Nuestro Planeta
|
Los árboles transgénicos deben ser excluidos del Protocolo de Kioto
Amigos de la Tierra Internacional
Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales
En la reunión de diciembre 2003, la Conferencia de las Partes de la
Convención de Cambio Climático de Naciones Unidas, explícitamente permitió la
inclusión de árboles genéticamente modificados para que actúen como "sumideros
de carbono" dentro del marco del Mecanismo de Desarrollo Limpio del Protocolo de
Kioto.
Esta grave decisión fue tomada a último momento, sin prácticamente ninguna
discusión ni participación por parte de los grupos y gobiernos involucrados.
Este resultado peligroso e inesperado significa en los hechos que ahora la
Convención no solamente apoya la expansión de monocultivos de árboles a gran
escala (supuestamente para que actúen como "sumideros de carbono" sin tener en
cuenta sus negativos impactos sociales y ambientales), sino que también permite
que dichas plantaciones estén compuestas por árboles genéticamente modificados,
por ende multiplicando los impactos y agregando nuevos riesgos e incertidumbres.
Los peligros planteados por los árboles transgénicos son aun más serios que los
de los cultivos agrícolas. Los árboles viven más que los cultivos agrícolas, lo
que significa que pueden ocurrir cambios en su metabolismo muchos años después
de haber sido plantados. Al mismo tiempo, los árboles son diferentes a los
cultivos, dado que en gran medida no han sido domesticados y el conocimiento
científico sobre los ecosistemas de bosques en muy escaso. Esto implica que
tanto los riesgos ecológicos como otros potenciales riesgos asociados a los
árboles transgénicos son mayores aun que en el caso de los cultivos.
A pesar de las incertidumbres y los riesgos potenciales, los científicos
forestales están activamente jugando con genes para "mejorar" los árboles con el
objetivo de servir mejor a los intereses de quienes financian sus
investigaciones, quienes apuntan a aumentar las ganancias de sus negocios. Ellos
manipulan genes para hacer que los árboles sean resistentes a herbicidas,
insectos, salinidad, bajas temperaturas; árboles con menor cantidad de lignina o
con menos celulosa; árboles que crecen aun más rápido.
Desde una perspectiva biológica, ninguno de esos cambios puede ser considerado
una mejora.¿Un árbol con menor cantidad de lignina es mejor o peor que un árbol
normal? Es claramente peor, dado que la pérdida de coherencia estructural lo
hace más susceptible al viento durante las tormentas. ¿Hacer que un árbol sea
resistente a herbicidas puede considerarse una "mejora"? No lo es, ya que
posibilita la aplicación intensiva de herbicidas, afectando así al suelo en el
cual se asienta, y al mismo tiempo destruye la flora local e impacta sobre la
vida silvestre. ¿Puede un árbol, sin flores, sin frutos y sin semillas servir de
algo a los seres vivientes? No provee alimento a las miles de especies de
insectos, pájaros y otros que dependen de ellos para alimentarse. ¿Un árbol que
contiene propiedades insecticidas puede ser considerado una mejora? Un árbol tal
constituye un grave peligro para muchos insectos, que son a su vez parte de
otras largas cadenas alimenticias.
El hecho es que los árboles genéticamente modificados constituyen un paso
adelante . en la dirección equivocada.
Desde una perspectiva empresarial orientada a la obtención de ganancias, los
bosques han sido siempre percibidos como "desordenados" y de "baja
productividad". En consecuencia, desde hace muchos años se asignó a los
científicos forestales la tarea de "mejorarlos".
Varios pasos se han dado desde entonces para "mejorar" los bosques. El primero
fue investigar árboles apropiados para diferentes ambientes y seleccionar
aquellos que tuvieren mejores cualidades para el propósito central: la
producción de madera. Rápido crecimiento, troncos derechos, pocas ramas y madera
adecuada para la industria fueron algunas de las cualidades elegidas. El segundo
paso implicó la mecanización y el uso de herbicidas, fertilizantes químicos y
plaguicidas. El paso siguiente fue la selección genética para "mejorar" el
desarrollo de la plantación en términos de rendimiento de madera, que fue
seguido de inmediato por la clonación de los "mejores" árboles.
Todos esos "mejoramientos" fueron incorporados a los monocultivos en gran escala
de árboles alineados en fila y con igual espaciamiento, de forma de obtener la
mayor cantidad de madera posible por hectárea. La diversidad de los bosques fue
entonces reemplazada por monocultivos de árboles madereros.
El resultado es este modelo de monocultivos de árboles a gran escala, que es
precisamente el que está siendo crecientemente rechazado por las comunidades
locales y las organizaciones en todo el mundo debido a sus graves impactos
sociales y ambientales.
A pesar de eso, dentro del modelo forestal vigente, el siguiente paso obvio era
modificar genéticamente los árboles, cerrando los ojos al hecho de que las
plantaciones de árboles transgénicos sólo agravarían esos impactos. El agua se
agotaría más rápidamente por el crecimiento acelerado de los árboles; la
destrucción de la biodiversidad sería aún mayor en desiertos biológicos
conteniendo árboles modificados genéticamente para que sean resistentes a
insectos, sin flores, sin frutos y sin semillas; aumentaría la tasa de
destrucción del suelo por la mayor extracción de biomasa, por la mecanización
intensiva y por el incremento en el uso de agroquímicos; un mayor número de
comunidades se verían desprovistas de sus medios de subsistencia y serían
desplazadas para dar lugar a más "desiertos verdes".
Pese a ello, los científicos forestales continúan promoviéndolos, no solamente
en el laboratorio y a nivel de ensayos controlados, sino también en el campo,
como en el caso de China, donde ya se han plantado más de un millón de álamos
transgénicos resistentes a insectos y sin control alguno.
La modificación genética de árboles constituye una seria amenaza a la
biodiversidad de los bosques. Viola claramente la Convención de Biodiversidad,
la cual obliga a los gobiernos a tener un enfoque precautorio hacia los
organismos genéticamente modificados que pueden causar serios perjuicios a la
biodiversidad.
Los ärboles transgénicos violan además el espíritu del Foro de Bosques de
Naciones Unidas (UNFF), que fue creado con el objetivo de proteger los bosques
del mundo. Es claro que los árboles transgénicos ponen en grave peligro a los
ecosistemas boscosos y que el UNFF debiera prohibir su liberación en el
ambiente.
Es por eso que hacemos un llamado a los gobiernos, especialmente a las Partes de
la Convención Marco de Cambio Climático y su Protocolo de Kioto, para que se
prohíba la liberación de árboles transgénicos.