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Argentina: La lucha continúa

Carta abierta a los comunistas argentinos

Militantes comunistas de Avellaneda, Lanús y Malvinas Argentinas
Noviembre de 2005
Compañeros:

Esta carta está dirigida a la militancia comunista y a la izquierda en general. En ella queremos fijar claramente cuál es nuestra posición respecto de lo que consideramos un giro a la derecha en la línea del Partido Comunista Argentino, que se ve nítidamente expresado en las construcciones encaradas, El Encuentro de Rosario y su correlato electoral, el Encuentro Amplio. Muchos compañeros nos critican el hecho de que lo hagamos públicamente; sin embargo, nosotros creemos que así debe ser, porque es lo mas honesto y cristalino: pensamos de determinada manera y lo decimos. Pero, por sobre todas las cosas, porque es la única forma de romper el cerco a la comunicación entre todos los camaradas armado por la "orga" partidaria, que concentra la información y sólo da a conocer lo que cree conveniente para el desarrollo de sus ideas y políticas. Mucho luchamos para poder expresarnos como para ahora autocensurarnos en aras de respetar la "organicidad", organicidad que todos sabemos que dentro del partido no existe, que cuando se habla de ella se habla de obedecer los mandatos cupulares. Es decir: la Dirección reclama organicidad sólo cuando sirve a sus intereses; cuando orgánicamente se intenta dar un debate hacia sus posiciones, es la Dirección misma la que arrasa con todo concepto de organicidad.

Ejemplos sobran al respecto (podemos decir que no se vio el apego a la "organicidad" cuando apoyaron y asistieron política y hasta financieramente a "La Toma de Dock Sud", a cuya inauguración asistieron cuando ya sabían que eso era un antro de corrupción -por denuncias de los compañeros de los municipios del Regional Sur y por la decisión del Regional Sur del MTL de separarlos de la organización-, donde se les cobraba "comisiones" a los que recibían planes, se vendía mercadería que estaba destinada para los más desposeídos de nuestra sociedad y hasta se le exigían favores sexuales a las compañeras a cambio de no bajarles el plan de $150. Allí hubo y hay implicados "compañeros" que son recibidos como tales en el edificio del Comité Central). En definitiva, resulta tristemente irónico que justamente esta dirección nacional –que está a punto de cumplir veinte años de permanencia-, que surgió precisamente como abrumadora expresión de la militancia para terminar con la obediencia debida, sea ahora la que pretenda instaurarla definitivamente dentro del partido. Veinte años después, de aquellos militantes que pelearon por un giro en el Partido, pocos quedan: pero está firme la burocracia, la que pergeña políticas únicamente para mantenerse en sus sillones. Prueba de ello son los sólo seismil (6000) afiliados y muchos menos militantes en todo el país, cifra dramática para una organización que alguna vez aspiró a contar con 200.000 camaradas.

No tenemos, entonces, otra forma de hacerles llegar nuestras posiciones, las que sin soberbia creemos deben ser tenidas en cuenta, en un partido donde su Dirección tomó como métodos para evitar el disenso, el ocultamiento, la mentira y la descalificación a los compañeros; que para los que no se encuadran utiliza el apriete -como todos pudimos ver en el 23 Congreso (sirvan como ejemplo el hecho de que no titubearon en encerrar en una pieza a los congresales de la Provincia de Buenos Aires para intimarlos a votar en contra de lo resuelto en la Conferencia provincial respecto al Congreso de la FJC; o la "presión" que ejercieron miembros del CC saliente sobre una compañera congresal de San Juan para que no presentara en el plenario una propuesta de votar nominalmente a los miembros del entonces futuro Comité Central.

O el haber decidido ignorar el mayoritario temor de la militancia de avanzar hacia una construcción de alternativa al estilo del Frente Grande, o las voces discordantes con la posición de la burocracia respecto al "fracaso del capitalismo" y la composición del "sujeto pueblo" como sujeto revolucionario expresados en la más que mediocre "tesis" presentada por aquella)-; la sanción, como la aplicada a la FEDE de Avellaneda (toda su militancia, no un sector como tergiversa la nota de sanción firmada por los Secretarios de la FJC y del PC de la pcia de BS.AS., Lucas Boyanovsky y Jorge Floridia, respectivamente, a los que no les tembló el pulso para separar de la organización a chicos que tenían entre dos años y tres meses de militancia, sólo por expresar lo que pensaban), la invitación a formar otro partido como a los compañeros de Lanús, por parte de la dirección de ese municipio, cerrando la posibilidad de cualquier debate.

