Los "transgénicos" u organismos modificados genéticamente (OMG) son organismos
nuevos creados en laboratorio, cuyas características se han alterado mediante la
inserción de genes de otras especies, lo cual les aporta nuevas características
heredables. Los alimentos llamados "transgénicos" son alimentos en cuya
elaboración se ha usado algún transgénico. Puede ser el organismo en sí como en
el caso de los granos de maíz, o un alimento derivado de un transgénico, como
por ejemplo: la "carne" y el aceite de soya transgénica, los "cornflakes"
fabricados utilizando maíz transgénico, los productos obtenidos de animales
alimentados con productos transgénicos, entre otros.
2 ¿Podrían producirse de forma natural esas alteraciones genéticas que provocan
los experimentos?
Se conoce de la transferencia de materia genética espontánea entre micro-
organismos como bacterias y virus. No se conoce de ninguna manera natural en
que, por ejemplo, genes humanos se insertan en el genoma del arroz, ni genes de
salmón en él de la papa, pero, a través de la ingeniería genética, se puede
transferir genes de cualquier especie a cualquier otra especie.
3 . ¿Cómo influye un gen extraño en el resto del genoma?
No se sabe. Hay que recalcar que la ciencia genética está en su infancia y no
sabemos mucho de las consecuencias de la manipulación genética.
De hecho, no se trata de introducir un solo gen: con el estado actual de la
tecnología, en adición al gen asociado a la característica que se desea
introducir, se introduce otros genes promotores y marcadores. No se puede
controlar ni predecir cuántas de estas combinaciones de genes se insertarán, ni
donde se ubicarán en los cromosomas, ni si serán estables. Los genes interactúan.
Dependiendo de donde "caigan" los transgenes, podrían dar lugar al
silenciamiento de otros genes, en cuyo caso no se expresarían ciertas
características normales del organismo, o su expresión podría cambiar.
Los genes, que codifican proteínas, constituyen una parte pequeña de nuestro ADN,
aproximadamente el 4%. Hasta hace poco, la mayoría de los científicos, de manera
poco científica, descartaba como "ADN basura" el resto del ADN (96%) pero a la
luz de nuevos descubrimientos de segmentos compartidos por muchas especies, se
cree que cumplen funciones vitales. Queda por ver que impactos genes foráneos
pudiesen ejercer sobre esas funciones.
4 ¿Cuáles son los riesgos
reales de contaminación genética?
Cuando los cultivos transgénicos polinizan los cultivos no transgénicos, los
"contaminan genéticamente" y sus semillas devienen híbridas transgénicas. Es
generalmente aceptado que es imposible evitar la contaminación genética y, por
tanto, cultivos transgénicos y no-transgénicos no pueden co-existir. La
contaminación genética de cultivos es irreversible, imposible de controlar y
significa que las semillas de estos cultivos serán transgénicas y así se puede
perder, para siempre, la opción y el derecho a consumir alimentos libres de
transgénicos. En México, centro de origen y diversidad del maíz, muchas
variedades tradicionales de maíz ya están contaminadas con maíz transgénico Bt.
lo que constituye una pérdida irreversible de este patrimonio de la humanidad,
fuente única para el desarrollo de nuevas variedades. En un estudio piloto en
los EE.UU. sobre muestras de cultivos supuestamente no-transgénicos, se encontró
contaminación genética en 50% de las muestras de maíz y soya, y en 100% de las
muestras de colza.
La contaminación genética, con genes de tolerancia a herbicidas, de
parientes silvestres y cultivos puede dar lugar a súper-malezas difíciles de
eliminar. Se está modificando cultivos genéticamente para que produzcan
fármacos (anticonceptivos, vacunas, hormonas, etc.) y productos de interés
industrial (aceites, etc.) No se puede descartar el riesgo de que estos cultivos
contaminen genéticamente los cultivos destinados al consumo humano, o entren en
la cadena alimenticia por error o negligencia (como sucedió en el caso de maíz
Starlink) produciendo alimentos contaminados con fármacos u otras substancias de
uso industrial.
