Argentina: La lucha continúa
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Hipócritas
Para alguna prensa son "jóvenes violentos". Para otra "delincuentes". Para
Canal 9, con la terminología propia de la dictadura, "extremistas".
El intendente radical filo K de Mar del Plata dice que dos dirigentes "desataron
esta locura". Apologeta de los palos que abollan ideología, el alcalde de la
ciudad anfitriona se desvela pensando porqué la policia se encuentra atemorizada
para cumplir adecuadamente con el rol represivo que políticos de derecha como
él implementan.
Para hablar de ellos deberíamos hablar de legalidad y de legitimidad. La
legalidad de ellos, que pueden violar pero que no les impide ser recibidos con
todos los honores. La legitimidad de otros que se atreven a resistirse a tanta
ignominia.
Hay delitos que aborrecen la condición humana. Se llaman delitos de lesa
humanidad. Otros que son igual de abominables pero se cometen en tiempos de
guerra. Hasta EEUU acepta que existen esos crímenes. El invitado, que siembra
violencia en todos los rincones del mundo, es recibido con honores. El invitado
comete diariamente todos esos crímenes. El violento es un genocida. Las bombas
de deflagración que tiró contra Bagdad son más poderosas que las molotov. El
número incalculable de víctimas civiles que el invitado ocasiona a la condición
humana tienen más entidad que una entidad bancaria.
"Jóvenes violentos" son los marines. El invitado es el delincuente. Y no es un
delito repudiar al invitado. El invitado es un genocida que debería ser detenido
y juzgado por los jueces de la nación, si tuvieran la mínima dignidad que han
tenido los "duros".
Hipócritas son el gobierno nacional, provincial y municipal. Gobiernos que
querían quedar bien con el invitado. Hipócrita es Katz, que exultante mostraba
como había "producido" a su Mardel para recibir al criminal de guerra
y compartir las ganancias turísticas que jamás llegan a los marplatenses.
Hipócrita es Katz, que denuncia a dos luchadores como los que desataron
"locura", cuando la locura se desató con el
cuento del terrorismo, con la mentira de las armas de destrucción masiva, con el
negocio del petróleo. "Locura" que permite construir cementerios en Afganistán e
Irak y en cualquier lugar del planeta que se le ocurran a los "intereses" del
país del invitado.
Locura que permite ahogar en sangre, erigir campos de concentración, retroceder
al mundo a las épocas más medievales. Locura es lo que representa el invitado.
Locura son los centros de tortura de Guantánamo, de Mazzar el Shariff, de Abu
Ghraib, los que tiene la CIA en los nuevos países "democráticos" del Este
europeo. Locura es la parafernalia que desde el ejecutivo nacional, provincial y
municipal brindaron para hacerle feliz la estadía al invitado genocida,
delincuente.
Hipócrita es también la posición de los que se definían revolucionarios pero
ahora, democráticamente oficialistas y subidos a trenes de domesticación,
encuentran inadaptadas y perversas a las piedras de la bronca que querían
contener.
Hipócritas son los que viven reclamando contra genocidas del pasado pero se
sirven de la paz y justicia para que la protesta a los genocidas de hoy sea
pacífica y con ello injusta.
Hipócritas son también los que ven infiltrados en los hijos indómitos del
pueblo, de los pueblos.
CORREPI
Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional
correpi@fibertel.com.ar