Han transformado entonces al Partido en una máquina de impedir o diluir los debates en todas sus instancias, donde en lugar de dejar espacio para la expresión de la militancia se cercenan los tiempos en favor de extensísimos informes de los "iluminados" burócratas, que funcionan claramente como bajadas de línea de los que "saben", (erigidos, ellos sí, en "sujetos", infalibles e intocables) sobre los compañeros de base a los que sólo les queda escuchar y acatar (considerados por aquellos como simples piezas sobre un tablero de ajedrez, es decir, sus "objetos"). Vaya como ejemplo el último campamento de la Fede, donde impidieron el disenso, direccionando las discusiones y el debate. Nos preguntamos: ¿tendrán miedo a otro 16 Congreso?

Como vemos, una de las banderas fundamentales del tan mentado Viraje del ’86, el fin del verticalismo, ha sido arriada y enterrada por quienes encabezaron su izamiento.

Otro de los aspectos fundamentales de aquel Viraje fue el fin de la línea reformista del Frente Democrático Nacional, para dar lugar a otra que hacía hincapié en la unidad de las izquierdas, con centralidad en la clase obrera. Se concluía que la burguesía "nacional" ya no podía ejercer ningún papel en el desarrollo de las fuerzas productivas de manera autónoma al imperialismo.

Muchos de nosotros tenemos largos años de militancia y tomamos el 16 Congreso como bisagra en la historia del partido, que dejaba atrás décadas de seguimiento a las políticas de la burguesía, políticas a las que el PC está volviendo con la conducción echegarista. No queremos volver al partido que marchó del brazo de la oligarquía en la Unión Democrática, auspiciada por le Embajada de EE.UU.; no queremos el partido que caracterizó al Che como un pequeñoburgués aventurero; no queremos el partido de la Convergencia Cívico-Militar, el que decía que Videla era el general de la democracia, mientras acá todos los días desaparecían compañeros; no queremos volver al partido que ordenó votar a Luder, Herminio Iglesias, Rucauf y toda la mafia del PJ ; no queremos el partido que se ilusionó con el Frente Grande, como también se ilusionó con el triunfo del PT en Brasil y se ilusiona con el Frente Amplio en Uruguay, gobiernos que están aplicando las políticas neoliberales que combatimos.

Recordando la intervención de Néstor Kohan, publicada en los Cuadernos Marxistas, nº 10, de octubre de 2000, nos decía al final…"Una energía militante que –humildemente, creemos nosotros- muchas veces se malgastó, se dilapidó, se fragmentó y se dispersó por culpa de una cultura política (no sólo por una línea política equivocada…) que guiaba a la dirección oficial del Partido Comunista argentino. Una dirección que tiene la responsabilidad histórica de haber traicionado (utilizamos este término a propósito) no solo la energía, la abnegación y el entusiasmo de varias generaciones de militantes sino también de la memoria de los desaparecidos comunistas al haber apoyado el régimen militar genocida que los secuestró y los asesinó. Nos parece, por eso, comenzar a revisar a fondo ese pasado, -donde se inscribe el pensamiento militante de Ernesto Giudici, pero no solo él- se torna imprescindible para plantear hoy y también mañana la lucha por el socialismo en Argentina, en América latina y en el mundo. Ese es quizás uno de los mejores homenajes que les podríamos hacer a nuestros compañeros desaparecidos".

La historia se repite. Están camino de volver a ser furgón de cola de los proyectos de la burguesía, con la excusa de que con los "troscos" nunca pudimos construir nada. Nos preguntamos: ¿con quienes construimos IU?, herramienta electoral que permitió que el pueblo tuviera una referencia de izquierda y puso las bancas obtenidas al servicio de las luchas, logrando las 6 horas del subte, 14 leyes de expropiación de empresas que pasaron a manos de sus trabajadores, la nulidad de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, etc., mientras nuestros aliados de hoy (no olvidemos que el PS aportó funcionarios a las dictaduras de turno en nuestro país) andaban y andan de la mano de la UCR, de Menem, del Frepaso. ¿Con quiénes construimos las listas antiburocráticas del subte, ferroviarios, docentes, bancarios: con los compañeros de la izquierda o con la CTA de De Gennaro?; ¿con quiénes recuperamos los centros de estudiantes, con los "troscos" o con el MNR, brazo universitario del PS; ¿con quiénes formamos el Bloque Piquetero y la ANT, experiencia "amplia" y plural de los que luchan (nos preguntamos: ¿la tan mentada "amplitud con profundidad" pregonada por la burocracia no llega hasta allí?)?; ¿con quiénes luchamos en las calles?; ¿dónde estaban nuestros nuevos aliados el 19 y 20 de diciembre del 2001, el 26 de junio de 2002, dónde estaban durante el menemismo, durante la Alianza?.