5 ¿Cambiarán las propiedades nutritivas de los alimentos?
Según las empresas promotores de los transgénicos, los cultivos transgénicos son
"sustancialmente equivalentes" a los cultivos no-transgénicos y afirman que su
composición en términos de carbohidratos, aceites y otras sustancias no difiere
significativamente entre los dos tipos de cultivos. Pero a la hora de patentar
estos cultivos, las empresas demuestran todo lo contrario: que son esencialmente
diferentes, requisito para obtener la patente, y de hecho es así. Todos los
cultivos transgénicos producen nuevas proteínas que nunca han sido parte de la
alimentación y que pueden causar alergias y otras enfermedades. Además, debido a
nuevas interacciones entre genes, (la respuesta a su pregunta #3) se podría
alterar la producción de nutrientes y anti-nutrientes en la planta al suprimir,
reducir o aumentar la actividad de los respectivos genes asociados.
También existen efectos específicos asociados a la característica introducida.
Hay que recordar que, en la producción comercial mundial de transgénicos,
predominan dos características: tolerancia a herbicida (77%) y resistencia a
plagas (15%) y 7% tienen ambas características. En el primer caso se aumenta el
uso de herbicida y lo aplica directamente al cultivo a consumir. En el segundo,
los transgénicos son, en sí, plaguicidas, ya que son manipulados genéticamente
para producir toxinas insecticidas en toda la planta que luego se consumen
aunque no se ha demostrado su inocuidad a largo plazo.
6. ¿Contamos con información suficiente para determinar los efectos de los
transgénicos sobre el organismo humano?
No, porque casi no se está financiando, investigación independiente sobre los
posibles efectos a largo plazo y reportes de riesgos no tienen adecuado
seguimiento. Por ejemplo, los virus, bacterias y su material genético
constituyen las herramientas de la ingeniería genética. Se ha demostrado que
secuencias de ADN a veces pasan intactas por el sistema digestivo y pueden ser
asimiladas por bacterias del intestino humano por lo que existe la posibilidad
de "transferencia horizontal" de los transgenes a estos virus y bacterias
creando microorganismos patógenos y nuevas enfermedades. Aunque se cree que esta
posibilidad sea remota, debe ser investigada. (Harry Gilbert et al, University
of Newcastle upon Tyne, 18 July 02 NewScientist.com news service)
No podemos desligar la salud del ambiente. Se ha descubierto impactos que
resaltan la necesidad de indagar más sobre los efectos ecosistémicos de lanzar
billones de organismos al ambiente. Por ejemplo, el polen del maíz transgénico (Bt)
es tóxico para ciertos insectos benéficos y los exudados de sus raíces son
tóxicos para algunos microorganismos del suelo. La presencia de toxinas Bt. en
los cultivos inhibe la descomposición de su materia orgánica que es un eslabón
del ciclo planetario del carbono. De esta manera, se pudiese desencadenar una
serie de efectos en cascada que afectan el equilibrio ecológico.
7¿Cúal es su opinión sobre esos posibles efectos y en qué basa sus argumentos?
Considero que es inaceptable que los reguladores tomen decisiones basándose en
los resultados de estudios a corto plazo diseñados y realizados por las mismas
corporaciones que solicitan autorización para producir y comercializar sus
productos transgénicos.
Es responsabilidad de los Estados exigir y financiar estudios independientes
para investigar los impactos sobre la salud y el ambiente a largo plazo. La
Asociación Médica Británica, el Consejo Nacional de Investigación de los Estados
Unidos y otras prestigiosas instituciones han señalado la necesidad de tales
estudios. Mientras tanto, la ética científica y la responsabilidad social nos
obliga a aplicar El Principio de Precaución y prohibir la liberación al ambiente
y uso de los transgénicos en la alimentación.
