Argentina: La lucha contin�a
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Argentina: deber�a importar crudos livianos a partir del a�o que viene
De acuerdo con los c�lculos de algunos especialistas en
energ�a del Estado, el pa�s necesitar�a en 2006 aproximadamente 5 millones de
barriles de petr�leo liviano para compensar la baja en la performance de los
yacimientos locales con producto de mejor calidad. A esa situaci�n se suman las
demoras en la aprobaci�n de medidas que estimule n la exploraci�n, que
constituye la �nica alternativa concreta para revertir la tendencia.
Revista Petroqu�mica, Petr�leo & Gas
N�mero 208 Diciembre 2005 .
T�cnicos especializados en energ�a que trabajan en la �rbita del Estado
entienden que, para el a�o que viene, las caracter�sticas de la oferta de
petr�leo nacional y la demanda de combustibles perder�n la poca armon�a que
conservaron hasta 2005. Eso obligar�, entre otras cosas, a recurrir a los
mercados externos para asegurar el aprovisionamiento para las refinadoras
argentinas de un crudo relativamen te liviano -de al menos 36 grados API- que ya
comienza a brillar por su ausencia en los yacimientos locales.
En rigor de verdad, se trata de una situaci�n largamente esperada por el sector
de refinaci�n, habida cuenta de la constante declinaci�n en la producci�n de
petr�leo de mejor calidad (propio de la Cuenca Neuquina), que tiene un mayor
valor de venta y rinde de manera m�s adecuada a la hora de extraer combustibles.
Adem�s, de los crudos argentinos, es pr�cticamente el �nico que se utiliza para
la producci�n de lubricantes.
Los pesados, por su parte, caracter�sticos de la Cuenca del Golfo San Jorge, son
los que normalmente permiten extraer menor cantidad de naftas y de gasoil. Ese
�ltimo combustible es, justamente, el que m�s se vende en el pa�s, y en algunas
�pocas del a�o suele ser deficitario. De hecho, en 2005 fue necesario im portar.
La situaci�n que deber�a enfrentar la Argentina a partir del a�o que viene tiene
lugar en muchos otros pa�ses, que conviven sin grandes problemas con un esquema
de exportaci�n de petr�leos pesados (la Argentina aumentar�a las ventas al
exterior del crudo Escalante y Ca�ad�n Seco, cuya producci�n es la �nica que a�n
sigue en aumento) y comprar�a livianos para mejorar sus mezclas. Brasil es un
buen ejemplo de esa din�mica. De lo contrario, ser� casi inevitable que el pa�s
sufra la falta de destilados medios..
El punto.
Las complicaciones en el caso argentino, sin embargo, no est�n dadas por la
importaci�n en s� misma, sino por un tema de precios. En el mercado local, los
combustibles -retenciones y advertencias del Gobierno mediante- se ubican por
debajo del nive l internacional, y el barril de venta interna est� situado en un
promedio de entre 30 y 40 d�lares.
En l�neas generales, el petr�leo de producci�n nacional llega a manos de las
destiladoras a un 31% menos que en la mayor�a de los pa�ses (las retenciones que
se aplican en la actualidad tienen un valor nominal de un 45%, pero el efecto
concreto en las compras y en el mercado es casi 15 puntos porcentuales por
debajo de esa cifra) y, sin embargo, aun as� los refinadores advierten que no se
consigue estructurar un negocio rentable debido al desfasaje en los precios de
los combustibles.
Cuando el pa�s deba comprar en el exterior el petr�leo que le falta, deber�
pagarlo a precio internacional, con un barril a m�s de 60 d�lares.
Seg�n los n�meros que manejan especialistas en energ�a del Gobierno -de acuerdo
con el comportamiento de la producci�n nacional de petr�leo y el pron�stico de
la demanda de combustibles-, el a�o que viene ser� necesario adquirir puertas
afuera unos 5 millones de barriles de crudo. Si, adem�s, se estima una
diferencia de un peso entre el precio interno de los combustibles y el externo,
el c�lculo arroja que habr� un desfasaje anual de 250 millones de d�lares, a
menos que se recomponga el precio de los combustibles en el mercado interno.
