Argentina: La lucha continúa
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Radiografía de las posiciones en la negociación por el ALCA en la cumbre de presidentes
Quién es quién frente a la agenda imperial Washington con el ALCA
IAR-Noticias Informe especial
Algo quedó claramente revelado en la Cumbre: Venezuela, Brasil y Argentina
están prácticamente solos en la posición de no firmar el ALCA promovido
por Washington con Vicente Fox, de México, como impulsor principal.
Pero las razones de Chávez, Lula y Kirchner para no firmar el tratado
difieren sustancialmente.
El Mercosur -comandado por la Argentina y Brasil-, en los últimos días
endureció su rechazo al tratado de libre comercio por la vigencia de
subsidios agrícolas en los países más desarrollados, en especial los EEUU.
Ni la Argentina ni Brasil -líderes del Mercosur- pretenden arrancar de raíz el
posible acuerdo, y sugieren, en cambio, reevaluarlo, que es como decir
"patearlo para adelante".
En la tarde del viernes, voceros de la Cancillería argentina revelaron que
Argentina y Brasil aceptaron cambiar parte del duro texto inicial que
consideraba que el ALCA había fracasado.
Se aceptó suavizar el texto con el fin de facilitar un acuerdo entre las
partes y llegar a buen puerto, esto es, no enfrentarse con los intereses de
Washington, con el documento de cierre de la Cumbre.
Por otra parte, el gobierno brasileño buscaría alcanzar el llamado ALCA light,
un acuerdo base con
margen para que cada país negocie con otros las trabas comerciales más
difíciles de superar.
Uruguay, Paraguay y Bolivia, internamente, mantienen una posición menos extrema
y más maleable al tratado impulsado por la diplomacia imperialista.
Además Kirchner y Lula, gobiernos con discursos (sólo discursos) progres, por
razones político-electorales, deben mantener posiciones distantes del ALCA , el
que fue tomado como bandera máxima de resistencia antiimperialista por la
izquierda y la socialdemocracia latinoamericana.
Apenas llegó a Mar del Plata, el presidente de Brasil, Lula da Silva ratificó el
frente común con la Argentina contra el ALCA, aunque sin una posición tan
extrema como la levantada en todo momento por el venezolano Hugo Chávez,
quien dijo que esa zona de libre comercio está "muerta y sepultada".
El canciller de Brasil, Celso Amorín, aclaró que para su país al ALCA "no hay
porque enterrarlo ni resucitarlo", y aseguró también que se "ideologizó"
demasiado este tema porque ésta "no era la cumbre del ALCA".
Por su lado, el presidente venezolano Hugo Chávez, convertido en el
paladín de los críticos del libre comercio en América latina, el
viernes arengó a decenas de miles de seguidores a rechazar el tratado que
pretende transformar a toda la región en un mercado sin barreras (para las
depredaciones de bancos y trasnacionales) y que viera la luz en Miami, en 1994.
"Aquí, en Mar del Plata, está la tumba del ALCA", decretó el líder
bolivariano.
El presidente venezolano propone descartar de raíz el ALCA como método de
apertura de mercados y de integración regional, y propone el ALBA
(Alternativa Bolivariana a ALCA), que incluiría a América latina y el
Caribe.
En las antípodas de Chávez se sitúa el presidente mexicano, Vicente Fox,
aliado incondicional de la administración Bush y uno de los principales
promotores del tratado.
Enojado con Brasil, la Argentina, Uruguay y Paraguay advirtió ayer, sólo horas
después de llegar, que "el ALCA puede existir sin el Mercosur".
No obstante, y según trascendió en las últimas horas, Argentina y Brasil,
presionados por Washington, aceptaron "atenuar" el tenor del texto
duramente crítico contra el ALCA que habían propuesto, en nombre del Mercosur,
para que figurara en el documento final de la Cumbre de las Américas que será
presentado esta tarde.
En el mapa de las negociaciones, Fox y Chávez representan las posturas más
extremas y contradictorias sobre el ALCA.
Si bien EEUU es el impulsor del ALCA (que beneficiaría principalmente a los
bancos y transnacionales estadounidenses que operan en la región), el más firme
en la búsqueda de la firma del tratado es México.