No, ellos no estaban, estaban los compañeros de izquierda, con los que ahora dicen que nunca podríamos construir nada: ¡mentira!. La verdad es que la burocracia, posicionada como la derecha del Partido junto con el movimiento cooperativo, decidió construir otra cosa, un frente de Centro-Izquierda, una pata más del sistema, en el que por supuesto los que somos de izquierda no tenemos cabida ni queremos estar.

Hacia dónde va el partido queda claramente explicitado en la editorial de "Nuestra Propuesta" N° 749, del 27/10, donde dice textualmente: "La victoria del candidato socialista en Santa Fe, tercer distrito electoral del país, abre las posibilidades de generar un agrupamiento opositor alternativo dada la pertenencia del dirigente al Encuentro Nacional por la Soberanía". Oculta decir que en ese distrito el PS fue aliado con la UCR; ¿o es que acaso el partido piensa sumarse a ese frente? Oculta decir que el candidato fue Hermes Binner, que su posición con respecto al gobierno de Kirchner es ambigua, dejando las puertas abiertas a un entendimiento; ¿será que el partido piensa sumarse al esquema bipartidista pergeñado desde el gobierno donde sólo piensa en una Centro-Derecha y una Centro-Izquierda? Oculta decir que es el mismo Hermes Binner repudiado por toda la militancia en el Encuentro de Ferro, a tal punto que no pudo terminar de hablar,(para ser defendido luego por Lozano y De Gennaro, partícipes de la dirección autoproclamada del Encuentro de Rosario, que en sus resoluciones desoyó la expresión de la voluntad de la militancia, demostrando en ellas ya no sólo lo posibilista de ese espacio, sino su verticalismo a ultranza); sólo esto marca el desprecio que tiene la cúpula partidaria por la opinión de las bases, ya que en lugar de sumarse al repudio, ahora lo visualiza como un referente de una nueva alternativa.

No se es comunista por decirlo, por llevar el nombre y la bandera, ni siquiera por tener el carnet; se es comunista por las ideas y una práctica consecuente, y una actitud de vida coherente con las mismas. Estos principios para nosotros son irrenunciables; decimos blanco y hacemos blanco.

Vemos, no sin dolor, que no hay espacio para un proyecto revolucionario dentro del PC bajo esta Dirección. Hoy la lucha de clases dentro de la organización ha sido ganada claramente por la derecha partidaria, encabezada por la burocracia echegarista, cuya línea de pensamiento está nítidamente hegemonizada por el Movimiento Cooperativo (con el mediático Carlos Heller a la cabeza). Aquél es un factor fundamental en el giro a la derecha. El Partido ideó esta herramienta para acercar a las capas medias hacia concepciones proletarias, pero la realidad indica que ocurrió exactamente lo contrario: el Movimiento Cooperativo, con su dinámica y poder económico, llevó al Partido de las narices hacia posturas cada vez más socialdemócratas, centristas, posibilistas, oportunistas y colaboracionistas de clases.

Tan claro es esto que cuando el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos a mediados de este año presentó en Parque Norte su "Propuesta de gobierno", donde se gastan alabanzas hacia el Canje de Deuda de Kirchner-Lavagna, se propone extender la quita que se le practicó a los bonistas particulares a los organismos de crédito internacional (FMI, BM, BID, lo cual reconoce una Deuda ilegítima, ilegal, fraudulenta, inmoral y que ya pagamos varias veces), y se admite la participación de capitales mixtos en las empresas públicas y la necesidad de inversiones extranjeras para el desarrollo del país, ese discurso fue adoptado inmediatamente por Echegaray y el resto de la burocracia, y se extendió al Encuentro Amplio. Como prueba de este cambio de discurso recomendamos la lectura del programa del IMFC, la nota a P. Echegaray publicada por Página/12 el 19/10/2005 (donde dice textualmente que la deuda "debe ser investigada" y "mientras tanto" "suspender" los pagos) o rever el desenvolvimiento de Echegaray-Basteiro en el programa de Grondona del 18-9-05 donde el primero dice que está de acuerdo con la necesidad del ingreso de capitales extranjeros. Con el liderazgo político de quienes dirigen un banco ("la banca solidaria") que en el 2001 no titubeó en quedarse con los ahorros de la gente, tal como lo hicieron el Citi o el Boston.

