Argentina: La lucha continúa
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Control y privatización del pensamiento en la Argentina neocolonial
Alberto J. Lapolla
Umbrales
‘Mi mujer no tiene ningún problema en salir a vender limones por la
calle con tal que yo no tenga que vender mi melón [cabeza]’. Dante Panzeri
Pensamiento privado
Recientemente, el día 25 de agosto de 2005, el Honorable Senado de la nación
aprobó la Ley de Mecenazgo, en su nueva versión presentada por la senadora
justicialista por Mendoza M. C. Perceval. El proyecto anterior elaborado por el
diputado alfonsinista Luis Brandoni, que fuera aprobado por ambas cámaras en
2001, fue vetado por el habitante de la Rosada de entonces -De La Rúa- debido a
que ‘los coleccionistas y empresarios se opusieron a la designación del Fondo
Nacional de las Artes como evaluador y regulador de la entrega de donaciones a
sus destinatarios, lo que impedía que las empresas eligieran dónde colocar los
aportes’.1 En esta nueva versión se respeta el derecho de los empresarios a
poner el dinero que subrogan del Impuesto a las Ganancias -hasta un 3% del total
correspondiente- en los proyectos que acordarán con la Secretaría de Cultura, el
Fondo Nacional de las Artes y los representantes de las fundaciones y
asociaciones amigas de los museos -es decir los representantes de los mismos
empresarios. Como el aporte es voluntario queda claro que si los empresarios no
gustan del proyecto a acordar con incorruptibles funcionarios, no aportarán un
mango.
Pese al entusiasmo de algunos, queda claro que de lo que se trata es de un
avance en la privatización del pensamiento y la producción cultural. En un país
como el nuestro que ha sido devastado por la privatización masiva de su vida
entera. Los servicios públicos, la energía, el petróleo (único país en el mundo
que entregó su petróleo a otro país -su antigua metrópoli imperial- sin ser
invadido militarmente), el gas, la libre circulación por los caminos, el agua,
los aportes previsionales, la salud, la educación, las rutas, los aeropuertos,
la seguridad, su aerolínea de bandera, los silos y puertos de embarque. De hecho
la vida misma de los argentinos se ha privatizado. Es decir tiene dueños, que
por supuesto no somos nosotros. Esta política se grafica en los terribles
resultados que hoy muestra nuestra Patria, luego de más de quince años de
privatización masiva de su sociedad. Con su 50% de población bajo la línea de
pobreza, pese a que producimos más de 3.000 kg. de alimentos por año y por
habitante -la mayor tasa del mundo. Con sus casi seis millones de indigentes,
sus 4.5 millones de desocupados y los 4 millones de subocupados. La política de
la privatización masiva ha devastado la nación. Su extensión a los ámbitos
culturales y del pensamiento -ya bastante controlados por el capital privado-
producirá efectos similares. Tal vez comparables al estado cultural del pueblo
norteamericano, de donde sus mentores replican esta política. Población -la
yanqui- que bueno es recordarlo, en un 60 % de la misma desconoce la ubicación
del Océano Atlántico, el 50% de sus habitantes ubican a Irak en África, el 60 %
de ella cree que la Teoría de la Evolución es un invento comunista, y en
correlato otro 60 % cree en la existencia del demonio.
Pan y circo para el pueblo. Museos caros para las señoras ya no tan gordas
Este proyecto sigue la misma línea que promulgara el gobierno de La Alianza y
antes el menemismo, que busca centrar la producción cultural en el manejo del
mercado. Es decir en ‘lo que sea vendible’, según decidan los dueños del
mercado. Lo que señalara hace algún tiempo un colaborador de ex secretario
Lopérfido ‘debemos lograr ser como Hollywood’. Dichas estas palabras en medio de
la colosal crisis del año 2002, cuando millones de argentinos vivían de
recolectar basura y de comerla. En el mismo programa del canal oficial, los
especialistas culturales allí reunidos apostrofaron a los que contraponíamos la
‘cultura’ hueca y vacía con el hambre del pueblo. ‘Parece que sólo se pudiera
hablar del hambre’, dijo una ex funcionaria delarruista, en momentos en que sus
compatriotas comían basura o esperaban las sobras de los Mc Donalds. Claro ella
no puede entender que el hambre es cultura, o que ella es cómplice de la cultura
del hambre. Y cree que se puede hacer ‘cultura’ para la élite prescindiendo de
los hambrientos, ‘total pobres hubo siempre’ y no suelen ir a la ópera, ni al
Malba, ni al Museo de Bellas Artes.
