Argentina: La lucha continúa
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Dime quién te financia...
Dictamen sobre las investigaciones para la us navy
La Armada de Estados Unidos financia un trabajo de nanotecnología y un estudio
en el Río de la Plata.
Andrea Ferrari
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El origen de los fondos que se aplican a las investigaciones científicas en el
país es un tema de políticas de Estado: conviene saber quién aporta el dinero y
para qué. Esa idea se desprende del pronunciamiento realizado por el Comité
Nacional de Etica en la Ciencia y la Tecnología tras analizar el caso de tres
proyectos de investigación desarrollados en instituciones públicas argentinas
que recibieron financiamiento de la Armada norteamericana. Después de que
Página/12 diera a conocer el caso en septiembre, el secretario de Ciencia y
Tecnología, Tulio del Bono, le pidió al Comité de Etica una evaluación del tema,
si bien consideró que se trataba de un campo difícil de regular sin limitar las
libertades de los investigadores. Ahora los miembros del comité parecen
contradecir esa opinión, ya que en su dictamen recomiendan que las autoridades
del sector analicen junto con la comunidad científica "la necesidad de
distinguir entre las fuentes de financiamiento provenientes de organismos
extranjeros y eventualmente limitar aquellas que provengan de fuerzas armadas
extranjeras orientadas a la producción de armamento".
Aunque pocos lo conocían, no era un secreto: el financiamiento a los científicos
argentinos aparece en la página de Internet de la Oficina Naval de
Investigaciones norteamericana. Los proyectos son tres: un trabajo de
nanotecnología realizado por investigadores del Instituto Balseiro, un estudio
oceanográfico de la cuenca del Río de la Plata, donde interviene el Servicio de
Hidrografía Naval, y un proyecto en el área físico-matemática para estudiar
redes complejas con vistas a su aplicación en modelos de redes terroristas,
desarrollado por la científica Lidia Braunstein, de la Universidad de Mar del
Plata.
La diputada Lilia Puig de Stubrin, titular de la Comisión de Ciencia en la
Cámara baja, había advertido el riesgo de esta situación en un pedido de
informes donde señalaba que en Estados Unidos la Secretaría de Defensa está
limitada por ley a utilizar los fondos para investigación sólo en proyectos
vinculados a un objetivo militar.
El secretario Tulio del Bono consideró que son las instituciones donde
investigan los científicos las que deben ejercer el control y que "hacer una
normativa de tipo general es muy complicado, porque podríamos entrar en colisión
con las libertades individuales y personales de cada investigador". Pero al
mismo tiempo decidió pedir un pronunciamiento al Comité Nacional de Etica,
integrado por reconocidas personalidades como la jueza Aída Kemelmajer de
Carlucci, el químico Roberto Fernández Prini, el biólogo Alberto Kornblihtt y el
escritor Noé Jitrik.
El informe preliminar de ese cuerpo, dado a conocer ayer, sostiene que este caso
"inicia un debate importante en el análisis de las relaciones entre la ciencia,
la sociedad y el Estado" y lleva "a la necesidad de un estudio cuidadoso de las
regulaciones existentes en las instituciones científicas y tecnológicas públicas
referidas al uso de fondos, garantías de transparencia, gestión e información
sobre la producción científica y tecnológica desarrollada en sus ámbitos".
El texto explica que "en el ordenamiento jurídico argentino no existen
disposiciones específicas sobre el tema de investigaciones científicas
realizadas en instituciones públicas con financiamiento de organismos militares
de otros países" y si bien considera que "debe respetarse la libertad de
investigación", agrega que "esta libertad admite limitaciones, cuya legitimidad
dependerá de la razonabilidad de sus fundamentos". Sostiene que "las decisiones
en este tema entran en el campo de las políticas de Estado y quienes definan los
criterios regulatorios deberán hacerlo en consonancia con los principios
democráticos, con la necesidad de aplicar los resultados de la investigación al
bienestar humano y a contribuir a la paz, y con la estrategia de desarrollo del
país e incluso de la defensa nacional". En lo que hace a las recomendaciones
(los pronunciamientos del Comité no son vinculantes, si bien suelen ser
aceptados), sugieren cuatro medidas:
- Que "las autoridades del sector junto con la comunidad científica y las
sociedades científicas analicen la necesidad de distinguir entre las fuentes de
financiamiento provenientes de organismos extranjeros y eventualmente limitar
aquellas que provengan de fuerzas armadas extranjeras orientadas a la producción
de armamento".
- Que "el Estado asegure que los resultados de las investigaciones realizadas en
su ámbito sean públicos y libremente accesibles".
- Que "las instituciones científicas y las sociedades científicas contribuyan a
crear un ambiente favorable a la integridad en la investigación que incluye la
transparencia en el uso de los recursos, modelos de conducta responsable e
intelectualmente honesta y la creación de instancias que permitan dirimir
controversias éticas".
- Y que "los investigadores puedan afirmar su conciencia sobre el papel de la
investigación en la sociedad y se comprometan a que su labor científica creativa
esté de acuerdo con los principios de justicia, respeto por la integridad y los
derechos humanos, el bienestar, la igualdad y la paz".