Argentina: La lucha continúa
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Lo que el viento puede traer (o cuando el lobby de las transnacionales se disfraza de 'verde')
José Antonio Artusi
Los principios – Infomoreno
La posibilidad que se desarrolle en el país tecnología avanzada, siempre pone
en guardia a intereses transnacionales. En algunos casos, las organizaciones
ambientalistas parecen hacer causa común con ellos.
Una nota de Marcela Valente, publicada por el sitio de noticias IPS, del pasado
2 de Noviembre, titulada "Lo que el viento puede traer", señala que "El gobierno
de Argentina anunció una inversión millonaria en el sector de energía eólica
para aumentar la producción de electricidad y fabricar molinos. Empero,
ambientalistas plantean dudas sobre la eficacia y la transparencia del
proyecto".
Más adelante, el artículo consigna que "Azotada por vientos fuertes y
constantes, la austral región de la Patagonia es privilegiada para el desarrollo
de la energía eólica. Sin embargo, existen hasta ahora sólo 10 parques de este
tipo de generación eléctrica que producen, en conjunto, unos escasos 27
megavatios para un mercado que demanda 23.800 megavatios".
Luego añade: "Pero el gobierno del centroizquierdista Néstor Kirchner se
comprometió el año pasado a aumentar hasta ocho por ciento el aporte de
electricidad de fuentes renovables antes de 2013. Esa meta también parecía una
mera declaración de buena voluntad hasta que al fin el Estado puso la mira en el
viento y anunció una fuerte inversión". Hasta aquí nada nuevo, más allá del
usual error de no considerar a la energía hidroeléctrica como de "fuente
renovable", cuando en realidad lo es.
Más adelante señala, no obstante, que sin embargo "el modo no convence a los
expertos". El lector desprevenido o desinformado podrá a esta altura preguntarse
quienes son los "expertos" y por qué no están convencidos.
La cronista, con habilidad periodística, mantiene la incógnita y pasa a
continuación a reflejar declaraciones de Hugo Brendstrup, directivo de INVAP
Ingeniería: 'Primero vamos a desarrollar el prototipo de molino, luego habrá que
homologarlo y en cinco años podremos estar surtiendo la demanda local y
participando en subastas internacionales con un producto propio, que pueda
servir para instalar en condiciones climáticas severas. Para recuperar esta
inversión habrá que ir aumentando el componente de energía eólica en la demanda,
de manera de ir generando un mercado".
Según Brendstrup – continúa la nota - el desarrollo no sólo permitirá sustituir
molinos importados y proveer a otros mercados, sino que además creará una
industria que utiliza mano de obra de manera intensiva. 'Para fabricar 100
aerogeneradores van a hacer falta entre 3.000 y 4.000 trabajadores en todas las
fases del proceso', se entusiasmó.
Ahora sí empiezan las sorpresas (o no tanto): "Este planteo de producir molinos
sin haber desarrollado previamente el mercado de la energía, despierta dudas y
críticas de los impulsores de esta energía", podemos leer en la nota de Marcela
Valente. Y agrega: "Laura Gianelli, de la Asociación Argentina de Energía
Eólica, explicó a IPS que ’para desarrollar una línea de producción hace falta
capacidad tecnológica y mercado’. Siempre es bueno fomentar el desarrollo
tecnológico local, pero hay que evaluar en cada caso el costo-beneficio de una
inversión de esta magnitud, porque el mercado de molinos eólicos no está
desarrollado a nivel local, ni tampoco a nivel regional', advirtió la directora
de Normativa y Regulación de la asociación
Del mismo modo, Juan Carlos Villalonga, director del capítulo argentino de la
organización ambientalista Greenpeace, alertó respecto de que el tan ansiado
desarrollo eólico se inicie en este país mal por falta de transparencia. 'No se
puede atar el proyecto eólico a una sola empresa, no es sano, preferiríamos que
haya reglas claras para todas las compañías', comentó a IPS. 'No es que si lo
fabrica INVAP no sirve', sostuvo Gianelli. 'Es muy bueno que se plantee la
discusión
sobre estos temas y que haya preocupación por hacer algo, pero yo tengo muchos
recaudos', confesó. '¿A quién le van a vender esos molinos? ¿Cuánto mejor será
la calidad que los que existen hoy en el mercado?', se preguntó. Gianelli
remarcó que la tecnología de los molinos es muy sofisticada y lo será más cuando
se le exija competir en resultados con la energía de fuentes convencionales.
