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Argentina: La lucha continúa

Arrojarán sobre la Plaza de Mayo las cenizas de Azucena Villaflor

Pablo Abiad

Será el jueves, al cierre de la Marcha de la Resistencia (organizado por un sector de las Madres). También colocarán una placa junto a la Pirámide.
Desaparecida en 1977, sus restos fueron hallados en junio como NN en un cementerio de General Lavalle.
Las cenizas de Azucena Villaflor de Devincenti, una de fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, serán arrojadas este jueves en la Plaza. El Gobierno decidió que, como parte de la ceremonia, se coloque una placa en su memoria junto a la Pirámide, de frente a la Casa Rosada.
De esa forma se cerrará este año la Marcha de la Resistencia, que las Madres repiten cada año en conmemoración de su lucha. Villaflor fue una de las primeras mujeres que en 1977, hartas de que la dictadura militar les negara información sobre sus familiares desaparecidos, comenzaron a dar vueltas a la Plaza de Mayo a modo de silenciosa protesta.
Azucena Villaflor fue finalmente secuestrada el 10 de diciembre de ese mismo año. Su cuerpo estuvo desaparecido hasta junio de 2005, cuando expertos del Equipo Argentino de Antropología Forense lo identificaron de entre otros restos enterrados como "NN-masculino" en el cementerio de la localidad de General Lavalle; de la misma manera se recuperaron los cadáveres de Esther Ballestrino de Careaga y María Eugenia Ponce de Bianco, también fundadoras de Madres.
La idea de esparcir las cenizas de Azucena fue de una de sus hijas, Cecilia, que consiguió el auspicio de Néstor Kirchner en junio, cuando lo visitó en su despacho. El Presidente derivó la concreción de la ceremonia en su secretario general, Oscar Parrilli.
En la placa secretario de Derechos Humanos, Eduardo Luis Duhalde se  asentará el año de nacimiento de Villaflor (1925) y el de su asesinato;  se reseñará quién fue y se consignará uno de los lemas de las Madres: "Juicio  y castigo a los culpables". Clarín no pudo confirmar si el jueves a las 15.30 prevista  para el acto habrá algún funcionario del Gobierno junto a la Pirámide.
Las Madres de Plaza de Mayo sí estuvieron el jueves en la Casa Rosada, en ocasión de la asunción de los nuevos ministros del Gabinete. Terminada esa ceremonia, el Presidente las saludó una por una con un beso.
Desde que asumió, Kirchner hizo de los derechos humanos uno de los ejes de su gestión y buscó poner a todas las organizaciones de su lado. En el primer aniversario del golpe de 1976 durante su gobierno, anunció que la Escuela de Mecánica de la Armada un museo. También obligó a retirar un cuadro del dictador Jorge Videla del Colegio Militar y propició se anularan las  leyes del perdón.
En contraste con sus antecedentes de Santa Cruz, Kirchner y su esposa se reivindican ahora como luchadores de aquellos años negros. En los hechos, esa posición encaja con el perfil de centro izquierda que pretende asumir el Gobierno.
La identificación de los cuerpos de Azucena Villaflor, Esther Ballestrino y Eugenia Ponce tuvo una importancia histórica: fue la primera confirmación científica de los vuelos de la muerte, uno de los métodos de exterminio implementados por la dictadura. El trabajo de los forenses permitió comprobar que las tres fueron lanzadas al río desde aviones, al igual que las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon.
Los restos de Domon todavía no aparecieron. Los de Duquet y los de las otras dos madres fundadoras fueron enterrados en la Iglesia de la Santa Cruz, en San Cristóbal, donde también solían reunirse para tratar de establecer el paradero de sus familiares. El ex marino Alfredo Astiz se les infiltró para venderlas, secuestrarlas, torturarlas y asesinarlas.
Los hechos son hoy objeto de una de las megacausas reabiertas por la Cámara Federal. El caso Villaflor está en plena investigación, a cargo del fiscal Eduardo Taiano y el juez Sergio Torres.
Hasta ahora, Azucena tenía una calle con su nombre en la ciudad de Buenos Aires y un monumento en la misma esquina de Sarandí de donde la arrancaron.
Una vez que recuperaron sus restos, sus hijos también pensaron en arrojar las cenizas en el mismo lugar de Puerto Madero donde dejaron hace unos años las de su padre, Pedro.
Cecilia De Vincenti explicó a Clarín por qué prefirió el acto de este jueves en la Plaza. Dijo: "Mi madre tiene una parte privada, que es la de nuestra familia, y otra pública. Y no hay ningún lugar que represente mejor su lucha que la Plaza de Mayo".