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Argentina: La lucha continúa

 

El peligro público en Argentina

"Toda persona puede interponer acción expedita y rápida de amparo, siempre que no exista otro medio judicial más idóneo, contra todo acto u omisión de autoridades públicas o de particulares, que en forma actual o inminente lesione, restrinja, altere o amenace, con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta, derechos y garantías reconocidos por esta Constitución, un tratado o una ley. ..."
Art. 42 - Constitución de la Nación Argentina

por Hugo Alberto de Pedro

Ha sido una pesadilla el asesinato perpetrado en masa en la Argentina hacia finales del año 2004, donde miles de niñas, niños, mujeres y hombres cayeron en la trampa de la desidia empresaria e institucional.
Después de casi una semana advertimos que la perversidad de algunos seres humanos, esos tan primitivos como sus antecesores en la evolución humana -me refiero al hombre de CroMagnon-, no tiene límites y menos aún lo tienen cuando se trata de asegurar y preservar la vida de los niños y jóvenes.
¿Dónde encontramos la diferencia entre esa especie que hace por lo menos unos 50.000 años utilizaba el fuego y los instrumentos de hueso y piedra para sus cacerías con estos otros -los de hoy- que utilizan a las empresas y los cargos públicos para realizar otra forma de cacería de muerte sobre humanos indefensos?
Obviamente que aquella Edad de Piedra no ha sido abandonada para toda la burocracia política que también utiliza las "cavernas del poder" para resguardarse de las responsabilidades que les cabe en la tragedia del recital de rock, ese tristemente finalizado en un baño de monóxido de carbono y cianuro por la falta de las más elementales medidas de seguridad y prevención.
¿Para que necesitamos de los "políticos" que supuestamente nos representan?. ¿Para que necesitamos de los "funcionarios" que deberían estar al servicio de la comunidad?. Creo que solamente para vanagloriarnos de que vivimos en democracia representativa.
Todos los funcionarios y políticos han estado especulando en estos días para lograr despegarse de sus responsabilidades, algunos como el presidente Néstor Carlos Kirchner desde un silencio vergonzoso que fue quebrado para atacar a todos como siempre su pobre estilo político lo identifica, otros desde las declaraciones mediáticas para hacernos creer que somos estúpidos como lo hizo todos estos días el jefe de gobierno Aníbal Ibarra y los demás esperando el momento oportuno para lanzarse como fieras en la ocupación de espacios y sitiales que les permitan presentarse como impolutos y prestigiosos.
Ni los unos ni los otros, se han hecho presentes en el lugar del asesinato en masa en todas las terribles horas que muchos ciudadanos comunes realizaban las tareas humanamente necesarias para salvar vidas. Pero como bien corresponde a su impronta y estirpe ahora cargan las culpas a cualquiera y se hacen los distraídos a la responsabilidad que les compete.
¿Para que necesitamos a la "justicia"?. Creo que para muy poco ante la institucionalizada realidad que los hechos nos presentan en estos momentos a los que conservamos la vida, y a quienes desgraciadamente la perdieron.
La justicia anda buscando a un niño de 5 años quién supuestamente fue el que tiró la bengala y el petardo de tres tiros entre los muchos que hubo, no ha podido tomar declaración indagatoria al responsable del local República de Cromagnon -Omar Chabán- donde se produjo la masacre y no ha ordenado el procesamiento de todos los funcionarios con responsabilidad ejecutiva en el tema, etc., todo es injusticia. Si la justicia siempre está del lado de aquellos que detentan el poder para los que sabe sacarse la venda de los ojos y que jamás con su espada se pone al lado de los ciudadanos, no es justicia es injusticia.
Claro que muchos jueces ni siquiera conocen el texto constitucional para hacerlo cumplir, salvo lo referido a la inamovilidad de sus empleos, la inmunidad de sus funciones e intangibilidad de sus remuneraciones.
¿Para que necesitamos a los "legisladores"?. Creo que no existen más allá que para obtener sus abultadas dietas, gastos de representación y fueros de inmunidad e impunidad.
Para que existen las interpelaciones públicas y los pedidos de informes que ellos tienen la obligación de realizar para permitir que la sociedad conozca los niveles de responsabilidad y que les permitirían actuar en consecuencia. Indudablemente que es ilusorio pensar que se quieran confrontar con quienes alimentan sus insaciables necesidades de poder y futuro dentro de la vida política. De legislar para que la seguridad y la prevención sean efectivas ni hablar.
¿Para que necesitamos a la policía?. Creo que con su corrupción endémica y su comportamiento represivo y coimero están de más para lograr el bien común.
Porque de la misma forma que vigilan, persiguen y reprimen al pueblo no lo hacen con aquellos que adornan sus bolsillos con los dineros provenientes de los negocios inescrupulosos y fáciles, la política, el juego clandestino, la droga, los secuestros, etc. que permiten que las tragedias se produzcan por su inacción.
Con todo, tengo un sueño que se convierte en deseo.
Poder ver en idéntica situación, la vivida por muchos en el recital de la muerte, al empresario responsable del maldito local y a sus socios, al presidente de la Nación y a sus ministros y secretarios, al jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y a sus secretarios, al jefe de la Policía Federal y su jefe de la Superintendencia de bomberos, a los jueces federales y correccionales, y a los legisladores nacionales y porteños.
Pero que previamente sepan que el local no tiene la habilitación en regla, que no se ha realizado la inspección de bomberos, que la instalación para incendios es inadecuada, que no hay matafuegos, que no existen luces de emergencia, que la capacidad está tres veces superada, que la salida de emergencia está cerrada con cadenas y candados, que las puertas de ingreso están cerradas con persianas, que sus hijas e hijos están encerrados en un baño convertido en guardería y que no hay ningún funcionario público responsable de asegurarles la vida.
No para desearles la muerte, sino para que tomen conciencia de que se tienen que ir todos de una vez por todas de la función pública ejecutiva, legislativa y judicial.
Porque sencillamente siendo como son y como actúan la sociedad no los necesita ya que son todos ellos el verdadero peligro público en Argentina.
5 de enero del 2005