¿Será así? ó ¿cuándo los pobres pueden, van a escuchar ópera, ven las obras de
Dalí o de Picasso, leen a Neruda a Borges, a Lorca, a García Márquez y
construyen su cultura día a día?. Por lo menos así lo muestra el potente arte
popular, piquetero, campesino y social que hoy produce nuestro pueblo, como
forma de resistencia al hambre y al genocidio social a que lo somete el poder
colonial que gobierna la Argentina desde 1976. Es bueno recordar que casi
durante más de 50 años la industria editorial argentina fue ejemplo para el
mundo con sus publicaciones de clásicos y novedades a precios populares y
ediciones masivas. Hoy el libro, la revista y el periódico son artículos de
lujo. En esta política se inserta el sistema de mecenazgo: lograr el control
sobre la producción y el pensamiento de la cultura nacional para reproducir y
sostener el sistema de dominación colonial vigente en la nación sin la aparición
de los tan molestos intelectuales críticos argentinos y latinoamericanos que no
aceptan trabajar para el pensamiento único de las multinacionales. Tampoco
aceptamos ser cómplices complacientes del sojuzgamiento de nuestro pueblo.
Hecha la ley...
Para elaborar la ley ‘fueron consultados la Fundación Teatro Colón, el Malba,
las asociaciones de amigos del Museo Nacional de Bellas Artes y del Centro
Cultural Recoleta y destacados coleccionistas’.2 Cuando la misma fue aprobada
por el Honorable Senado ‘estuvieron también en el recinto el secretario de
Cultura, José Nun, el titular del Instituto Nacional de Cinematografía, Jorge
Coscia y representantes de la Fundaciones Konex, Espigas, Amigos del Museo de
Bellas Artes, del Teatro Colón, ArteBA, Malba, la Asociación Amigos del Centro
Cultural Recoleta y la Academia Nacional de Bellas Artes. 3 Es decir todas
instituciones con financiamiento privado que de hecho implican una privatización
-o apropiación para ser más exactos- por parte de dichos intereses sobre bienes
culturales públicos, tal como denuncian permanentemente los empleados del Teatro
Colón y de otros teatros oficiales cuyos jerarcas están deseosos de privatizar
-y de ser posible de quedarse ellos con la privatización. En la misma línea
Mauro Herlitzka director de Arteba señala ‘países como Brasil, México y Chile
tienen leyes similares con las que han salido a posicionar el arte y la cultura
en el mundo y que, al mismo tiempo, sirvieron para consolidar el campo cultural
interno.(..) pero la relación entre el beneficiario y el beneficiado tiene que
ser biunívoca. De lo contrario se fomentaría una burocracia intervencionista
improcedente a esta necesidad.’ 4
Otra vez surge la descalificación al control estatal, sin ningún argumento,
simplemente por descalificación al estilo del ‘por algo será’. Tal como si la
tragedia argentina que vivimos hubiera sido producida por una invasión marciana
o un Tsunami y no por el festival privatizador del infame riojano. Es la misma
política que lleva a enrejar -y tal vez privatizar- las plazas y parques de la
Ciudad de Buenos Aires. Es decir la cultura será para quienes puedan pagarla. En
otras palabras será para los mismos dueños de todas las cosas de la nación. Al
tremendo escenario producido por la destrucción de la educación pública en los
niveles primario y secundario, al brutal crecimiento de la educación superior
privada con cuotas al nivel del bolsillo -hay institutos con azafatas y servicio
de bar cinco estrellas-, unido al fuerte deterioro y privatizacion encubierta de
las universidades nacionales, con el consiguiente correlato de crecimiento del
analfabetismo, la desculturización, la deserción escolar masiva, la pérdida
evidente de lenguaje y la brutalización que la miseria, el desempleo, la
marginalidad y la desescolarización están produciendo en la juventud. El 98 % de
la población carcelaria de la provincia de Buenos Aires tiene menos de 28 años.
Es decir están en la cárcel cuando deberían estar en la escuela. Ni siquiera
poseen ya el paliativo socializador del servicio militar. A todo esto se suma
ahora la privatización de la producción cultural e intelectual.
En un país -a uno le cuesta decir Nación- que posee el 99% de sus radios,
diarios, televisoras y revistas de todo el país en manos de un par de grupos
empresariales y sus distintas asociaciones. Es decir vemos, oímos, escuchamos,
nos informamos y pensamos como dos grupos empresarios desean que lo hagamos.
Ahora se trata de cerrar la última ventana libre que aun restaba o podía restar.
En una nación sojuzgada por un poder mafioso que emana de un sistema económico
mafioso, saqueador y depredador que se propaga como un tumor tumefacto por el
resto de la sociedad, ¿cómo hará el pensamiento crítico para expresarse?. ¿Quién
financiará las investigaciones que muestren la brutal concentración de la
economía, la riqueza y los bienes en nuestra sociedad? ¿Quién estudiará los
efectos de la pobreza y la marginación sobre nuestro pueblo? ¿Las mismas
empresas y empresarios que lo producen?
