Argentina: La lucha continúa
|
La muerte del padre Carlos Cajade
Dios está distraído
Hugo Presman
La noticia no tuvo grandes titulares. El país estaba envuelto en el
silencio previo a la contienda electoral. Ese mismo silencio público despidió a
un cura excepcional. A Carlos Cajade, el hombre que decidió vivir para los
demás. Fundador de un Hogar en La Plata donde comen miles de chicos y viven
ochenta pibes. Ahí mismo funciona una panadería, una granja, una imprenta y se
redacta e imprime la revista "La Pulseada", una barricada contra la pobreza y la
marginalidad.
Con su pinta de actor provocaba suspiros en el sector femenino de sus
seguidores. Fanático de Estudiantes, perteneció a la juventud peronista en los
setenta. Nunca enterró sus sueños, ni convocó a la amnesia. Por eso, siempre
recordaba: "Ser niño fue privilegio en este país, más allá de la postura
política que uno tenga, llegamos a tener una tasa de mortalidad infantil
bajísima, como la que hoy tienen Suecia, Cuba o Canadá".
Como dice su amigo el Padre Leonardo Belderrain: "Hasta el más antiperonista no
podía dudar del peronismo de Cajade. Es que en realidad lo suyo era
cristianismo"
Cuando fue designado en La Plata monseñor Héctor Aguer, su antítesis religiosa,
el mismo que depositó la fianza para la libertad de algún banquero detenido, se
le adicionaron inconvenientes jerárquicos a su denodada lucha.
Dios está distraído. La muerte por un cáncer de cólon con metástasis en hígado,
lo aniquiló a Carlos en dos meses.
Dios está distraído. Los que no se distrajeron fueron los miles de pobres
agradecidos, los pibes del hogar que pasaron durante dos décadas y los que lo
acompañaron en el hospital, tratando de hacerle un piquete a la muerte.
En la cancha de Estudiantes, desde que se conoció el diagnóstico, una bandera
alentaba: "Fuerza Padre Cajade"
El sábado 22 de octubre, un Dios distraído, dejó que la muerte se llevara a
quién había estructurado una red de protección ante un Estado devastado que
redistribuía en beneficio de los poderosos y les levantaba la mano a los
ganadores.
Fue enterrado ese domingo en que en la Capital triunfaba Mauricio Macri, uno de
los ganadores de los noventa. Alguien que se llevó parte del Estado a su casa.
Ese Estado que le falta a tantos excluidos.
No sólo Dios estaba distraído.
En homenaje al Padre Carlos Cajade, reproducimos la nota del 26-12-2000
Milagro en navidad
Por: Hugo Presman
Nació en Ensenada. Su padre fue trabajador del frigorífico Swift y murió en un
accidente. A los catorce años siguió el camino de su progenitor.
Al terminar el servicio militar ingresó al seminario. Pertenece a la juventud de
los 70, tiene 49 años y dice "vivencié todos los ideales de un mundo mas humano,
mas justo, mas fraterno". Es Carlos Cajade, un sacerdote católico. La nochebuena
de 1984 lo encontró como párroco de la Iglesia San Francisco de Asís, en Berisso.
Terminada la misa de gallo salió a cerrar la puerta de la Iglesia y se encontró
con tres pibes en la escalinata. Imbuido del espíritu navideño, les dijo:
"Chicos, hoy es Nochebuena, hay que ir a festejar". Los pibes le contestaron que
no festejaban porque vivían en un terreno baldío. La voz de Carlos rememora esa
noche inolvidable " No les creí y ellos me desafiaron. Yo no sabía que en ese
momento me estaba poniendo una bisagra a mi y a ellos, porque en realidad fui al
terreno y había mas chicos, mas chiquitos y ahí nomás me fui al almacén de una
señora amiga y compré todas las cosas que podía y pase esa Nochebuena con ellos.
De ahí en más fue natural. Primero nos encontrábamos en la calle, después
empezaron a venir a la hora de la misa. Después empezaron a venir a la hora de
comer. Y la amistad fue dando para más. Una noche de tormenta se quedaron y así
empezó. Nunca mas se fueron".