Como Canadá, México es el país que más urgencia tiene por encontrar
"nuevos mercados" detrás de la voracidad del capitalsimo norteamericano.
La estrategia imperial de Washington y sus corporaciones apunta al Mercosur por
ser uno de los mayores mercados de la región.
Al fracasar un acuerdo general en la negociación por el ALCA (por la oposición
del Mercosur), la administración Bush tuvo un motivo más para rechazar el
reclamo de una baja en los subsidios, tal como solicitan varios países del
continente, a pesar de su sumisión general a la estrategia del Departamento de
Estado.
No obstante, y más allá del ALCA, EEUU ya se aseguró otros mercados con
sus tratados de "libre comercio" -bilaterales o multilaterales- con
Chhile, México y Canadá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, República Dominicana y negocia otro con Perú, Colombia y Ecuador.
Ese no es el caso particular de México, que presiona por la aprobación del ALCA
con el respaldo de buena parte de las naciones de la región.
Su
propuesta para destrabar las negociaciones esta semana fue apoyada
fundamentalmente por Canadá, Chile, Colombia, Guatemala, Honduras, Panamá, Perú,
Ecuador y El Salvador.
En los tramos finales de la Cumbre los que apoyaron el ALCA fueron un
importante número de países que se encolumnaron detrás de la posición de
Washington y de su agenda imperial económica en la región.
En ese contexto y en ese escenario, Brasil; Argentina y Venezuela (con la
diferencia de criterios y posiciones expresadas más arriba) quedaron
prácticamente en soledad en la resistencia a esa zona de libre comercio
continental.
Pero Chávez, Lula y Kirchner, a pesar de coincidir tácticamente con el
rechazo al ALCA, expresan posiciones diferentes frente a Washington.
Pese a es tipo de escollo con el ALCA (debido principalmente a que afecta
su fuente de poder político-electoral) Lula y Kirchner coinciden con los
lineamientos de la agenda impuesta por Washington en la región: "guerra contra
el terrorismo" y sumisión a la deuda externa y a los programas del FMI, en
primer lugar.
Chávez, si bien el grueso de la explotación de la estructura
económico-productiva de Venezuela, principalmente el área petrolera, está en
manos de los bancos y corporaciones estadounidenses, mantiene una postura de
enfrentamiento político extremo con Washington y los organismos financieros
internacionales.
Por otra parte, ni Lula ni Kirchner (asimilados con discurso "progre" a la
estrategia de Washington) mantienen un proyecto de liderazgo político en la
región como lo tiene Hugo Chávez.
Ni Lula ni Kirchner en la práctica tienen puntos en común (salvo el doble
discurso demagogo) con el proyecto político continental anti-EEUU
sostenido por el eje Cuba-Venezuela.
Las posiciones finales
Los observadores y especialistas señalaron como dato que es la primera vez que
se llega al día anterior al cierre de las deliberaciones, sin el documento
cerrado.
Esta situación no se generó en la cumbres anteriores realizadas en Miami,
Santiago de Chile y Québec, en Canadá, más una especial que se hizo en
Monterrey, México.
Según lo que trascendió hasta ahora hay dos posiciones sobre el contenido del
documento final.
1) Que no haya ninguna referencia a ese mercado y que se
conforme una comisión que analice el tema durante los próximos treinta días.
2) Que el documento incluya los dos puntos sobre este tema:
A) que 21 países liderados por México, Colombia y Chile expresen que
el ALCA "hay que consumarlo" y, B) que el Mercosur considere que
"no es posible un mercado de esas características con la asimetrías existentes"
en la región.
Si bien los especialistas no descartaron ninguna de la alternativas,
admitieron que la posibilidad de que no haya ninguna referencia al
ALCA impulsada por el Mercosur, es lo más factible para no quebrar las
relaciones regionales .
Por lo pronto se sabe que Argentina y Brasil aceptaron bajar el tenor crítico
del texto contra el ALCA que habían propuesto, en nombre del Mercosur, para que
figurara en el documento final de la Cumbre de las Américas que será presentado
esta tarde.
En definitiva, y por razones diametralmente diferentes, Brasil,
Argentina, y Venezuela fueron la nuevamente la principal barrera para que
Washington no se alce con una aprobación general de su proyecto de integrar a
América Latina sin fisuras a su proyecto de saqueo económico en la región.