Nada fuera de control
Es tal la movida, que ningún detalle se deja al azar: el diputado de la Ciudad
Jorge Giorno -ex tesorero del Concejo Deliberante de Grosso- acaba de asumir la
Presidencia de la Sade, la Sociedad Argentina de Escritores. Pese a no tener
antecedente alguno como hombre de letras. Pero aunque suene a una boutade en
estos tiempos de política pornográfica, la movida de Giorno tiene su lógica
-pese a que seguramente el difunto Carlos Paz ex digno presidente de la SADE
muerto durante su ejercicio, se revuelva en su tumba. El poder económico
gobernante, del cual Giorno es un incondicional -Giorno apoya en la Ciudad la
candidatura presidencial de Jorge Sobisch, mascarón de proa de las
multinacionales petroleras-, lo necesita para que no haya oposición en la Sade
al proyecto de mecenazgo cultural que propician las grandes empresas para
terminar de sojuzgar el pensamiento nacional.
El tema de fondo es si la cultura es un producto social del pueblo, en un
momento histórico dado y como tal una construcción histórico-social de mayorías
que como tal pueda ser consumida, o si la misma es sólo observada desde la
perspectiva del negocio, la empresa y la tasa de ganancia, pensada como material
de consumo y esparcimiento de las clases propietarias y altas de la sociedad. La
ley de mecenazgo viene a profundizar el carácter cada vez mas privatizador de la
cultura nacional. Hay que recordar que en nuestro paíis las privatizaciones
fueron una catástrofe, tanto en lo referido al funcionamiento de las empresas
tales como ferrocarriles, aguas, subterráneos, puertos, aerolíneas, flotas,
etc., como particularmente en los efectos sociales y económicos que las mismas
acarrearon como señalamos más arriba. La privatización de la cultura, que el
mecenazgo empresarial trae aparejado, hará que nuestra cultura no sólo posea un
Barrio llamado Palermo Hollywood, sino que producirá sobre nuestra identidad, el
mismo control absoluto que el complejo militar-industrial norteamericano ejerce
sobre la producción hollywoodense. La cultura es un bien del pueblo y no de las
empresas, por ende las empresas deben pagar sus impuestos -y algunas deben
volver a manos del estado dejando su ganancia en manos de la nación- y el Estado
-representante del pueblo y de la Nación frente al poder económico- debe
destinar los fondos, estímulos y políticas necesarias para su promoción adecuada
en democracia e igualdad.
Causas y razones: una política inalterable
Es bueno recordar que ya hace unos cuantos años, allá por 1977-1978, la
ultraderecha norteamericana dispuesta a ‘no ceder un centímetro más al
socialismo en ningún lugar de la tierra’ 5 replegándose ferozmente sobre América
Latina luego de su derrota en Viet Nam, y con el continente latinoamericano
sublevado, estableció cual sería su programa para domesticar, dominar y
reconstruir a la fuertemente antiimperialista intelectualidad latinoamericana.
Estos planes expresados sin disimulo alguno, conocidos como los Documentos de
Santa Fe I y II, son la base de la emergencia de la contrarrevolución
conservadora conducida por R. Reagan, M. Tathcher, H. Kissinger, G. Bush padre y
Juan Pablo II -previa eliminación de Juan Pablo I. En dichos documentos se
explicitaba especialmente qué hacer con la intelectualidad latinoamericana.
Ya que para el Tío Sam dicha intelectualidad era casi ‘la quinta esencia del
mal’ o como gustaba decir al criminal genocida Ibérico Saint Jean ‘era
intrínsecamente perversa’. Ya que dicha intelectualidad latinoamericana era
especialmente antinorteamericana -antiimperialista-, estaba fuertemente influida
por el marxismo, el nacionalismo, un pensamiento históricamente
latinoamericanista libertario y Quasi socialista -inspirada en toda la lucha de
masas armadas y sublevadas del siglo XIX, el Arielismo, la Reforma
Universitaria, la Revolución Mexicana, la neutralidad Yrigoyenista, el
antipanamericanismo de Argentina (incluso de su oligarquía), la solidaridad
activa con Sandino, el repudio generalizado del continente al robo de la mitad
del territorio mexicano, la solidaridad con Colombia ante la sustracción de
Panamá, el repudio a las más de 50 invasiones norteamericanas a América Central,
la Revolución Peronista con su Tercera Posición y su propuesta de Unidad
Latinoamericana. Para colmo luego la Revolución Cubana, la revolución Chilena y
los ejemplos indestructibles de Salvador Allende y la montaña moral y ética del
Che. Para completarla los sandinistas volteaban al que el Departamento de Estado
consideraba ‘su hijo de puta propio’ 7, el criminal Anastasio Zomoza. Es decir
el pensamiento típico latinoamericano unido homogéneamente alrededor de un
idioma común, una religión sincréticamente común, una cultura común, una larga
lucha común y la unidad genética que produjeron los 1000 años del Incario
fundante desde Panamá hasta Mendoza, producían un fuerte pensamiento
antinorteamericano, hispanoamericanista, socialista y antiimperialista.
