Argentina: La lucha continúa
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Ahí viene la plaga
José Steinsleger
La Jornada
Ningún cuadro de la "democracia realmente existente" podría ser más gráfico
que el megaoperativo de seguridad desplegado con motivo de la asistencia del
presidente George W. Bush a la cuarta Cumbre de Presidentes "de las Américas"
(sic), que tendrá lugar en el tradicional balneario de Mar del Plata: 7 mil 500
efectivos de tierra, mar y aire; 250 manzanas céntricas ocupadas, miles de
vecinos de la "zona liberada" investigados uno a uno, periferia urbana sitiada,
tiradores de alta precisión en edificios estratégicos, navíos de la armada
yanqui y argentina, un portaviones estadunidense y misiles inteligentes
aire-aire "prestados" por el Pentágono a los cazabombarderos A4 de la fuerza
aérea del país anfitrión.
A Manuel Aveque, trabajador marplatense, le inquieta la visita de Bush a la
Argentina "... porque hay que ver cuántos inocentes mató y los que va a matar
ahora cuando venga, si pasa un atentado". Uno de sus compañeros asevera: "Bush
es una plaga: donde va mata" (Laura Vales, "Mar del Plata paranoide", Página 12,
Buenos Aires, 30/10/05).
La cronista del matutino porteño recogió versiones de que la policía había
comprado "... veinte mil bolsas para poner los cadáveres. Dicen que los
guardaron en la municipalidad". Aveque disiente: no es el gobierno local quien
las compró (las fundas), sino que los estadunidenses las trajeron.
"Fundas y algo de 4 mil ataúdes que transportaron en los Sea-Harriers", aclara.
Laura pregunta si no es muy complicado pensar que van a traer esa cantidad de
ataúdes. Aveque dice que no, que se sabe "... que los estadunidenses mismos los
trajeron. Y esto quiere decir que ya vienen con todo programado".
A primeras podría concluirse que la opinión del entrevistado suena desmesurada.
Sin embargo, cualquier agencia de marketing político razonaría de otro modo:
Bush mata. Cierta o no, ésta (y no otra) es la imagen que la gente guarda de un
personaje que, tendencialmente, se visualiza como jefe del terrorismo mundial
(ídem, "realmente existente").
Por su lado, los pueblos que en Mar del Plata celebrarán una cumbre paralela a
la de los gobernantes están felices. La semana política se abrió con la
espectacular entrevista de Diego Maradona a Fidel Castro y será clausurada por
el presidente Hugo Chávez, quien en ambas reuniones levantará los ideales de la
Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba), contrapuesta a la iniciativa
imperial de "libre comercio" (Area de Libre Comercio para las Américas: ALCA).
Con seguridad, la doble cumbre tendrá tanta o más resonancia que el histórico
rechazo del Che Guevara al proyecto imperial denominado Alianza para el Progreso
(Conferencia de jefes de Estado, Punta del Este, Uruguay, 1961), y las
advertencias de José Martí en la Confe-rencia Monetaria Internacional Ameri-cana
(Washington, enero de 1889/ abril de 1891).
El argentino que en Uruguay representaba a Cuba citó un párrafo del cubano que
en Washington representaba a Uruguay: "Quien dice unión económica, dice unión
política. El pueblo que compra manda, el pueblo que vende sirve; hay que
equilibrar el comercio para asegurar la libertad; el pueblo que quiere morir
vende a un solo pueblo y el que quiere salvarse vende a más de uno...
Continúa Martí: "...El pueblo que quiera ser libre, sea libre en negocios.
Distribuya sus negocios entre otros países igualmente fuertes. Si ha de preferir
alguno, prefiera al que lo necesite menos. Ni uniones de América contra Europa,
ni con Europa contra un pueblo de América... La unión con el mundo y no con una
parte de él, no con una parte de él contra otra".
En un continente hundido en la injusticia y en los informes de tanto zángano que
plantea erradicar la pobreza cuando lo urgente consiste en erradicar a los ricos
que la multiplican, Bush y el ALCA retomarán en Mar del Plata el panamericanismo
con el que Estados Unidos inició la expansión imperialista a fines del siglo XIX.
El ALCA y sus brazos económico-militares ya pisan fuerte en México, las naciones
de América Central (Plan Puebla-Panamá), República Dominicana y en los países
insertos en el Plan Colombia. Brasil juega a tres bandas (ALCA, Alba, Mercosur);
Argentina quisiera seguir su ejemplo; Paraguay opera como quintacolumna del
Mercosur y en Ecuador y Perú los intentos de consolidar el ALCA han sido
fuertemente rechazados por sus pueblos.
En el contexto subregional, Chile parece dispuesto a seguir jugando el rol de
ariete pro imperialista. Con el pretexto del abastecimiento de gas o la
"ingobernabilidad" (con lo que la OEA invocaría la Carta Democrática
Interamericana), el país "modelo" del ALCA podría invadir a Bolivia con la
anuencia de países como Paraguay, donde ya existe un contingente inusitado de
tropas yanquis.
De hecho, a fines de septiembre 500 blindados del ejército chileno fueron
movilizados hacia la frontera con Bolivia. La suspensión por tiempo indefinido
de las elecciones presidenciales en este último país sería afín al soterrado
"consenso" de oligarquías y gobernantes alineados con Washington: impedir que el
"indio" Evo Morales, favorito en las encuestas, alcance la presidencia de
Bolivia.