Argentina: La lucha continúa
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El hantavirus y el senador
Carlos del Frade
Pelota de trapo
Emiliano Ruiz Días tenía diez años y vivía en Santa Fe de la Vera Cruz,
capital del segundo estado argentino, el mismo que exporta casi cinco mil
millones de dólares al año y en el que hay empresas que facturan dos mil dólares
cada sesenta segundos. Emiliano Ruiz Díaz, que murió de hantavirus, formaba
parte de las familias inundadas entre abril y mayo de 2003, cuando el río Salado
invadió la tercera parte de la ciudad por la obra de defensa no terminada, que
había sido pagada por más de veinte millones de dólares durante la primera
administración de Carlos Reutemann como gobernador.
Emiliano Ruiz Díaz que tenía diez años y vivía en Santa Fe de la Vera Cruz se
murió por hantavirus, una clásica máscara que suele usar la pobreza inventada en
estas tierras de semejantes riquezas acumuladas en pocas manos.
Emiliano Ruiz Díaz que tenía diez años y vivía en Santa Fe de la Vera Cruz y que
murió de hantavirus formaba parte de las familias inundadas entre abril y mayo
de 2003, cuando el río Salado -sobre el que había escrito Manuel Belgrano hace
doscientos años atrás en relación a la necesidad de domarlo para que no
desbordara- invadió la tercera parte de la ciudad por el sector de seiscientos
metros no terminados de la obra de defensas que habían sido pagadas por más de
veinte millones de dólares durante la primera administración de Carlos Reutemann
como gobernador.
Emiliano Ruiz Díaz que tenía diez años y vivía en Santa Fe de la Vera Cruz y que
murió de hantavirus después de haber soportado la previsible inundación del
Salado no llegó a discutir qué quería decir que el ahora senador Reutemann esté
mencionado como futuro Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno argentino.
La vida del pibe terminó en el exacto lugar en que el propio gobierno de
Reutemann le había asignado para que continuara viviendo la familia de Emiliano.
Pero en el lugar sigue estando la inundación de siempre, la pobreza que
multiplica ratones y en donde no hay mucho interés por saber cómo viven los
chicos como Emiliano ni las familias que tienen chicos como Emiliano.
Hace pocos días se supo que dos hermanos de Emiliano estaban internados en el
Hospital de Niños "Orlando Alassia" y creían que también estaban enfermos de
hantavirus. Sin embargo el Ministro de Salud y Medio Ambiente de la provincia,
Sylvestre Begnis, salió a decir que no era así. Que estaban internados por otra
cosa.
Cuando se conoció la muerte de Emiliano, el gobierno se hizo presente.
Fue entonces que vino la preocupación y la desinfección que antes no había sido
hecha.
Después de la muerte por hantavirus de Emiliano, llegó el Estado.
Hasta se lanzó una campaña de información por los medios de comunicación para
prevenir la enfermedad que transmiten los ratones colilargos.
La muerte de Emiliano les anunció a los funcionarios que debían ocuparse de la
suerte de las familias de los inundados del Salado porque ellas siguen
padeciendo la inundación del desprecio, de la pobreza, de la desidia.
-De mis cinco hijitos me quedaron cuatro... ¡Que no se me vaya otro más! Yo ya
viví mi vida, quiero mis hijos únicamente. ¿Se me van a ir los cinco?, ¿dónde
voy a terminar, en el psiquiátrico? -se desesperó Eulalia Ruiz Díaz, ante las
cámaras de televisión.
La información sostiene que el foco de contagio fue una de las casas que se
construyeron para ciento cincuenta familias de los inundados del Salado.
¿Qué dirá Carlos Reutemann, gobernador que supo pagar por una obra de contención
de aguas nunca terminada y luego gobernador que asistió al embate del Salado y
luego senador a punto de convertirse en representante del pueblo argentino ante
los demás pueblos del mundo?
¿Qué lugar en su agenda ocupará Emiliano Ruiz Díaz, el chico de diez años que
vivía en Santa Fe de la Vera Cruz, capital del segundo estado argentino?
Carlos Reutemann, el hombre que más votos tiene en la provincia de Santa Fe,
elogiado por el gobierno nacional y reconocido por los principales capitales
estadounidenses y europeos, posible canciller de los argentinos, avanza sin
mirar por el espejo retrovisor.
Su huella por la historia reciente de los santafesinos está en los asesinados de
diciembre de 2001, en los que ya no están por las aguas del previsible cauce del
Río Salado y por los pibes ausentes como resultado de la multiplicación de la
riqueza en pocas manos y el crecimiento fenomenal de la pobreza y desocupación
durante sus gobiernos.
Mientras tanto, Emiliano Ruiz Díaz, de solamente diez años, ya no podrá jugar en
la ciudad en la que el senador se pasea como si nada, absolutamente nada,
hubiera pasado.
A lo sumo se enterará que hubo un caso de hantavirus.
Reutemann seguirá en su carrera.
Cuando llegue a la bandera a cuadros que solamente él sabe cuál y cuándo será,
Emiliano no estará en la tribuna para aplaudirlo.
Fuente de datos: Diarios La Capital - Santa Fe 29 y 30-09-05 / Los Andes
24-09-05 y NotiExpress 29-09-05