Murió otra luchadora

El día jueves 14 de octubre, nos dejó Cintia Castro. Una mujer que vivió para la lucha social y en defensa de los marginados.

Conocí a Cintia por medio de esta triste pero a veces gratificante batalla en pos de la defensa de los derechos humanos. Éramos muy distintas. Nuestras ideologías jamás compatibilizaron. Pero a la hora de poner el cuerpo, salir a gritar y reclamar legítima justicia, juntábamos nuestras diferencias y no desmayábamos hasta lograr el objetivo: IGUALDAD Y DERECHOS PARA TODOS.

Cintia fue la primera en llamar a mi casa llorando desconsoladamente, el día en que murió el compañero Cacho Espíndola. Él la acompañó a ella y a sus compañeros en tiempos de cárcel. Cintia jamás olvidó ese gesto con la lealtad y gratitud que la caracterizaron.

No se, no es mi fuerte conjeturar sobre cielos o dimensiones desconocidas, pero si algo de eso es como muchos sostienen, me tranquiliza saber que Cintia, Cacho y los compañeros caídos, se volverán a reunir. Por sobre todas las cosas; esta vez ya no se verán en el infierno de un penal.

Quise dejar testimonio sobre Cintia porque ella lo merece. Para quienes no han conocido su nombre, es justo contarles que hasta hace un par de días vivió entre nosotros una mujer llamada Cintia Castro. Que la muerte no tuvo piedad y la separó de nuestro lado  tempranamente.

Cintia Castro, muy joven, se fue y esta vez sin retorno. Perdimos a otro ser humano maravilloso, su lucha y su bondad, se quedarán con quienes supimos valorarla por lo que era; UNA ELEGIDA PARA LUCHAR POR LOS OTROS.

Hasta la victoria siempre... Cintia.

Gisela Gaeta