Carlos no lo dice, pero tal vez esa Nochebuena de 1984, junto a los chicos
desamparados, estaba la figura de Jesús y de fondo la música de Piazzolla con la
letra de Ferrer. "Por las noches carasucia / de angelitos de blue jean / vende
rosas por las mesas / del boliche de Bachin / y la luna brilla / sobre la
parrilla / come luna y pan de hollín / Cada día en su tristeza / que no quiere
amanecer / lo madruga un 6 de enero / con la estrella del revés / y tres reyes
magos / roban sus zapatos / uno izquierdo y el otro también "
Luchó con los chicos por un subsidio de la Provincia que luego de varios
esfuerzos fue aprobado por el gobernador. Hoy es el Hogar de la Madre Tres veces
Admirable, en las afueras de La Plata, en 643 entre 12 y 13. "Arrancamos con 19
pibes" dice Carlos. "La obra está compuesta por la huerta, la elaboración de la
verdura y la venta a domicilio, tenemos un Kiosco en el Senado y una imprenta de
primera línea. Viviendo con nosotros hay alrededor de 80 chicos y 13 o 14
educadores. Ellos comienzan viniendo para ayudar y terminan armando su vida
acá".
Contra la propuesta de construir más y más cárceles, tan en boga en nuestro fin
de siglo neoliberal, Carlos cuenta su experiencia: "El espíritu de lo que
estamos haciendo es darles el clima de familia, que no falte la contención
básica. Nos llegan chicos con causas penales, que después de tres años de estar
aquí nos preguntamos por que estuvieron presos. A uno de los chicos lo trajo la
policía, me dijo que lo habían metido preso tantas veces que ya no sabía que
hacer. Tres años después, ese chico trabaja en la imprenta, empezó el
secundario, es un tipo de una solidaridad y una alegría enormes". Orgulloso
sostiene: "Cuando eligen los mejores compañeros en la escuela, ellos (sus
chicos) salen los mas votados. " Y es lógico. "En este momento no hay pibe que
llegue y se vaya. Donde encuentra un clima de familia y de trabajo, un clima
para poder estudiar y que se lo trata con dignidad, se queda ".
El régimen que hace posible la convivencia es una democracia directa. "Yo no
tomo ninguna decisión solo, nunca, siempre lo hacemos en Asamblea".
Su experiencia desmiente a todos los apóstoles de la represión y condena a
menores. "Cuando hablamos de seguridad y vamos nada mas que a las consecuencias,
como poner mas patrullas o tratar de reducir la edad para meterlos presos de mas
chicos, eso no es nada mas que un parche. Si nuestra niñez se está criando de
una manera salvaje, nos va a responder de una forma salvaje. La vivencia que
tenemos con el chico nos hace pensar en el modelo del país que queremos " .
Ese que reflejan las estadísticas, con la impasible frialdad de los números. La
mitad de los chicos de 14 años son pobres. Esos chicos retratados, entonces como
excepción, en la poesía de Ferrer "Chiquilín, dame un ramo de voz / así salgo a
vender / mis vergüenzas en flor / Baléame con tres rosas / que duelan a cuenta /
del hambre que no te entendí / chiquilín ".
Carlos realizó un escrache en un Mc Donald‘s, que no dejó comer a cuatro pibes
dentro del local. Y acota: "No hay que perder el sueño de que ser pibe tiene que
ser un privilegio, como lo fue alguna vez en este país". Cita a un compañero, el
sociólogo Alberto Morlachetti, otro argentino excepcional, cuando afirma: "Nos
dicen que tenemos que cuidarnos de los chicos, cuando en realidad tenemos que
cuidarlos a ellos"
Organizador del Movimiento Chicos del Pueblo, que agrupa a todos lo hogares de
chicos de la calle, sus ojos de empañan cuando reflexiona: "Los chicos son tan
argentinos como nosotros, nacieron bajo la misma bandera, en la misma tierra,
nada mas que ellos no tienen siquiera el derecho de disfrutar de la vida. Por
eso digo, la seguridad habría que pensarla de una manera mas amplia. No es
cuestión de tirar salvavidas, sino de parar la inundación".