Al respecto, Oscar Balestra, gerente local de Vestas, la empresa danesa que
fabrica molinos para el mercado mundial, respaldó los planteos de los
ecologistas y reclamó al Estado 'un juego más abierto', en el que puedan
participar en competencia las distintas empresas del sector. Balestra dijo a IPS
que la idea de crear una fábrica argentina 'es muy loable', pero planteó muchos
interrogantes respecto de los desafíos que esa compañía deberá enfrentar si
quiere salir al ruedo en un mercado muy exigente, que ya tiene jugadores de
larga trayectoria. '¿Qué experiencia tiene INVAP para competir con (la firma
alemana) Siemens, con (la estadounidense) General Electric o con Vestas que
tienen planes de entrega ya para 2008?', se preguntó el ejecutivo. 'Y si se
logra aquí un desarrollo competitivo ¿qué cliente va a comprar un molino a un
país sin experiencia de instalación?', alertó. En este sentido, el empresario
advirtió que los grandes bancos de inversión que financian la incorporación de
este tipo de equipamiento, no van a aceptar aerogeneradores sin garantías de que
no habrá fallas en el funcionamiento de corto o mediano plazo, objetó.
Finalmente, Villalonga apuntó que, si bien es cierto que la tecnología es cara y
difícil de incorporar, la fabricación propia de molinos no debería ser un
requisito para dar el salto en la mayor producción de energía eólica. El camino
para avanzar está en el subsidio a la demanda, según coinciden los ecologistas.
'Se le exige a lo eólico lo que no se exige a ninguna otra industria', sostuvo.
'Si hay competidores fuertes en el mercado ¿porque no establecer reglas claras
para que todos puedan participar?', añadió. Las preguntas están planteadas y los
expertos aguardan que a las respuestas no se las lleve el viento patagónico.
En resumidas cuentas, Greenpeace (de ésta ya nada nos sorprende) haciendo un
lobby descarado y explícito a favor de empresas extranjeras, como la alemana
Siemens, la norteamericana General Electric, o la danesa Vestas; disfrazado de
reclamo de "transparencia" y "reglas claras", en contra de la empresa estatal
INVAP Sociedad del Estado (propiedad de la provincia de Río Negro).
Aclaremos entonces: recurrimos para ello a una nota que publica el 6 de
Noviembre el diario Río Negro: "La negociación ya está casi cerrada. Antes de
fin de año el gobierno de Santa Cruz y la empresa rionegrina INVAP firmarán los
acuerdos para constituir una empresa que invertirá más de 50 millones de dólares
en la producción de generadores eólicos. El proyecto contempla el emplazamiento
de un parque eólico de importantes dimensiones que ayudará a diversificar las
fuentes energéticas del país, con la posibilidad de incursionar luego en el
redituable mercado internacional de las energías renovables. Si todo se cumple
según lo planeado, la empresa mixta pondrá en marcha, en cercanías de Pico
Truncado, una industria que dará trabajo a no menos 2.000 personas'.
'Así lo revelaron el secretario de Energía de Santa Cruz, Alberto Cameron, y el
presidente de INVAP Ingeniería, Hugo Brendstrup, quienes ofrecieron a 'Río
Negro' nuevos detalles sobre la iniciativa anticipada días atrás por el
secretario rionegrino de Control de Empresas Públicas, Alberto Croceri. En aquel
momento se habló de una inversión de 4 millones de dólares, pero en realidad ese
monto es el que insumirá la constitución de la empresa mixta. Santa Cruz
integrará la sociedad con 2 millones en dinero en tierras, mientras que el
Estado rionegrino tiene previsto invertir 1,2 millones en tres años, además del
aporte en 'conocimiento' que correrá por cuenta de la empresa INVAP. Según lo
conversado hasta ahora por las partes, el capital societario tendrá a Santa Cruz
como titular del 51% de las acciones, a INVAP Sociedad del Estado del 40% y a su
controlada INVAP Ingeniería del otro 9%'.
'Brendstrup explicó que el plan acordado contempla una 'fase 1', en la cual se
emplazarán en Santa Cruz, cerca de Pico Truncado, cuatro generadores eólicos de
gran porte que permitirán producir 6 megavatios de electricidad. La fase 2 (con
un plazo de ejecución de 2,5 a 3 años), complementará esa dotación inicial con
otras 36 máquinas para llegar a los 50 megavatios de potencia, lo cual requerirá
una inversión del orden de los 50 millones de dólares. Para tener una dimensión
de lo que podrá producir el parque eólico santacruceño alcanza con decir que hoy
la capacidad instalada en la Argentina para generar electricidad por medio del
viento alcanza los 28 megavatios. Y una ciudad como Bariloche, en sus picos de
consumo, demanda 20 megavatios de potencia. Cameron explicó que la idea es
vender la energía resultante en el mercado eléctrico nacional, una vez que esté
disponible la línea que vinculará a Santa Cruz con el Sistema Interconectado
(SIN), que el Gobierno Nacional piensa tener lista a fines de 2007'.
