Argentina: La lucha continúa
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Cumbre de los pueblos y acto de Chávez
Marcelo Basso
Este momento tan rico que está viviendo latinoamérica nos deja un particular
capítulo en Mar del Plata, y llevará tiempo analizar en profundidad sus diversas
alternativas. En particular las segundas lecturas y las consecuencias
indirectas, que resultarán a la larga las más valiosas. La posibilidad de
juntarse y encontrars personalmente con una gran cantidad de organizaciones de
toda latinoamérica, la posibilidad de compartir sus experiencias y la
construcción de contactos y redes de intercambio son por mucho un saldo
inmensamente más valioso que las conclusiones ya larguísimamente reeditadas de
una Cumbre de los Pueblos que abundó en lugares comunes y evitó los espacios de
verdadero debate.
Otras lecturas de la cuestión local son igualmente jugosas. La violencia de las
declaraciones de Bonasso llamando a reprimir a los "loquitos infiltrados", las
acciones aparateras y oscuras de Bonasso atropellando con figurones mediáticos
el trabajo de muchos meses que viene construyendo desde abajo, y los objetivos
claramente mezquinos de Bonasso, dejan al descubierto con notable crudeza los
metodos más prepotentes de la tradición peronista. Es importante destacar que
todos los que estuvieron participando lo notaron y lo comentaron, y eso es
importante, es importante que se conozca quién es quién. Por supuesto que esto
no es mencionado por ningún medio quienes se esmeran en destacar el éxito de la
participación de Bonasso en la cumbre de los pueblos, siendo que ¡Nunca
participó! El que si participó es Pérez Esquivel, que de un animoso conciliador,
se terminó mostrando como la punta de lanza que necesitó Bonasso para abrochar a
la organización de la Cumbre de los Pueblos en ese circo mediático que necesitó
de mucha plata para arrear gente a un acto que luego no resultó tal como lo
esperado. En un discurso de semejante personaje, no alcanzan las lecturas
literales y mucho menos aquellas que enfatizan en la consignas. Son
imprescindibles las segundas lecturas de hechos gestos y palabras. Una notable
fue la chiflatina contra D´elía, y aunque es anecdótico, es muy posible que esté
determinando el futuro político de este ex piquetero tan poco político. Pero hay
una cuestión que muy pocos se animaron a puntualizar a pesar de que forma parte
del fondo más profundo y sustancioso de los actuales debates en el campo social
de toda Latinoamérica, y es la insistente y firme referencia de Chávez a la
impostergable lucha contra el capitalismo, que debe ser derrotado con
socialismo. Luego de sobarles el lomo agitando los mitos y dogmas de los
nacionales y populares que respondieron con ruidosos vítores y cánticos, no
buscó rodeos para definir la cuestión política de la actualidad, yendo directo
al grano: "está muy claramente planteado, es el mismo tema de Carlos Marx:
socialismo o barbarie".
Fue muy interesante ver que en ninguna de las insistentes menciones a la
necesidad de construir el socialismo del siglo XXI, hubo aplausos, ni tan
siquiera algún signo de aprobación de todos estos transversales. Si a eso le
sumamos que a Kirchner no lo nombró ni una sola vez en las dos horas y media
(aunque eso puede ser solo una casualidad, es cierto), junto a las claras
diferencias entre Kirchenr y Chávez respecto de la recuperación de los recursos
para el estado y en particular sobre la democracia y la participación popular,
está claro que el fuerte y profundo debate que con mucho trabajo se pretende
ocultar, no tardará mucho en aflorar como brote fresco, y a partir de ahí, las
propuestas más políticas para la transformación social comenzarán a aparecer con
verdadera frescura, claro está, dejando en el camino las cáscaras de las viejas
prácticas fasistoides y asistencialistas y las arcaicas mentiras dependentistas
de la soñada burguesía nacional.