En un país considerado un granero se mueren 20 chicos por día de hambre. Solo
una política planificada puede dar este resultado genocida. En este país de
profundas contradicciones, con convicciones cristianas, es fácil encontrar en la
clase media a quienes siguen a Jesús, pero en la práctica diaria admiran a
Herodes. Son los que votan por políticas de ajuste sin anestesia y cuando hay
que pagar el costo de las consecuencias, deciden que no hay más remedio que
matar a lo que se provocó. Quieren hacer hamburguesas de los excluidos. Y le
ponen marca comercial a su candidato. Cuando se apuesta a la vida, es posible
cosechar vida. Juan Pablo, por ejemplo, integró el primer grupo y hace unos días
nació su bebe. Ese bebe que, como los que asiste Mónica Carranza, o el Padre
Carlos Cajade, no será protagonista del drama que describe Horacio Ferrer: "
Cuando el sol pone a los pibes / delantales de aprender / el aprende cuanto cero
/ le quedaba por saber / Cada aurora en la basura / con un pan y un tallarín /
se fabrica un barrilete / para irse y sigue aquí / Es una hombre extraño / niño
de mil años / que por dentro le enreda el piolín " .
La voz de Carlos se opaca por momentos, pero rápidamente recupera su brillo
cuando dice: "Hoy el clima es muy salvaje. A veces me dan ganas de rajarme
porque se pelean de una manera espantosa. Y esa niñez se está criando en un
clima muy salvaje. El niño se hace salvaje en un clima salvaje y se hace humano
en condiciones humanas. Eso hace muy difícil que un chico al que la miseria
llevó a expulsarlo a la calle, y deterioró la relación con su familia, vuelva a
vivir con ella. Pero puede recuperar la relación con su sangre. Es a veces
inentendible, pero un pibe que recupera esa relación, especialmente con la
madre, si andaba a 30, comienza a andar a 80. Por el solo hecho de ir a tomar
mate con ella. La recuperación del vínculo sanguíneo le devuelve la identidad al
pibe. Por ejemplo, un pibe que viene de la calle llega muy deteriorado, a veces
muy enojado con su familia, entonces con el clima de familia de acá se va
poniendo bien, y va dando pasitos, se va integrando en la escuela y si tiene mas
de 14 años se integra en algún emprendimiento productivo, se va poniendo bien y
en un momento determinado ¿Sabe cual es la expresión, el síntoma que está bien?
Pregunta che Carlitos ¿sabes una cosa? tengo ganas de ver a mi vieja."
Este oasis se levanta en medio del infierno terrenal diseñado e instrumentado en
treinta años de retroceso feroz.
La nena que hizo de Jesús en el barrio donde se levanta la parroquia, en
diciembre de 1998, murió de desnutrición en mayo de 1999.
Carlos está criando una bebita con sida. Su madre "la Ramona ", la que hacía pan
casero y lo vendía en el barrio, murió en agosto de 1998. Dejemos que Carlos lo
cuente: " Es una experiencia...........linda, fuerte de pelearle a la muerte,
hasta a Dios lo apreté una noche. Porque uno quiere a todos los chicos, porque
todos tienen su estrella, aunque a veces está un poco tapada, por las miserias
que trae, pero esta me estrelló a mí. Además para un cura como yo, que no ha
criado nunca un bebe, es algo especial. Gracias a Dios le encontramos la vuelta
porque no resistía a los remedios, que son varios cócteles fuertísimos. Dos o
tres veces se me estuvo por morir. Yo le dije a Dios : Mira que acá me haces
pomada a mi, porque mas de una vez se nos murió un chico y nos costó meses
levantarnos".
Ahí por La Plata parece que Jesús ha vuelto. Es el Padre Carlos Cajade. Que lo
cita poco pero lo practica mucho. Ese que dice, poniendo voz a los Evangelios
"Nosotros creemos que el insumo básico de la niñez es la ternura. Entonces
siempre decimos no menos de diez caricias por día, que tengamos siempre la
posibilidad de devolverle con ternura, lo que la pobreza le robó al nacer".