Dado que esa es una opci�n que a la administraci�n de N�stor Kirchner no
entusiasma en absoluto, quedan otros dos caminos para zanjar el problema: que la
diferencia la aporten las petroleras (algo que rechazar�n de plano) o un
subsidio estatal.
Otra posibilidad para enfrentar el problema es iniciar la transformaci�n de las
refiner�as instaladas. Aunque algunas compa��as ya comenzaron a hacerlo,
constituye una alternativa bastante impopular en el �mbito empresario. En primer
t�rmino, debido a que los obliga a realizar un desembolso para algo que hasta
hace poco tiempo ten�an resuelto, y en segundo lugar porque consideran que el
mercado, al menos hoy, no justifica esas inversiones..
A largo plazo.
Una alternativa a futuro para intentar resolver el problema pasa por
encontrar nuevos yacimientos petroleros que, adem�s, cuenten con un producto de
buena calidad, a trav�s de la actividad exploratoria. En esa direcci�n, los
empresarios -con la mirada en las posibilidades que entra�a el mar argentino-
reclaman desde hace tiempo la sanci�n de medidas que estimulen la b�squeda de
hidrocarburos en zonas de alto y muy alto riesgo, para contrarrestar la
declinaci�n natural de los yacimientos maduros situados en el on shore.
El Gobierno intent� dar una respuesta a ese tema este a�o mediante la
elaboraci�n del proyecto de ley de est�mulo a la exploraci�n y explotaci�n
petrolera. La iniciativa est� desde hace meses en el Congreso de la Naci�n,
donde se hicieron consultas a diversos actores de la industria, tant o p�blicos
como privados. Sin embargo, se encuentra claramente demorada, y no se espera una
sanci�n en el corto plazo. Adem�s, todo indica que si la iniciativa se aprueba
sufrir�a varias modificaciones.
Algunas de las principales cr�ticas al texto enviado por el Ejecutivo provienen
de las provincias. Los estados productores consideran que el proyecto va en
contra de la tendencia pol�tica y administrativa que prim� durante los �ltimos
a�os, y que tiene como principal eje pasar paulatinamente el control de los
hidrocarburos a las provincias. Eso fue contemplado en la reforma constitucional
de 1994 y, con posterioridad, en el decreto 546 del a�o 2003.
Tambi�n consideran que el bosquejo inicial no ofrece los est�mulos fiscales
suficientes para promover inversiones en �reas de alto riesgo geol�gico, y est�n
en contra de la imposici�n de Enarsa como socia a potenciales inversores.
Algunos sectores del Gobierno tambi�n rechazaron la introducci�n de la compa��a
nacional de m anera obligatoria. M�s a�n: en el directorio de la propia Enarsa
hubo voces de disconformidad con respecto a ese punto. De hecho, se est�
trabajando para dar una entidad m�s definida a la futura participaci�n de la
empresa conducida por Exequiel Espinosa en proyectos off shore.
Por su parte, los encargados de elaborar el proyecto rechazan de plano la
cr�tica de las provincias con respecto a una nueva centralizaci�n del poder de
decisi�n en manos del Estado Nacional. "�C�mo vamos a hacer eso?", dispara un
t�cnico que particip� de la iniciativa. "Si eso ocurriera estar�amos elaborando
una ley anticonstitucional. Ni en el esp�ritu ni en la letra del proyecto se
sugiere una nueva centralizaci�n en la Secretar�a de Energ�a".
En el Gobierno, en cambio, consideran que los reclamos de las provincias no
est�n dirigidos directamente contra el proyecto de ley, sino que es un intento
por adosar a ese texto otras medida s que deber�an estar contempladas no en una
normativa destinada a estimular la exploraci�n sino en una futura Ley de
Hidrocarburos.
Aunque los actores involucrados encuentren pr�ximamente una salida a su
aprobaci�n, no habr�a grandes cambios en el panorama exploratorio argentino,
debido a que luego de ser descubierto, la puesta en producci�n de un yacimiento
demora varios a�os.
Tampoco se esperan grandes descubrimientos en el corto o mediano plazo. Es por
ese motivo que la mayor�a de los actores del sector energ�tico reconocen que la
Argentina est� por estos d�as tocando inevitablemente las puertas de la
importaci�n..
Nuevo Proyecto Energ�tico Latinoamericano
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