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Argentina: La lucha continúa

IV Cumbre de las Américas: una mirada local

Por el colectivo de FM De la Azotea 88.7, radio comunitaria de Mar del Plata
Rebanadas de Realidad

No busquen en este artículo un análisis sobre las implicancias macroeconómicas, estratégicas, turísticas o culturales altamente positivas que, según avezados especialistas en política internacional y operadores e interesados ocasionales, quieren darle a la realización en nuestra ciudad de la IV Cumbre de las Américas. Ni siquiera profundos estudios de las consecuencias y los impactos que tendrá, a partir de la mirada crítica de respetados analistas.
Nos animamos a poner en común nuestra forma de observar todo esto, desde el llano de la ciudadanía marplatense, tal vez sí influenciados por el intercambio permanente que desde un medio de comunicación alternativo, como es FM De la Azotea 88.7, podemos lograr con muchas personas, organizaciones e instituciones culturales, políticas, educativas, comunitarias, sociales. Y también a la luz de participar en la organización y el espacio de comunicación de la III Cumbre de los Pueblos, un ámbito que generará espacio para unos 10 mil argentinos y latinoamericanos, en el que sí podremos debatir y construir propuestas para una realidad que queremos y nos merecemos.
El gobierno local perteneciente a la Unión Cívica Radical, que ganó las elecciones ejecutivas de hace dos años, con casi el 50 por ciento de los votos, y también la del último fin de semana pero con solo el 25, 3, avanzó en el 'regalo' de un presidente justicialista, peronista, o ahora del Frente para la Victoria (quien eligió Mar del Plata solo para que la cumbre no se llevara a cabo en Neuquén, donde gobierna un opositor directo como Sobisch) avanzó en una organización que demandó la misma inversión que se ejecuta en un presupuesto anual para la ciudad (200 millones de pesos), sin contar otros 25 exclusivamente destinados a la infraestructura, insumos y sueldos vinculados a seguridad. Obras de estética en la zona de la costa, iluminación en el centro, ampliación de un tramo de la autovía 2, y mucha promoción en medios de comunicación, en la que presenta esta cumbre como una oportunidad.
Seguramente quedan afuera de esta consideración:
Los vecinos que deberán entrar y salir de sus casas con credenciales especiales, y sus familiares y amigos, que no podrán visitarlos.
Los vecinos de los más de cien barrios para los que no alcanzó la inversión en obras y siguen esperando servicios elementales.
Los estudiantes, a quienes se quiso convencer muchas veces de que sus días de clase perdidos son responsabilidad de sus maestros que hacen paros, y ahora, desde jardín de infantes, hasta la universidad tendrán asueto toda la semana.
Los ciudadanos que necesitemos o requiramos de trámites administrativos de cualquier oficina de administración pública, que también permanecerán cerradas toda la semana Los vecinos que, en algunos casos, no pueden circular, pasear o trabajar porque sus casas o negocios están en zonas cerradas por obras en las que se trabaja 24 horas al día Cualquiera de nosotros que la semana que viene queramos pasar, pasear, entrar o salir, ir a comer, trabajar, comprar o vender, educarnos, ir a misa, divertirnos, o dormir dentro de una indeterminada y altamente militarizada zona de exclusión.
Los que intentemos entrar o salir en una ciudad con sus límites custodiados por fuerzas policiales, militares y para militares que pueden manejarse con inmunidad (¿impunidad?), como de hecho ya está ocurriendo en playas y zonas de recreación en las que grupos vestidos y armados como militares, aunque no identificados, requisaron y pidieron identificación a vecinos y turistas.
El común de la gente se mantiene entre la incertidumbre, el temor y las ganas de irse por una semana de Mar del Plata, también están los que se quedan conformes con esta idea de que tenemos una oportunidad de mostrarnos y darnos a conocer ante el mundo. La gran mayoría no sabemos que lo que se firme entre los 34 presidentes estará previamente acordado, y que antes y después de estos días, nada va a cambiar en materia de trabajo, pobreza o lo que sea que se nos diga que es tema de la IV Cumbre de Presidentes de América. Tampoco alcanzamos a reflexionar que no habrá turistas que gastarán cifras espectaculares, ni que cuando los diplomáticos, funcionarios y empresarios vuelvan a sus países se llevarán volantes de Mar del Plata para recomendarla. Y las obras que nos quedan están bastante alejadas de las necesidades estructurales que tenemos la mayoría de los ciudadanos que habitamos una Mar del Plata que además de apodarse "La Feliz", tiene uno de los índices de desocupación más grande del país, serios problemas de servicios básicos (agua contaminada, falta de cloacas, gas, lunarias, transporte público, disposición de residuos, asfalto), más de 400 comedores comunitarios registrados, una inmigración interna importante luego de cada temporada de verano, y varios etcéteras.
La alta mirada de los analistas de política internacional, carece de herramientas en su análisis, que bien le podría proporcionar el bajar su punto de vista, y trasladarlo fuera de las vallas, más allá de la zona de exclusión, donde 700 mil vidas enfrentan una realidad bastante diferente de la que ellos promueven.