaciones culturales de
artistas populares o producciones de algunas de las delegaciones que reflejaban
en sus poesías las vivencias y los sueños de quienes están en la base de la
pirámide social.
La actividad se desarrolló en forma de plenarios por la mañana y de talleres por
la tarde. Las conclusiones fueron el resultado de estos talleres.
En los afiches del congreso se encuentran a los auspiciantes del evento,
alrededor de dos docenas de entidades. La fundación Luterana de Diaconia
acompaña el crecimiento del Movimiento Nacional de Catadores y Recicladores (MNCR)
casi desde sus inicios y apoyó este encuentro. Para la ocasión se fueron sumando
otras agrupaciones religiosas, el Municipio de San Leopoldo y empresas como
Petrobras que aportó doscientos mil reales (unos doscientos mil pesos
argentinos.
Bruno, integrante del MNCR explica: 'Estamos acá no gracias a un favor del
intendente o al regalo de alguna empresa, estamos acá con gente en la calle que
marca una correlación de fuerzas'.
La delegación argentina
Catorce fueron los argentinos presentes en el congreso. Cartoneras del Tren
Blanco de José León Suárez, miembros de la Cooperativa del Bajo Flores,
trabajadores de la localidad de Bella Vista sufrientes pasajeros del cartonero
del ex tren San Martín, una delegada del tren diesel de Zárate, cartoneros de La
Plata, de Guernica y asambleístas de Wilde se prepararon en sólo una semana para
estar en San Leopoldo.
Si bien el Congreso se venía gestando desde hacía más de seis meses la falta de
coordinación entre los distintos grupos de cartoneros en Argentina hizo que el
MNCR no encontrara un interlocutor, habida cuenta que no querían la
intermediación de los organismos oficiales. Los asambleístas del taller de
Cartoneros y Vecinos de las Asambleas Autónomas hicieron los contactos de último
momento y quedó conformada la delegación.
'No trajimos ni una bandera argentina' fue la primera queja a coro que se
escuchó desde el grupo.
No obstante la coordinación fue surgiendo sobre la marcha y creció en la medida
que fueron transcurriendo los días hasta estar en condiciones de hacer su aporte
como grupo, aporte que se vio reflejado en las conclusiones finales. Hasta la
bandera, hecha en papel apareció para la hora de las presentaciones. Lograron
armar un stand argentino, con informaciones diversas, un power point sobre la
construcción autónoma de una escuelita en José León Suárez, información sobre el
Ceamse e hicieron circular la foto de Diego Duarte, desaparecido en el
enterradero Norte III hace casi un año.
La sorpresa mayor para el grupo fue reconocer que no estaban tan atrás en las
luchas como a priori parecía. Estos hombres y mujeres han tenido que trazar
caminos diferentes a los de los brasileros o uruguayos que recién comienzan a
oponerse a la tercerización en la recolección de residuos. Han tenido que
pelearle directamente a las empresas privadas que manejan los residuos desde
hace casi 30 años, su derecho a ganarse la supervivencia y no han encontrado
ningún tipo de interlocutor en las esferas gubernamentales donde están
enquistados los gerentes de dichas empresas con el único objetivo de perpetuar
el negocio. En los talleres quedó claro que algunos grupos, sobre todo los que
vinieron desde el norte de Brasil, esperan respuestas positivas de los
organismos de gobierno en una suerte de ingenuidad que no se comprendía en la
delegación. No todos los brasileros presentes comparten esta visión; 'Esto de
creer que se puede conseguir algo sin luchar es ingenuidad en algunos, temor en
otros, catadores y militantes, y deshonestidad política de otros' nos dijo un
miembro del MNCR.
Estela del tren diesel de Zárate nos comentó después de uno de los talleres del
segundo día de trabajos: 'No entiendo que esperan del Estado. El Estado lo único
que puede hacer es cagarlos'.
