Argentina: La lucha continúa
|
Cumbre mediática en la quema de un tren
Domingo Riorda
Agencia de Noticias de Prensa Ecuménica
El ramal Sarmiento sale de Once en un largo recorrido por el Oeste del Gran
Buenos Aires. Lo comercializa Trenes Buenos Aires (TBA), por el sistema de
concesión, no privatización, al igual que otras empresas de ferrocarriles, por
las cuales el estado subvenciona uno o dos millones de pesos por día, según
declara el diputado nacional Ariel Basteiro, socialista.
Los que hemos viajado por esa vía certificamos la descripción del intendente de
Morón, Martín Sabatella, por lo calamitoso del servicio, su calificativo de
inescrupolosa a la empresa TBA y su comparación de que se viaja peor que el
ganado.
El día de los incidentes en Haedo, Partido de Morón, martes 1 de noviembre,
"Desde la madrugada la línea Sarmiento estaba brindando servicio con demoras de
cerca de 20 minutos" .El ánimo de los usuarios ya venía alterado. Pasadas las 8
de la mañana un tren que había salido de Moreno con problemas eléctricos primero
se detiene en Castelar y luego reinicia la marcha hacia Haedo, en el trayecto se
produce un principio de incendio a causa de un cortocircuito. El tren se detuvo
en la estación Haedo y los pasajeros iban a ser transbordados a otro convoy
cuando comenzó la protesta violenta de los usuarios. (Página 12).
Ese es el antecedente mas inmediato a los hechos, pero corroborando lo penoso
del servicio Edgardo Reinoso, guarda y delegado de la comisión de reclamos de la
línea Sarmiento, declaró a Página/12 Web "que el reclamo airado de los usuarios
es cosa de todos los días. Tenemos tres compañeros con tratamiento psiquiátrico
a causa de intentos de linchamiento por parte de pasajeros enfurecidos durante
otros problemas en el servicio. El estado de los trenes y la falta de inversión
y mantenimiento por parte de TBA producen cotidianamente hechos de violencia,
verbal o física, ante los cuales somos los trabajadores ferroviarios los que
ponemos la cara".
Rápidamente los medios se instalaron en la zona. El Canal TN usó horas -por lo
menos tres comprobadas ya que lo agarré iniciada la cobertura- transmitiendo
imágenes de los incidentes, con locutores y locutoras estrenadas para relatar
películas de terror aún cuando no pasaba nada, mientras la policía se aprestaba
para recapturar la estación. El operativo restitución fue bien diagramado, por
lo que la escena final fue sin enfrentamientos; sin sangre ni golpes la policía
tomó la estación ocupada, por lo que TN, prestamente, comenzó a narrar los
hechos anteriores, los violentos.
No hay registros de que los medios -televisión-radio-diarios- se hayan ocupado
de historiar ese deprimente servicio de trenes y las protestas de los usuarios.
Ninguna historia de vida de las miles de personas que viajan todos los días en
ese inmundo servicio y que por horas, ida y vuelta, van a trabajar, sostienen su
familia y, seguro, muchas de ellas colaboran en servicios humanitarios como
comedores, iglesias, organizaciones barriales. Solo suben al escenario mediático
cuando ocurre algo como lo de Haedo.
Ni soñar con dar el diezmo de las emisiones a promover los hábitos, ciertos,
verdaderos, existentes, de la gran cantidad de gente, especialmente jóvenes pero
no sólo ellos, embarcados en acciones a favor de la dignidad humana como los
gestos de solidaridad, los miles comprometidos y comprometidas en ayuda al
desvalido, la niñez carenciada los varios miles que participan en cientos de
coros que existen en país, y otras acciones similares.
Luego lo clásico. El gobierno adjudicándole el violento incidente a algún
movimiento ideológico, siempre de izquierda extrema; la organización acusada
dice que no y que el gobierno es un traidor, luego un dirigente revindica el
hecho; el diario La Nación resalta los millones de dólares que le costará a la
empresa reponer los vagones quemados y siembra de caos y términos vandálicos en
sus notas; el Sindicato de Ferrocarriles anuncia un paro en solidaridad con los
usuarios que, a causa de no tener trenes, se desvivirán por los ómnibus para
llegar a horario al trabajo y se reducirán sus ya escasas horas de descanso.
La sinceridad y la creatividad ausentes. Los gestos mecánicos presentes. Como
Samuel Beckett en "Esperando a Godot", la repetición de la misma conversación
esperando al Señor Godot, que no viene.
En medio de esta parodia de la verdad aparece alguien con cierta lucidez. Es el
Intendente de Morón. Martín Sabatella. Ya lo dijimos, calificó de
"inescrupulosa" a la TBA, pero además pidió que se le quite la concesión porque
"es absolutamente claro que no cumple con nada y que la gente viaja en forma
horrible". Sobre la presencia de grupos organizados dijo que "algo hay, pudimos
ver algunos maniobras que indicaría que hubo algún grupo de ese tipo, pero es
claro que si lo hubo se montó sobre la protesta de los usuarios". No vendió
pescado podrido.
Siempre hay factores justificantes en estos asuntos. Los hubo en el reciente
motín de película en una cárcel; también en la pelea de un sindicato contra un
Supermercado; en la filípica del Obispo católico romano Héctor Aguer contra la
educación sexual; en la polémica Argentina/Uruguay por las dos papeleras; en las
trapisondas de funcionarios del PT en Brasil, en el interés de Venezuela por
elementos nucleares. Y otros sí. Todos unidos con el lazo de la amplificación
mediática.
Hechos como los de Haedo ocurren. Por un tiempo seguirán apareciendo ahora que
los secuestros extorsivos casi desaparecieron. El legado es fuerte. Si se los
toma puntualmente se discute si fueron organizados o no. Si se los
contextualizan el panorama se amplia, mejora la conversación.
Lo puntual y lo contextual no le interesa a la Cumbre Mediática. Cumplen su
cometido. Amplifican la inseguridad. Bastardean a la gente. Con la máscara de
sus nombres comerciales esconden a los dueños del circo. Son serviles de los
verdaderos promotores de la inseguridad. Esos que venden vidrio por perlas. Para
peor, todavía nos enganchamos. Comentamos sobre los cien detenidos, la quema de
15 vagones y la histórica estación, la molotov en alguna mochilla, la violencia
de la gente. Sano ejercicio sería cambiar la conversación que propone la Cumbre
Mediática. En una de esas descubrimos que son otros los que causan violencia y
que deben ir detenidos.