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El transporte aéreo mundial genera más emisiones de gases de efecto invernadero que un país como Francia
Fundación Entorno
París, Europa Press/AFP.- El transporte aéreo mundial de pasajeros genera más
emisiones de gases de efecto invernadero que un país como Francia, por lo que el
esperado aumento del tráfico podría tener un impacto significativo en el cambio
climático, según el informe publicado por el Instituto Francés de Medio Ambiente
(IFEN).
Según esta investigación, en 2000 la aviación comercial fue responsable del 2,5
por ciento de las emisiones totales de dióxido de carbono derivadas de la
actividad humana, y sin embargo el Protocolo de Kioto sólo tiene en cuenta las
emisiones de los vuelos interiores.
Cuando se analizan las emisiones por persona, se descubre que cada pasajero es
'responsable' de unos 140 gramos de CO2 por kilómetro, 40 gramos más que los
provocados por un viaje en coche (tomando como referencia la ocupación media de
1,8 pasajeros por vehículo en Francia).
Si se añaden a la ecuación las emisiones derivadas de la fabricación de los
vehículos y del transporte del carburante, que agravan el peso contaminante de
los coches particulares, el pasajero de aerolínea sigue emitiendo un 16 por
ciento más que el de coche. Y esta distancia se acentúa cuanto más corta es la
distancia recorrida.
El Instituto explica que, con un vuelo charter completo, sin clase preferente,
'tal vez es peor para las piernas pero es más beneficioso para el clima'.
Incluso un solo vuelo ida y vuelta París-Nueva York puede suponer a un cuarto de
las emisiones anuales ligadas al consumo de un francés medio durante todo un
año.
Esta situación podría agravarse durante los próximos años debido a las ofertas
de las aerolíneas de bajo coste, la incorporación al turismo de consumidores de
países de economía emergente como China o India, y a las cada vez más largas
distancias recorridas por los viajeros.
Así, el IFEN estima que un crecimiento del 5% anual del transporte aéreo
multiplicaría por 2,4 las emisiones de CO2 en los próximos treinta años. Estos
expertos consideran que sólo dos obstáculos podrían frenar esta progresión: el
aumento del precio del petróleo y la imposición de una 'tasa clima' para los
viajes en avión.
El estudio del instituto francés indica que el transporte aéreo, debido a las
emisiones de vapor de agua, afecta directamente a las temperaturas, tal y como
se pudo comprobar en los tres días de 'cielos cerrados' posteriores a los
atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
En aquellos días, la diferencia de temperaturas entre el día y la noche se
acentuó entre uno y dos grados en todo el país. Además, cada kilo de queroseno
consumido libera 3,15 kilos de CO2, a los que se añaden las emisiones de óxido
de nitrógeno a la troposfera derivadas del transporte a altura de crucero.