Argentina: La lucha continúa
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Santa Fe
Apuntes electorales
Pablo Benito
Tercer mundo on line
La derrota del kirchnereutemismo en la provincia de Santa Fe, el aluvión
de votos al socialismo que sepultó al justicialismo en Rosario y la histórica
elección de la oposición en la ciudad de Santa Fe marcan, entre muchas otras
cosas, un punto de inflexión en el panorama político santafesino. Nuestra ciudad
dio nacimiento a una figura que, desde la oposición, puede pelear la intendencia
en 2007, Jorge Henn. Rosario dio cuentas que no hay aparato ni rimbombantes
actos, con el presidente, que puedan con una buena gestión y Reutemann será de
amianto pero ya no erecta el miembro de nadie. En ese marco, da la sensación
que, de no abandonar el discurso de los hechos, la oposición puede ser
oficialismo en dos años pero, a la vez, DEBE saber que 730 días, en la vida de
una sociedad, es mucho como para reducirlo a un paréntesis.
Para los santafesinos, el 23 de octubre de 2005, ES muy importante, a la vez
que, para el país, lo sucedido en Santa Fe, tiene una importancia mucho más
relevante de lo que una provincia puede esperar. Y esto no lo dirán los diarios,
porque no es bueno para la salud de sus pautas oficiales, pero Kirchner sufrió,
en Rosario, uno de los papelones más grandes que puede recordarse de un
presidente. Abrió y cerró su campaña nacional, para mostrar fortaleza luego de
llegar al sillón de Rivadavia de "prestado", en una ciudad en que junto a su
imagen, la de Reutemann y la del Gobernador Obeid, no le dieron siquiera un 20 %
a sus ignotos apadrinados. Es un dato más que fuerte. Es un bochorno, para
quien, se supone, viene manejando los hilos del poder con aguda precisión. Es un
error de cálculo demasiado grosero, tanto o más que salir, personalmente, a
cruzar a Carrió en Capital Federal y que su pingüino sea relegado, igualmente, a
un tercer lugar incómodo.
Kirchner ganó demasiado este domingo próximo pasado, se consolidó en el país con
fuerza propia y legitimó su mandato que, en las urnas, no había logrado en 2003.
Pero lo de Santa Fe fue de una torpeza política llamativa. Apuntó a una ciudad,
cuya gestión gusta a sus habitantes tanto como para renovarle confianza y darle
la espalda al presidente. Se esté o no de acuerdo con el Socialismo rosarino,
esa es una realidad que, a la luz de los intentos del presidente, resalta con
mayor independencia de factores exógenos.
En nuestra ciudad, la lectura es bastante distinta, el riesgo de esta hipótesis
es bastante temeraria, pero no por eso menos interesante. Aquí perdieron todos,
menos algunos nombres. El Justicialismo hizo su peor elección desde el retorno
de la democracia en base a una lista de concejales que parecía un tren fantasma,
no fue paliza porque, justamente, contó con el apoyo del Frente Progresista
Cívico y Social que priorizó las luchas intestinas a la posibilidad que,
difícilmente, se le presente alguna vez más, de arrasar al PJ. De alguna manera
el oficialismo deseó suicidarse y la oposición, en sus mezquindades, priorizó
jugar para la derrota para que no ocurra lo que igualmente pasó. Jorge Henn se
erige como un gran competidor de cara a la Intendencia 2007 y eso era fatal,
quien ganara el 7 de agosto se posicionaba como el mejor candidato a futuro.
Esto, en el radicalismo ampliado –por algunas figuras socialistas- no quiere
decir que Henn sea "número puesto" de ser candidatos, mas bien todo lo
contrario.
Hay que decirlo de una vez, en nuestra ciudad, tanto en 2003 como el domingo
pasado, las fuerzas más importantes de la oposición jugaron para "no ganar" o,
directamente, no jugaron. Disputaron a sangre y fuego una interna, y miraron por
TV las generales. Agradecidos por tamaña patología están los Cegeteros y el ARI
que entra al concejo preguntando adonde queda.
Por supuesto que, a todo esto, queda bastante fuera de análisis el objeto que se
encuentra detrás de la huella. Tanto la ciudad como la provincia, con su
"continente contenido" parecen una entelequia u objeto de deseo tan efímero como
insondable. Obeid acaba de decir que "Me voy a dedicar a gobernar…" (Huelgan las
palabras) Balbarrey, es jaqueado por el gremio de sus "aliados cegetistas" y
nadie le tira una soga más que para ahorcarse.
Es verdad que no es bueno vivir solamente el momento, que hay que proyectarse
hacia un futuro. Pero no hay que olvidar que para proyectar se necesita un
proyector y, en este caso, si Balbarrey y Obeid no realizan, en lo que queda que
no es poco, buenas gestiones, controladas y transformadoras, gane quien gane la
elección en 2007, estaremos perdiendo, como pueblo, la oportunidad de vivir algo
mejor que, visto y considerando la historia reciente, es mucho aunque parezca
poco.