Todo este relajamiento ideológico melló también la ética revolucionaria de la organización. Esto se vio reflejado sobre todo en el trabajo del partido hacia el movimiento de desocupados, donde, en su herramienta, el MTL, a través de la cual se repartían las dádivas del Estado hacia los sectores más desposeídos, se generaron innumerables casos de corrupción (como el ya mencionado de la Toma de Dock Sud), mientras los burócratas hacían la vista gorda a cambio de una supuesta "acumulación", que en realidad significaba el mantenimiento pago de una estructura que terminaba siendo afín a los intereses corporativos de aquéllos. La salida del Beto Ibarra, el escandaloso manejo de los planes en beneficio de unos pocos, son apenas muestras que sirven para comprobar nuestros dichos. Se ha tolerado y fomentado el clientelismo punteril, lo que constituye finalmente la pejotización de una organización que alguna vez soñó con ser revolucionaria.

No vamos a acompañar este cambio, que significa la liquidación ideológica del Partido. Sabemos que la burocracia está tomando medidas (como las que antes enumeramos), contra los que nos oponemos a ella. Tratarán de ignorarnos (como en la Cumbre de los Pueblos, donde ni siquiera nos avisaron para ir junto a nuestros compañeros, cuando pagaron micros a otras organizaciones del campo popular, práctica rastrera instrumentada por la mesa política del comité provincial, la que armó las listas de quiénes debían ir), de ningunearnos, de separarnos, de desacreditarnos: y eso aunque no robamos, no negociamos mercadería ni los propios planes sociales, no intentamos corromper ni nos corrompimos, ni miramos para otro lado y sí denunciamos todo este tipo de hechos: sólo nos atrevimos a enfrentar a los que han destruido la esencia revolucionaria del Partido. Pero nadie nos va a quitar nuestra identidad comunista: donde vayamos y construyamos –porque lo vamos a seguir haciendo- seremos el auténtico Partido Comunista, con sus tradiciones, sus conmemoraciones, su historia de sacrificio militante en pos del socialismo, aquél de Lenin, el del espíritu revolucionario de Octubre del ‘17: a la burocracia sólo le queda el sello, una cáscara vacía de contenido.

Por eso convocamos a la militancia a oponerse a esta traición a la clase y a la ideología, a refundar el Partido. Para construir la verdadera herramienta que liberará a nuestro pueblo de toda explotación. No queremos una nueva división en la izquierda, pero no podemos compartir el mismo espacio con quienes han cometido semejantes atropellos a la ética y el democratismo revolucionarios, es decir, con los burócratas, a los que sería un imperdonable error considerarlos como parte de la izquierda

Sobre la Unidad de la Izquierda y el Campo Popular

Si pensamos que para cambiar la sociedad de raíz debemos construir referencialidad y legitimidad ante el pueblo, esas que nos permitan a la vez generar el poder popular necesario para lograr aquellos cambios, resulta imprescindible replantearse profundamente el desenvolvimiento de las organizaciones –políticas y sociales- de la izquierda: es evidente que la dispersión es funcional al interés y al poder de los explotadores; es decir, al sistema capitalista.
La unidad, entonces, no es una condición suficiente, pero sí absolutamente necesaria.

Por eso creemos fundamental comenzar urgentemente a transitar un camino de convergencia, un espacio de verdadera unidad, donde se debata firme pero fraternalmente y donde, como premisa, se levante la bandera de la no división, sin vanguardismos autoproclamados, ni iluminados dueños de la verdad (y ojo, que esto nos cabe a todos, desde las prácticas sectarias hasta los amplísimos posibilismos). Una especie de Congreso de la Izquierda.

Lo que está bien en claro es la incapacidad que todos hemos tenido hasta ahora para conformarnos en alternativa para la clase trabajadora y el pueblo. Debemos encarar el futuro, sobre todo, con humildad, porque debemos construir sobre tierra arrasada. Con humildad precisamente, llamamos a la reflexión a todos los compañeros para comenzar en unidad a verdaderamente edificar la herramienta que nos de la posibilidad de un cambio revolucionario para nuestro pueblo.

Saludos revolucionarios
Hasta la Victoria Siempre

Militantes comunistas de Avellaneda, Lanús y Malvinas Argentinas
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