El Convenio sobre la Diversidad Biológica y El Protocolo de Cartagena, suscritos
por más de 150 países, reconocen los riesgos potenciales inherentes a los
organismos modificados genéticamente (transgénicos) para la biodiversidad y para
la salud así como sus impactos socio-económicos y, en la ausencia de datos
científicos, establecen que se aplique el enfoque de precaución.
8. Norman Borlaug, padre de la revolución verde de los 50 y 60 es partidario de
estos alimentos como una alternativa a las necesidades alimentarias del mundo y
a la sobreexplotación de la ecología. Sin los transgénicos, ¿podremos alimentar
al mundo en el futuro sin quemar las reservars naturales que nos quedan?
Con el respecto que se merece el Sr. Borlaug, no estoy de acuerdo porque su
argumento se basa en dos mitos:
1.La falsa premisa de que el problema del hambre se resolverá con producir más
alimentos.
Lo mismo se dijo para justificar la Revolución Verde, a través de lo cual la
productividad en la agricultura aumentó 4 veces pero con el uso de 17 veces mas
agroquímicos y fertilizantes. Sin embargo, el nivel de pobreza subió del 40% al
80% y sabemos que mal nutrición y hambre acompañan la pobreza. Entre 1940 y 1975
el contenido de nutrientes en los vegetales cayó en hasta 75% consecuencia de
este mismo modelo de producción agroquímica y de desarrollar variedades sólo en
función de las características exigidas por la agricultura industrial.
Actualmente, se produce más alimentos del necesario para alimentar a todo el
mundo pero, por ejemplo, 40% del maíz producido se destina a alimento para
animales, así que no es simplemente una cuestión de producir más alimentos. Las
mismas corporaciones que utilizan estos argumentos "humanitarios" en su
propaganda, también lo saben. En las palabras de Steve Smith, director de la
compañía de biotecnología NOVARTIS, (Tittleshall, Norfolk, Mazo 2000, reportado
en "The Guardian" UK 24 de agosto de 2000) "Si alguien le dice que la
manipulación genética va a alimentar al mundo, dígales que no lo hará. - Para
alimentar al mundo, re requiere de voluntad política y financiera - no se trata
de producción y distribución."
2. El supuesto erróneo que la agricultura transgénica aumentará la
productividad.
Estudios demuestran que los transgénicos no rinden más que los cultivos
naturales, pueden ser más contaminantes e introducen nuevos riesgos. (Altieri,
Miguel, Biotecnología Agrícola: Mitos, Riesgos y Alternativas, PED-CLADES,
Oakland, California, EE.UU. 2001.) La productividad no es "una característica"
de una planta asociada a un solo gen cuya inserción puede darle esta
característica. Por tanto, no es objeto de desarrollo por parte de las empresas,
ya que su política es concentrarse en rasgos que "son controlados por un solo
gen pues es lo que es económicamente factible ya que se pueden desarrollar en
menos tiempo" (Un director de Dupont en la reunión REDBIO, Caracas, Venezuela
dic. 2003)
Resolver el problema del hambre está sujeto a que la población no aumente más
allá de la capacidad de la producción sostenible para alimentarla y requiere que
se adopte un modelo de agricultura sostenible de bajos insumos externos. Gran
parte del problema es que el sistema agroalimentario está en manos de unas pocas
corporaciones transnacionales que controlan el suministro de alimentos desde la
semilla hasta el producto. Por ejemplo: Monsanto produce 91% de las semillas
transgénicas y su socio Cargill procesa y comercializa la mayor parte de la soya
y los granos a nivel mundial; Syngenta, líder mundial en agroquímicos, tercer
productor mundial de semillas después de Monsanto y Dupont, está asociada con
Archer Daniels Midland, otro líder mundial en procesar y comercializar productos
agrícolas. El interés y razón de ser de estas corporaciones no es precisamente
resolver problemas de hambre sino obtener ganancias fomentando el modelo
agroindustrial no-sostenible que es su fuente de lucro.
