Argentina: La lucha continúa
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Yo, argentino
Fernando Rouaux
No digamos que no sabíamos, que no sabemos que es un milagro diario que estas
cosas no pasen todos los días. Pero estamos lamentablemente acostumbrados a que
en el día a día, la vida no vale nada. El hecho grave es que lo que es una
costumbre para la población, lo es también para los empresarios, policías,
inspectores y gobernantes.
¿Hay algún porteño que pensara que los boliches fueran seguros y estuvieran bien
controlados? ¿Creía Ibarra que los controles funcionaban? Perdido en un cajón,
encontró un papel firmado diciendo que todo estaba en orden. ¿Cree que los miles
de papeles firmados que tiene llenando cajones significan algo más que una coima
pagada? ¿Cree que significan que todo anda bárbaro? ¿Cree que sirven para
limpiar su responsabilidad? Si él lo cree, ¿cuántos lo creemos?
Hace unos años hubo una seguidilla de casos de personas muertas por mal
funcionamiento de ascensores. ¿Qué se hizo? Empezaron a controlar los
ascensores, mostraron actuada dureza y decisión ante las cámaras, y se sentaron
a esperar que la próxima tragedia le tocara al siguiente jefe de la ciudad. Es
decir, lo atamos con alambre.
¿Acaso no hay todos los años accidentes con pirotecnia sin que a nadie se le
ocurra controlar su venta pero sí prohibir la venta de cerveza en los quioscos?
¿Acaso Ibarra cree que existen controles eficientes en los micros y colectivos,
en los trenes, en los subtes, en los taxis, en los remises y hasta en los
aviones donde todos los días viajan millones de personas? ¿Va a arreglar eso o
va a esperar que la gente lo exija tras la muerte por incineración de 20
pasajeros en el colectivo 60 y sentarse a esperar que las próximas muertes le
caigan a su sucesor? Un par de renuncias, un par de medidas, una conferencia de
prensa, y zafamos. Dale que va.
Alrededor de una persona por día muere en accidentes de tránsito en el país.
¿Qué se hace para evitarlo? ¿Ibarra no lo sabe? ¿No sabe Ibarra que se mueren de
cáncer de pulmón todos los años cientos de fumadores pasivos que llenan de
nicotina sus pulmones en los lugares de trabajo, en los bares, restaurantes y
boliches de Bs. As.? ¿No sabe que hay transformadores con PCBs en toda la ciudad
causando cáncer a los vecinos? ¿No sabe que la contaminación del aire y del
riachuelo matan silenciosamente gente todos los días, que causan enfermedades,
alergias, asma, diarreas, parasitosis? Pero eso no sale en la tele, por eso no
me hacen marchas. Dale nomás.
Ya que lo que ocurrió no es ni un hecho aislado ni algo inevitable, cabe repetir
una vez más que la responsabilidad le cae a toda la cadena de controles, al
empresario, y por supuesto a Ibarra, que por el motivo que sea deja que todo eso
siga ocurriendo cada día. Si esto no tiene consecuencias políticas enormes para
él, el siguiente jefe de gobierno se dormirá en el milagro de que no le pase
algo así, y si le pasa, lo atamos con alambre.
Pero es importante ver también que tiene que llegar un tiempo en que como
sociedad entendamos que todos estos asuntos hacen a la calidad de vida de todos,
sobre todo nuestros hijos, y que es responsabilidad nuestra presionar al
gobierno de turno para mejorar esa calidad de vida. Tendremos que entender algún
día que muchas o algunas de estas cosas se podrían haber hecho si la sociedad,
organizada, lo hubiera exigido.
Tendremos que entender que mirando a Tinelli no podemos cambiar nada. Que no
podemos tolerar más seguir arriesgando nuestras vidas estúpidamente cada día
para que un par de empresarios de la noche, del tabaco, del transporte, de la
pirotecnia, de la electricidad, del gas, de las estaciones de servicio o lo que
fuere y todos los funcionarios responsables, sigan llenando sus bolsillos de
coimas y bajos costos (económicos y políticos) y, además, durmiendo tranquilos.