Argentina: La lucha contin�a
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La masacre de 175 jovenes en Buenos Aires
Pablo Kilberg
� Hijos de puta�! � Hijos de puta�! � Hijos de
putaaaaaaa�!
El grito sale de adentro, de muy profundo, como respuesta a la masacre que se
llev� las vidas de 175 j�venes y se cobr� m�s de 600 v�ctimas entre quemados y
ahogados por el humo y los gases t�xicos anoche, en un recital de rock en Buenos
Aires.
Pero tratando de sobreponerse a la bronca y al dolor, es necesario preguntarse,
reflexionar � y actuar � para que no siga la impunidad cabalgando por estas
tierras.
Porque ya est�n apareciendo voces que en medio de ese dolor desgarrante - el
Papa Wojtila y el cura Bergoglio claman - por "consuelo y serenidad" con la
resignaci�n que siempre la iglesia pide a sus fieles corderos. �Nada de
"justicia"� "consuelo y serenidad"!
Claro que la justicia tampoco resolver� nada, porque la "justicia" argentina no
est� para eso�
Ni siquiera juzgando y encarcelando a los responsables directos de esta masacre,
como el "empresario" Omar Chab�n, due�o del local incendiado, que no contaba con
las m�s m�nimas condiciones de seguridad.
La "seguridad", para estos verdaderos hijos de puta (perdonen la insistencia,
pero �hay alg�n miembro de esta clase, alg�n empresario que no lo sea?) se
concibe en otros t�rminos: cuidar que su patrimonio, lo acumulado a trav�s de la
explotaci�n y el lucro, no pueda ser alcanzado por los
pobres y marginados que ellos, los ricos, generan y reproducen para mantenerse
como clase.
Este drama, esta tragedia, esta verdadera masacre perpetrada anoche en un local
bailable del barrio de Once, no es responsabilidad �nica del "empresario" due�o
del boliche. Es � ni m�s ni menos � que otro de los genocidios a los que este
sistema nos tiene (mal) acostumbrados.
No s�lo con bombas, misiles y aviones artillados mata el capitalismo. As� lo
hace en Iraq, por ejemplo, para asegurar su provisi�n de petr�leo, para
alimentar la obscena avidez del sistema dominante, para el que la vida de los
seres humanos no vale nada, s�lo importa el lucro, la ganancia, las monta�as de
dinero.
Tambi�n mata de hambre, expulsando a millones de humanos a la miseria m�s
absoluta, para repartirse entre unos pocos las riquezas.
M�ltiples formas tiene este inhumano sistema para alimentarse, sobrevivir y
reproducirse, y en todas ellas la voracidad por la acumulaci�n de ganancias, por
incrementar el capital, no tiene l�mites ni barreras. Ni materiales, ni morales.
La masacre que puso hoy de luto a todo el pueblo argentino, tambi�n es
responsabilidad de este sistema. No s�lo del desaprensivo due�o del lugar y los
organizadores del recital, �nicamente preocupados por vender muchas m�s entradas
de las que el local admite, y eludir las m�nimas normas sobre la seguridad en
espect�culos p�blicos, ahorrando en pesos pero malgastando en vidas humanas.
Es esa avidez sin l�mites, propia de la �tica y los principios que sustentan
este inmoral sistema, la que se llev� esas vidas, la que hospitaliz� a varios
cientos - varios al borde a�n de la muerte � la que se seguir� cobrando vidas
para alimentarse, si no le ponemos l�mite.
El capitalismo es muerte. �Muerte al capitalismo, entonces!
Quiz�s muchos puedan, esta noche de fin de a�o, cenar y brindar alegres, a�n con
cientos de cad�veres sobre sus mesas.
A los que nos duelen en serio las vidas de nuestros hermanos, s�lo nos queda
comprometernos para luchar, d�a a d�a, hasta la victoria, para derrotar este
inmundo sistema, y que triunfe la vida.
Buenos Aires, Argentina
31 de Diciembre de 2004