Se dijo de todo en plaza Once, desde que comenzó el triste episodio en el
trágico boliche, donde miles de personas escuchaban al conjunto que
supuestamente debía deleitarlos con su música. La noche del 30 de Diciembre y la
madrugada que venía apurando al último día del año 2004, se tiñó de rojo, y la
sangre de cientos de niños y jóvenes, cubrió las veredas y las calles de Buenos
Aires, convirtiendo en un infierno la larga noche que se iba. Mucha bronca con
Ibarra (Jefe de Gobierno de la Capital Federal), con la habilitación del local
,con la puerta de emergencia vallada para que no ingresen colados (Igual al
shoping de Paraguay) , relatos de adolescentes aterrados, ciudadanos argentinos,
a quienes los mayores debemos dar una respuesta.
Mucha bronca con la Policía que miraba y miraba, sin hacer nada, mientras la
gente y sobretodo los pibes organizaban cordones y tomaban cualquier vehículo
particular, u oficial para llevar heridos. Desorganización, gente herida al lado
de ambulancias y médicos de pacotilla que corrían de un lado al otro, sin saber
que hacer, cadáveres en fila en las plazoletas de Once, caos y gente solo
contenida por otra gente.
Muchas ambulancias que una tras otra llegaban y después no podían salir, ya que
la desorganización era tal, que los mismos chicos llevaban a los muertos y
heridos hasta cualquier vehículo que pudiera trasladarlos. Evidentemente la
ciudad no está preparada para estas emergencias, y es hora que los políticos se
pongan a trabajar en serio, para que estos hechos no vuelvan a repetirse.
Seguramente, mucho se hablará de este tema en los próximos días, los opinólogos
de siempre dirán sus reiteradas verdades y se buscarán culpables para que esto
termine lo más pronto posible, pero la realidad es que se nos fueron más de 180
hijos y nietos, y cientos están heridos.
La realidad estalla con violencia y no se puede seguir esperando respuestas que
nunca llegan.
Hoy en muchas casas, reinará el dolor y la muerte, y el año nuevo llegará
inexorable como el tiempo. Hoy muchas vidas se han ido, creo que debemos
preguntarnos que estamos haciendo como sociedad, para que estas cosas sucedan.
Hoy , no tenemos nada que festejar, mañana, enterraremos a nuestros muertos y
quizás jamás nadie nos dé una respuesta.
¿Dónde están los supuestos inspectores que deben controlar las instalaciones de
los boliches?