Argentina: La lucha continúa
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El diario argentino Clarín colabora en la tarea de desprestigiar a Noam Chomsky
Facundo Arrizabalaga
Rebelión
El diario Clarín adulteró una entrevista realizada a Noam Chomsky sin dar
explicaciones y convirtiéndola en algo irreconocible. La violencia verbal que
rezumaba la entrevista original, fue convertida por medio de las tijeras mágicas
del periódico argentino en algo inocuo y sin sustancia. El siguiente texto es
una carta enviada al editor de Clarín, la cual no ha tenido respuesta ni por
supuesto ha sido publicada por el periódico.
Estimado Editor:
El pasado 1 de noviembre de 2005 Clarin publicó una entrevista a Noam Chomsky,"Vistos
desde hoy, los progroms no son tan malos" que, en sí misma, no es más que la
traducción (recortada) de un artículo publicado el día anterior por el matutino
londinense "The Guardian"- "The greatest intellectual?
Dicha entrevista fue en clara alusión a una encuesta realizada la semana
anterior por la revista "Prospect", donde Chomsky fue votado el intelectual más
importante del mundo.
Demás está decir que la entrevista "The greatest intellectual?", fue un fraude.
La misma, comienza con la siguiente pregunta: "¿Lamenta usted apoyar a quienes
dicen que la matanza de Srebrenica fue exagerada?" Respuesta: "Mi único pesar es
que no los apoyé bastante".
La periodista Emma Brockes le adjudicó -y sin dudas con el consentimiento de sus
editores- una réplica que en ningún momento correspondía con la respuesta de
Chomsky. Fue una distorsión despiadada de sus opiniones: en realidad el famoso
lingüista se estaba refiriendo a la libertad de expresión.
Al día siguiente -2 de noviembre-, Chomsky respondió: "Es verdad que le expresé
mi pesar: es decir, el pesar por no haber apoyado lo suficiente el derecho a
publicar que tenía Diana Johnstone cuando el editor secuestró su libro tras los
desvergonzados ataques de la prensa, un libro del cual hice una reseña en una
carta abierta que cualquier reportero podría haber descubierto con facilidad. El
resto del reportaje de Brockes continúa en la misma vena. Incluso si las
palabras que se me atribuyen tienen algún parecido con la realidad, no me
responsabilizo de ellas, a causa los contextos inventados en que aparecen. En
cuanto a las opiniones personales, interpretaciones y distorsiones de Brockes,
creo que es libre de publicarlas, y yo, por supuesto, apoyo su derecho a que lo
haga, porque deja bastante claro que no entiende nada."
La entrevista está repleta de diatribas y distorsiones grotescas y vulgares de
sus opiniones y persona. Mayor aún, está colmada de fabricaciones: "Chomsky
utiliza entrecomillados para debilitar las cosas con las que discrepa y, al
menos en un texto impreso, más parece un adolescente mordaz que un académico; un
ejemplo: para él, Srebrenica no fue una masacre".
Vabe aclarar que no existe tal argumento; simplemente es una mentira. Chomsky
nunca utilizó comillas para referirse a la masacre de Srebrenica (ver Chomsky,
'Imperial Presidency,' Canadian Dimension, January/February 2005)
Al finalizar la entrevista, el lector queda con la sensación de que Chomsky es
una especie de idiota. Brockes, irónicamente lo describe como "un niño
caprichoso" que "su opinión puede ser tan inconsistente como la de cualquiera;
pero él la expresa con más convicción" (ver también foto en el suplemento G2").
No quiero sugerir con esto que no es importante debatir y cuestionar la obra
política de Chomsky; todo lo contrario, pero dentro de un marco de honestidad y
respeto. En sí, la obra de Chomsky es reveladora -de ahí el resultado de la
encuesta. Un impecable oponente a la brutalidad estatal, la hipocresía política
y el abuso de poder. Su análisis profundo, la dimensión de sus argumentos, la
magnitud de la evidencia -que en su gran mayoría proviene de fuentes oficiales-
destrozan uno a uno los mitos que se nos han impuesto: "una mente que altera
radicalmente nuestra percepción del mundo" -arrendando la expresión James Peck.
Como lector regular de la prensa inglesa, las distorsiones atribuidas a Chomsky
no resultan en nada sorprendentes. El autodenominado diario más liberal de
Inglaterra no escapa a la norma que George Orwell describió en su introducción a
"Animal Farm" (publicada 30 años después): "El aspecto más siniestro de la
censura literaria en Inglaterra es que en gran parte es voluntaria. Las ideas
impopulares pueden silenciarse, y los hechos inconvenientes mantenerse en la
oscuridad, pero sin ninguna necesidad de una prohibición oficial". Como lector
de Clarín y quien en varias oportunidades ha podido leer en su diario artículos
por Noam Chomsky me gustaría escuchar su opinión. ¿Es Usted consiente que la
entrevista no fue más que un ataque personal y, en último caso, un fraude? ¿Se
encuentra Clarín preparado para ofrecer disculpas -por semejante atropello-, a
Noam Chomsky y a sus lectores?
Lo saluda atentamente.
Facundo Arrizabalaga
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