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Argentina: La lucha continúa

 

AL QUE LE QUEPA, QUE SE COLOQUE EL SAYO
"No se puede llorar por los muertos de la dictadura y no llorar por los muertos jóvenes de hoy"

Por: DYN

La psicoanalista Silvia Bleichmar sumó hoy su voz a las duras críticas que recibió el presidente Néstor Kirchner por su prolongado silencio sobre la tragedia de Once, y tras juzgar 'escandalosa' esa actitud, advirtió que 'no se puede llorar por los muertos de la dictadura y no llorar por los muertos jóvenes del sistema de hoy'.

'Un pueblo que tiene gobernantes indiferentes al dolor está perdido. Y éste no es un elemento menor, es un síntoma de la perversión del sistema político que puede, incluso, devorarse a una persona que yo respeto como el presidente Kirchner', analizó.

Explicó que el Presidente, simbólicamente en un país, es como el padre y que el padre diga: 'no, mirá, no voy (a verte) para no visitar a tu madre' es desentenderse, es un escándalo', reflexionó la profesional.

Bleichmar evaluó que si el ex presidente Carlos Menem hubiera tenido la misma conducta que la que exhibió inicialmente Kirchner frente al trágico incendio, nadie se 'hubiera sorprendido', pero estimó incomprensible esta actitud de parte del actual mandatario quien, dijo, hasta ahora 'se ha caracterizado por su sensibilidad y su contacto con la gente'.

'Esto nos ha introducido mucho más enojo, mucha más desilusión, mucha más irritación que si lo hubieran hecho otros presidentes', evaluó la psicoanalista, en declaraciones a radio Continental.

Es que recién anoche Kirchner recibió a los familiares de las víctimas del brutal incendio del boliche 'República Cromañon', tras no haber hablado del tema durante varios días, por lo que fue criticado con dureza por la prensa internacional.

Antes, por medio de la agencia oficial Telam, había atribuido su comportamiento a la necesidad de evitar gestos de exhibicionismo frente a la magnitud del desastre.

En sus declaraciones de esta mañana, Bleichmar cuestionó las 'razones' que el presidente Kirchner 'dio' públicamente para justificar su conducta.

'Una fue no quitarle protagonismo a (el jefe de gobierno porteño, Aníbal) Ibarra, como si esto fuera una cuestión de protagonismo, la segunda es no aparecer como haciéndose cargo de la responsabilidad que se supone le corresponde a Ibarra como déficit del Estado', se lamentó.

Bleichmar fue contundente en su apreciación: 'A mí me conmueve profundamente que un Presidente que hace poco fue a hablar con la familia de un amigo masacrado por la dictadura, que se compromete con los muertos jóvenes de esa época, no pueda comprometerse con los muertos jóvenes del sistema de hoy', aseveró.

'No se puede llorar por los muertos de la dictadura y no llorar por los muertos hoy del sistema', reiteró.

La psicoanalista insistió en que 'lo que pasó con el Presidente' en este sentido 'es muy doloroso' y juzgó 'escandaloso' que el primer mandatario haya dicho 'no querer hacer declaraciones de ocasión'.

'Nadie espera una declaración, lo que se espera es una frase solidaria, comprometida y emocionada. Lo que se le pide al Presidente es que diga: 'estamos profundamente doloridos' y que hable con la voz quebrada que le sale en otros momentos', subrayó.

'Un pueblo que tiene gobernantes indiferentes al dolor está perdido. Y éste no es un elemento menor, es un síntoma de la perversión del sistema político que puede, incluso, devorarse a una persona que yo respeto como el presidente Kirchner', finalizó.

Bleichmar fue consultada sobre este tema luego de que hoy, en la columna de opinión del matutino Clarín, apareciera una nota suya en la que la especialista apuntó contra el poder que, según indicó, en el marco de la tragedia de Once, 'acusó a las familias de negligencia cuando el Estado es el que tiene que velar por su seguridad'.

'Por eso se habla en voz baja de los bebés que murieron en la improvisada guardería que la disco armó en el baño. Llegando incluso al límite de lo tolerable cuando, en lugar de asumir el espanto de haber permitido en pleno diciembre nuestra propia matanza de los Santos Inocentes, se culpabiliza a las madres adolescentes que allí los dejaron', dice el artículo.

Para agregar: 'ocultando bajo esta acusación de negligencia que las llevó supuestamente a escoger el placer contra el deber materno, la responsabilidad moral que impone la asimetría de quien tiene a su cargo la organización del evento para dar las garantías necesarias para la protección de la vida de quienes en él participan'.