Jogo bonito, también en organización
En una de las rondas de las mini plenarias había una pareja de catadores que con
cierta timidez, manifestaron que no tenían mucho que aportar. Ademar, del estado
de Minas Gerais respondió rápidamente; 'Todos tenemos algo que aprender y todos
tenemos algo que enseñar, compañeros' frase que estimuló a los remisos. En ese
clima se desarrollaron las discusiones en las que por momentos se plantearon
profundas diferencias políticas, sobre todo a la hora de proponer movilizaciones
confrontando con el gobierno progresista de Lula, sin levantar la voz y con un
evidente espíritu de acuerdo entre ellos.
El MNCR tiene sus raíces en Río Grande do Sul. En este estado los cartoneros
llegan a sesenta mil en tanto en todo el país las estimaciones indican que
rondan los quinientos mil.
En Gravataí, una localidad cercana a la Capital Estatal, Porto Alegre, nació el
primer galpón de acopio en 1996, donde además se reunía la villa para discutir
sobre las necesidades básicas como luz y agua. En ese momento comienza el aporte
de los militantes del movimiento Resistencia Popular y de un movimiento
femenino, Mujeres Libertarias.
Bruno es un periodista de Porto Alegre que forma parte del movimiento
Resistencia Popular desde 1997. 'A veces sé que parece esquizofrénico decir nos
movilizamos, o hicimos una barricada, siendo que muchos de nosotros no somos
catadores, pero es que conformamos otra identidad, otro 'nosotros' en el cual
aportamos nuestros conocimientos pero no como técnicos'
Juntos, catadores y militantes, han organizado las luchas por los derechos de
quienes están en la 'base de la base de la pirámide social, más abajo sólo están
sus hermanos presos o sus hermanas prostituidas' agrega Bruno.
Han ofrecido resistencia a las trampas del tipo presupuesto participativo, que
en este Estado permite discutir a la ciudadanía sobre el 4% del gasto. Han
conseguido galpones, prensas para enfardado, dos camiones, todos elementos que
permiten saltearse a los intermediarios del negocio del recuperado, y ahora van
por vivienda digna, salud y educación de tiempo completo para sus hijos.
Evinha, de Caxias do sul, explica: 'Los catadores tienen que tener una morada
donde retornar todos los días y por esto luchamos. La organización de estos
objetivos no es solo del MNCR, sino que es paralela, con otras organizaciones
porque ser o no catadores, todos tenemos que tener una vivienda. Para mí estos
años de lucha me han convertido en una flor que abrió'
Para Bruno, la organización 'Gaúcha' es más solidaria, igualmente clasista a la
del resto de Brasil pero más combativa con lo que refleja una disparidad en el
crecimiento de la organización.
Final abierto
El II Congreso dejó algo más que conclusiones escritas. Dejó un intercambio de
vivencias entre todas las delegaciones que podría funcionar como motor para la
organización local y continental. Los cartoneros tienen claro que nada se puede
copiar porque caminan por realidades diferentes, pero sí compartieron las mismas
necesidades en cuanto al reconocimiento de su trabajo, no solo como parte de una
cadena productiva, sino como un servicio indispensable desde el punto de vista
ecológico y en cuanto a combatir la tercerización. Tienen la misma necesidad
alrededor de los derechos por una vivienda digna o sistemas de educación que
impliquen la contención de sus hijos, para que estos no tengan que salir a
cartonear. La misma certeza de que sólo la lucha les permitirá alcanzar sus
objetivos.
En las palabras de Silvio, delegado colombiano, encontramos una síntesis del
espíritu del Congreso: 'En Mexico nos dicen pepenadores, en Perú y Ecuador,
minadores, en Colombia, recicladores, en Uruguay, clasificadores, En Argentina,
Paraguay y Chile, cartoneros, En Brasil catadores, en la India, cirujas y en
general somos basuriegos. Pero somos unos mismos, somos los pobres, somos los
que reciclamos, somos los que limpiamos el mundo de la basura del consumo. ¿Y
qué queremos? Queremos reconocimiento económico, social y ambiental... para
lograrlo necesitamos tener las manos en la basura... la cabeza, fuera de la
basura'.