Medio Oriente - Asia - Africa
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Israel y los neoconservadores de Bush
Stephen Green
Desde el 11-S, un pequeño grupo de "neoconservadores" en la administración
[de EE.UU.] ha destripado efectivamente – ellos dirían reformado – las políticas
exterior y de seguridad estadounidenses tradicionales. Las características
notables de la nueva doctrina Bush incluyen el uso preventivo de la fuerza
unilateral, y el debilitamiento de Naciones Unidas y de los principales
instrumentos e instituciones del derecho internacional... todo en pro de la
lucha contra el terrorismo y por la promoción de la seguridad interior.
Algunos escépticos, al notar las pasadas asociaciones académicas y profesionales
de los neoconservadores, sus escritos y sus declaraciones públicas, han sugerido
que su agenda subyacente es el alineamiento de las políticas exterior y de
seguridad de EE.UU. con las de Ariel Sharon y la derecha israelí. La nueva línea
dura de la administración respecto al conflicto israelí-palestino lo sugiere
ciertamente, como tal vez lo hace la destrucción – con soldados y fondos de
EE.UU. – de la capacidad militar de Irak, y la actual campaña beligerante de los
neoconservadores contra los otros dos países que quedan como contrapeso a la
hegemonía militar israelí en la región: Irán y Siria.
¿Han seguido dobles agendas los neoconservadores, muchos de ellos altos
oficiales en el Departamento de Defensa, en el Consejo Nacional de Seguridad y
en la oficina del vicepresidente, mientras presumen de trabajar por la seguridad
interna de Estados Unidos contra sus enemigos terroristas?
Una mirada a los antecedentes en la seguridad interna de algunos de los mejor
conocidos de ellos sugiere la respuesta.
El doctor Stephen Bryen y sus colegas
En abril de 1979, el asistente suplente del Ministro de Justicia (Deputy
Assistant Attorney General), Robert Keuch, recomendó por escrito que Bryen,
entonces funcionario del Comité de Relaciones Exteriores del Comité de
Relaciones Exteriores del Senado, pasara ante un jurado de acusación para
establecer la base para un proceso por espionaje. John Davitt, en aquel entonces
Jefe de la División de Seguridad Interna del Departamento de Justicia, estuvo de
acuerdo.
La evidencia era considerable. Se había oído a Bryen en la cafetería del Hotel
Madison, ofreciendo documentos confidenciales a un funcionario de la Embajada de
Israel en presencia del director de AIPAC, el Comité de Asuntos Públicos EE.UU.-Israel.
Más tarde se determinó que el funcionario de la Embajada era Zvi Rafiah, jefe de
estación del Mossad en Washington. Bryen se negó a ser sometido al detector de
mentiras por el FBI sobre el propósito y los detalles de la reunión, mientras
que la persona que lo presenció aceptó pasar por el polígrafo y aprobó la
prueba.
El FBI también poseía el testimonio de una segunda persona, una funcionaria del
Comité de Relaciones Exteriores, de que ella había visto a Bryen en su oficina
del Senado con Rafiah, discutiendo documentos confidenciales esparcidos sobre
una mesa delante de una caja de fondos abierta en la que supuestamente debían
estar protegidos. Poco después de la aparición de este segundo testigo, las
huellas digitales de Bryen fueron encontradas en documentos clasificados sobre
los que había declarado por escrito al FBI que jamás habían estado en su
posesión... los que supuestamente había ofrecido a Rafiah.
A pesar de todo, después de la negativa del Comité de Relaciones Exteriores del
Senado de dar acceso a funcionarios del Departamento de Justicia a archivos que
eran cruciales para la investigación, la recomendación de Keuch respecto al
jurado de acusación, y finalmente la investigación misma, fueron cancelados.
Esta decisión, tomada por Philip Heymann, Jefe de la División Criminal del
Departamento de Justicia, constituyó una amarga desilusión para Davitt y para
Joel Lisker, el investigador jefe del caso, según informaron a este autor. Un
factor que complicó las cosas fue que Heymann fue antiguo compañero de escuela y
colega en la oficina de la Corte Suprema del abogado de Bryen, Nathan Lewin.