Se ha patentado tecnologías de restricción en la utilización de genes (TRUGS)
mediante las cuales la expresión de ciertos rasgos de la planta requiere de la
adición de ciertos activadores químicos vendidos por las empresas que produjeron
las semillas. "Terminator" es una TRUG que rinde las semillas de los cultivos
estériles y obliga al agricultor a comprar sus semillas de las corporaciones
para cada siembra. Si se llegara a utilizar estas tecnologías, significaría que
las corporaciones ejercerían un control total, virtualmente eterno, sobre la
agricultura con cultivos que, además, serian adictos a dichos activadores
químicos.
9. 52 países del mundo tiene regulaciones específicas sobre esta materia y en
algunos casos, como en la Unión Europea, las normas son bastantes estrictas (El
Grupo Verde del Parlamento europeo ni siquiera votó en contra del proyecto
aprobado en 2001). ¿Por qué dicen ustedes que no existe una regulación clara y
estricta actualmente en ningún país sobre los alimentos transgénicos?
En mi comunicación a BBC Mundo sobre comentarios del especialista en genética,
dije: "Se refiere a normas estrictas cuando, en la mayoría de los países, no
existen normas ni tampoco infraestructura para implementarlas en caso que las
tuviesen."
No se trata solamente de "regulaciones especificas." Argentina tiene
regulaciones especificas y está ahogada con soya transgénica que cumple con sus
regulaciones. Brasil había prohibido transgénicos pero resultó que la mayor
parte de la cosecha de soya 2003 estaba contaminada de soya transgénica. En
cambio, la Unión Europea disfruta de uno de los sistemas regulatorios más
exigentes del mundo aunque tiene sus defectos.
El objetivo de regular el uso de transgénicos debe ser prevenir riesgos pero se
requiere de un correspondiente sistema administrativo e infra-estructura para
garantizar su cumplimiento. La misma Unión Europea, con todos sus recursos
científicos, financieros, humanos y tecnológicos impuso una moratoria durante 5
años precisamente porque se consideró que no tenía regulaciones adecuadas, ni la
infraestructura necesaria para implementarlas.
Crear tal marco de bioseguridad constituye un enorme costo para los países sub-
desarrollados y significa desviar recursos de proyectos nacionales urgentes.
Dado las enormes inversiones requeridas, la falta de conocimiento sobre el tema
e intereses poderosos promoviendo los OMG, se corre el riesgo de que se crea
regulaciones débiles y permisivas. Pero el problema de la contaminación genética
no se resuelve con regulaciones y cuando no se pueda prevenir los riesgos
asociados a una actividad, el Principio de Precaución nos obliga a prohibirla.
10. En la cuestión del consumo de alimentos transgénicos, ¿no se trata a fin de
cuentas de una decisión personal de cada individuo que debe dejarse al margen de
discusiones científicas o políticas?
No creo.
En primer lugar, para poder tomar decisiones, tiene que existir opciones, pero
la contaminación genética amenaza con eliminar la opción de consumir alimentos
no- transgénicos.
En segundo lugar, porque estas decisiones no son personales: afectan a los demás
ya que la producción de alimentos transgénicos tiene impactos ambientales que
perjudican los derechos colectivos de las actuales y futuras generaciones. La
alimentación tiene un contexto ecológico, social, económico y político. Tenemos
la obligación de asegurar que la agricultura y la pesca sean sostenibles para
garantizar la alimentación de las generaciones futuras. La agricultura "transgénica"
no es sostenible. Es una receta para consolidar, aún más, el control de las
transnacionales sobre el sistema agroalimentario, socavando así la soberanía y
la seguridad alimentaria; es también una receta para agudizar la crisis
ambiental, aumentar la erosión genética de cultivos, introducir nuevos riesgos
para la salud y engendrar impactos ecosistémicos impredecibles, todo lo cual
perjudica la sociedad actual y futura. Consumir transgénicos es contribuir a tal
situación. Por tanto, su discusión es relevante e importante para que cada uno
adquiera conciencia de las consecuencias de sus decisiones.