'El funcionario dijo que ´sólo resta definir algunos puntos técnico-económicos´
del acuerdo con INVAP y estimó que antes de fin de año quedará constituida la
empresa. En lo fundamental, Santa Cruz tendrá a su cargo el sostén económico
hasta que el proyecto sea rentable mientras que INVAP aportará la tecnología,
que hasta ahora sólo fue desplegada en planos y prototipos pero no conseguía
financiamiento para avanzar en una escala comercial".
¿Dónde está la falta de transparencia? ¿Dónde la ausencia de reglas claras? Una
provincia patagónica se asocia con una empresa estatal de una provincia hermana
para crear otra empresa que en esencia será 100% estatal, y donde uno de sus
socios aporta la tecnología, nacional, propia, surgida de la mente y el esfuerzo
de técnicos e ingenieros argentinos. ¿O acaso los argentinos somos incapaces de
entender los misterios de la energía eólica y debemos recurrir a la
"maravillosa" tecnología de las empresas transnacionales del primer mundo? ¿O es
que debemos resignarnos a renunciar a toda posibilidad de investigar y
desarrollar diseños propios? ¿Hasta dónde llegará nuestra mentalidad colonial y
dependiente? ¿Hasta cuándo deberemos soportar que estas "ONGs" transnacionales
conspiren escandalosamente contra el desarrollo y la autodeterminación nacional?
'¿Qué experiencia tiene INVAP para competir con (la firma alemana) Siemens, con
(la estadounidense) General Electric o con Vestas que tienen planes de entrega
ya para 2008?', se pregunta el Gerente de Vestas. En su caso es entendible, y
hasta legítimo; el hombre defiende a su empleador. Alguien debería contestarle
–aunque no lo debe desconocer– que INVAP ya ha competido con Siemens y con otras
empresas de primera línea del "primer mundo" y (se nos ocurre una grosería que
no vamos a reproducir por respeto al lector), les ganó una licitación
"transparente" y "con reglas claras". Nos referimos a la que convocó ANSTO, la
agencia nuclear australiana para proveer un reactor de investigación. Los
directivos de Siemens todavía deben tener la "sangre en el ojo". Esa licitación
la ganó una empresa 100% estatal, una "Sociedad del Estado", perteneciente a una
provincia chica de un país periférico, marginal y dependiente. La empresa se
llama INVAP SE, la provincia se llama Río Negro, y el país se llama Argentina.
El presidente Kirchner tendrá el año que viene la posibilidad de compartir el
honor de cortar las cintas de esa obra. Un logro histórico, sin precedentes en
la historia nacional, y del que muchos argentinos no sólo no se sienten
orgullosos sino que reniegan, cuando no lo desconocen. Cuesta encontrar un
ejemplo más claro de nuestra vocación de colonia.
Esto en un campo de mucha mayor complejidad como el del sector nuclear, pero
INVAP también tiene experiencia y logros notables en otros campos de la
ingeniería, como en el de la energía eólica, tal como lo refleja el diario Río
Negro.
Los gobernadores de Santa Cruz y Río Negro, un peronista y un radical, están
dando al país con esta iniciativa un ejemplo de integración regional al servicio
del desarrollo y la mejora de la calidad de vida de sus pueblos. Deben sentir,
ante los embates que seguramente arreciarán, la solidaridad de muchos argentinos
que –sin vivir en la Patagonia– nos alegramos igual ante estas buenas nuevas.
Están en esta cuestión transitando una buena senda, la de Yrigoyen, la de
Mosconi, la de Perón, la de Illia, argentinos que más allá de sus errores
tuvieron clara conciencia de la necesidad de defender el interés nacional y de
estar alerta frente a las "zonceras" que pretenden frenar nuestro propio
desarrollo con autodeterminación.
El otro día en Mar del Plata, Hugo Chávez dijo unas cuantas verdades. Entre
ellas, le dijo "entreguista" y "cipayo" a Carlos Menem; y - por carácter
transitivo - a los que lo acompañaron en la hoy denostada década de los ´90.
Pero se quedó corto Chávez; la lista de entreguistas y cipayos es mucho más
larga, y algunos lo son de una manera más sutil. No es necesario ser tan burdo
como Menem, que entregó todo, empezando por YPF, y que sólo no lo logró con la
Comisión Nacional de Energía Atómica vaya a saber por qué, y con Salto Grande y
Yacyretá porque nuestros hermanos uruguayos y paraguayos están lejos de esos
niveles de entreguismo.
De todos modos, 'aunque la mona se vista de seda, mona queda'. El lobby
antinacional, "entreguista" y "cipayo", a favor de las transnacionales, por más
que se disfrace de "verde", lobby queda.