A Bryen se le pidió que renunciara a su puesto en el Comité de Relaciones
Exteriores poco antes de la conclusión de la investigación, a fines de 1979.
Durante el año y medio siguiente, actuó como Director Ejecutivo del Instituto
Judío de Asuntos de Seguridad Nacional (JINSA), y suministró servicios de
consultoría a AIPAC.
En abril de 1981, el FBI recibió una solicitud del Departamento de Defensa para
una autorización de seguridad de ‘Top Secret’ para el doctor Bryen. ¡Richard
Perle, que acababa de ser nombrado Secretario de Defensa Adjunto para Política
de Seguridad Internacional, proponía a Bryen como su asistente suplente del
Secretario! Dentro de seis meses, bajo considerable presión de Perle, Bryen
obtuvo autorizaciones como ‘SCI-Top Secret’ (información confidencial
compartimentada) y Top Secret.- "OTAN/COSMIC".
Lealtad, patriotismo y carácter
La investigación de Bryen se convirtió en realidad en el tema más
controvertido en las audiencias de confirmación del propio Perle en julio de
1981. Bajo un agresivo interrogatorio del senador Jeremiah Denton, Perle se
mantuvo firme. "Considero al doctor Bryen como un individuo de impecable
integridad... Tengo la mayor confianza en [su] lealtad, patriotismo y carácter".
Varios años más tarde, a principios de 1988, Israel entró en las etapas finales
de desarrollo de un prototipo de su misil antibalístico terrestre "Arrow". Un
elemento que faltaba en el programa eran los "klystrons", pequeños
amplificadores de microonda que son componentes críticos en el sistema de
adquisición de alta frecuencia, basado en radar, que fija los misiles entrantes.
En 1988, los klystrons se encontraban entre los desarrollos más avanzados de la
investigación de armas estadounidense, y su exportación estaba, por cierto,
estrictamente prohibida.
La oficina del Departamento de Defensa involucrada en el control de las
exportaciones de tecnología de defensa era la Administración de Seguridad de
Tecnología de la Defensa (DTSA) dentro de la oficina ISP de Richard Perle. El
director (y fundador) de la DTSA era el adjunto de Perle, el doctor Stephen
Bryen. En mayo de 1988, Bryen envió un formulario común a Richard Levine,
oficial de transferencia tecnológica de la Armada, informándole de la intención
de aprobar una licencia para Varian Associates, Inc. de Beverly, Massachusetts
para exportar a Israel cuatro klystrons. Esto fue hecho sin las consultas
usuales con los funcionarios de transferencia de tecnología del Ejército y de la
Fuerza Aérea, o de ISA (Asuntos Internacionales de Seguridad) o de DSAA (Agencia
de Asistencia a la Seguridad de la Defensa.)
La respuesta de Levine fue "no". Se opuso a que se otorgara la licencia y
solicitó una reunión sobre el asunto con las oficinas apropiadas (antes
mencionadas). En la reunión, todos los funcionarios presentes se opusieron a la
licencia. Bryen respondió con la sugerencia de que volvería a preguntar a los
israelíes por qué necesitaban esos componentes en particular para su defensa.
Más adelante, después de que el gobierno israelí presentó lo que un empleado del
Departamento de Defensa describió como "una respuestita de mierda", Bryen
simplemente notificó a los asistentes a la reunión de que se había recibido una
respuesta aceptable, se otorgó la licencia, y se entregaron los klystrons.
Sin embargo, ya habían despertado a los perros durmientes. El Secretario de
Defensa Adjunto para ISA de aquel entonces (y ahora Secretario Adjunto de
Estado) Richard Armitage, envió al doctor Bryen una carta señalando que el
Departamento de Estado (que aprueba las licencias de exportación) debía ser
informado de la reacción "uniformemente negativa" del Departamento de Defensa
sobre la exportación de klystrons a Israel. Bryen hizo lo que se le decía y la
licencia fue retirada.