El enemigo a extirpar
Los documentos advertían en particular, que la mayoría de nuestros intelectuales
-palabra hoy reemplazada por la de profesionales exitosos ya que al mirar
particular yanqui los ‘intelectuales son vagos y saben de todo pero de nada en
particular’ 6 - no tenían casi relación alguna con las empresas privadas, sino
que vivían de forma independiente a través del trabajo universitario, la
docencia libre, la investigación periodística independiente o free- lance y de
la abundante producción periodística independiente y antiimperialista que
abundaba masivamente en el continente y que hoy !Oh casualidad! casi ha
desaparecido. Los jefes del Think Tank republicano se propusieron entonces,
remodelar la intelectualidad latinoamericana atacando las raíces del problema
-para los norteamericanos, claro está. Señalaron entonces la necesidad de tener
una política para transformar a los intelectuales críticos de América latina en
exitosos profesionales. Avanzaron en la privatización masiva del poderoso
sistema estatal de enseñanza latinoamericano, desarrollando un gran número de
universidades, institutos y escuelas privadas y exclusivas, separando a los
hijos de la clase alta del contagio con el pensamiento crítico en las
universidad estatal.
Trataron de vincular económicamente a los intelectuales latinoamericanos con las
empresas privadas norteamericanas a través de becas, subsidios, asesoramientos
muy bien remunerados y fundaciones que orientan y conducen el pensamiento a
través del mecenazgo. Vale aclarar que tuvieron mucho éxito: muchos
intelectuales fueron cooptados por el aparato imperial y hoy desdicen y
contrafundamentan desvergonzadamente sus posiciones de los ‘60 y los ‘70. Los
más jóvenes en general ni siquiera se enteran de que se trata, y compran
alegremente el papel ridículo y antipensante que les han vendido las
multinacionales, las cadenas de medios y las escuelas de periodismo, subsidiadas
por el Banco Mundial y las fundaciones. Para los que no lo aceptan: el
ostracismo, la marginación, el silencio, la soledad. Sino, ser parte de los
400.000 latinoamericanos asesinados por los EE.UU., y sus gobiernos cómplices en
América Latina desde 1960 a la fecha. El último esta semana: el líder
independentista portorriqueño Filiberto Ojeda Ríos, de 72 años, luchador
histórico y jefe del Ejército Popular Boricua ‘Los Macheteros’. Asesinado
impunemente por el FBI, aprovechando la cortina producida por el huracán Katrina.
Si hasta ahora fue difícil publicar o acceder a los medios de expresión de masas
para los intelectuales críticos, después de la ley de mecenazgo seguramente será
imposible. Tinelli, Susana, Mirta, Gerardo, Echecopar, Grondona, Mauro, Haddad,
Clarín, La Nación y Página reinarán sin los contratiempos del pensamiento
crítico, siempre molesto en la Argentina y América Latina.
‘Lo mismo el trabajo(..) Yo nunca pertenecí a esa mentalidad, yo he trabajado
de mozo de café, he trabajado en todos los oficios, en la barraca Furman, de
ayudante de clasificador de lana, tirando los lienzos; no he tenido esa cosa,
llevada hasta ese extremo, de la jerarquía. Cuando en realidad es mucho más
honroso, pero tal vez porque yo me hice una composición de lugar: yo había
nacido con dotes de periodista, pero me di cuenta que como periodista tenía que
hacer de alcahuete del periodismo y yo quería ser libre; entonces me convenía
ser mozo de café antes que periodista. Porque de mozo de café no comprometía mi
libertad, y en cambio si trabajaba de periodista, tenía que escribir lo que
estos hijos de puta me hacían escribir y terminar después por acostumbrarme,
sugestionarme y convencerme de que estaba bien. Porque este mismo muchacho que
es un tipo decente, que yo lo quiero mucho, que está bien orientado
ideológicamente, va a un periódico y tiene que escribir lo que le encargan
aunque no le guste. !Ah, no! Yo ajustando tornillos no comprometo mi libertad
intelectual...’ Arturo Jauretche 8
Notas
1.- Clarín 17-08-05
2.- Clarin 24-08-05
3.- Clarín 24-08-05
4.- Idem anterior
5.- Idem anterior
7.- Palabras del Presidente Teodore Roosevelt respecto de Anastasio Somoza
8.- JauretcheArturo, Escritos Inéditos. O.C. T6.Corregidor
*Artículo publicado por la revista Umbrales de Córdoba . 30-09-05