En julio, Varian Associates se convirtió en la primera corporación de EE.UU.
formalmente excluida de contratos con el Departamento de Defensa. Dos colegas
superiores en el Departamento de Defensa, que desean mantener el anonimato, han
confirmado que este intento de Bryen de obtener klystrons para sus amigos no fue
poco usual, y constituía en realidad "procedimiento operativo corriente" en
cuanto a su persona, recordando numerosas instancias en las que compañías de
EE.UU. no obtuvieron licencias para exportar tecnología problemática, sólo para
que después se supiera que compañías israelíes exportaron subsiguientemente
armas y tecnologías similares (derivadas de las estadounidenses) a los clientes
/ gobiernos respectivos.
A fines de 1988, Bryen renunció a su puesto en el Departamento de Defensa, y
trabajó durante un periodo en el sector privado con una serie de firmas de
consultoría en la tecnología de la defensa.
Bryen y la Comisión China
En 1997, Defense Week informó (27 de mayo de 1997) que... "la oficina
de Inteligencia Naval de EE.UU. reafirmó que tecnología de EE.UU., derivada del
proyecto anulado del caza [israelí] Lavi, está siendo utilizada en el nuevo caza
chino F-10". El año siguiente. Jane's Intelligence Review informó (1 de
noviembre de 1998) sobre la transferencia por Israel a China del sistema
aerotransportado Phalcon de alerta avanzada y control, del misil Python de
combate aéreo y del caza F-10, conteniendo "electrónica al último nivel
tecnológico de EE.UU.".
La preocupación por la continua transferencia de tecnología avanzada de armas de
EE.UU. al floreciente programa militar chino condujo, en los últimos meses de la
administración Clinton, a la creación de un organismo consultivo del Congreso
llamado Comisión de Revisión de Economía y Seguridad EE.UU.-China. La carta de
la "Comisión China", como es conocida comúnmente, indica que su propósito es..."
controlar, investigar, e informar al Congreso sobre las repercusiones para la
seguridad nacional de la relación comercial y económica bilateral entre Estados
Unidos y la República Popular China". La carta también refleja el conocimiento
de las filtraciones de tecnología "por la puerta trasera": "La Comisión también
considerará, en la medida de lo posible, los modelos de comercio y de
transferencia a través de países terceros".
Era casi predecible que en la nueva administración Bush, el doctor Stephen Bryen
llegaría a formar parte de la Comisión China. En abril de 2001, con el apoyo del
Secretario Adjunto de Defensa Paul Wolfowitz y del senador Richard Shelby
(republicano de Alabama) Bryen fue nombrado miembro de la Comisión por Dennis
Hastert, presidente de la Cámara. En agosto pasado su nombramiento fue
prolongado hasta diciembre de 2005.
Al ser informado de que Bryen había sido nombrado a la Comisión, la reacción de
un antiguo alto funcionario de contrainteligencia del FBI fue: "¡Dios mío, eso
quiere decir que tiene una autorización ‘Q’! (Una autorización ‘Q’, que debe ser
aprobada por el Departamento de Energía, es la nomenclatura para una
autorización de código de Top Secret para tener acceso a la tecnología nuclear.)
Michael Ledeen, Consultor del caos
Si Stephen Bryen es el guru de la tecnología militar en el panteón
neoconservador, Michael Ledeen es actualmente su principal teórico, historiador,
erudito y escritor. Señala, en el sitio en la red de su consultora, Benador
Associates, que es "... una de las autoridades principales del mundo en
inteligencia, historia contemporánea y asuntos internacionales" y que... "Como
dice Ted Koppel: ‘Michael Ledeen es un hombre del Renacimiento... en la
tradición de Maquiavelo’". Tal vez lo que sigue agregue un poco de color y
consistencia a la descripción:
En 1983, por recomendación de Richard Perle, Ledeen fue contratado por el
Departamento de Defensa como consultor sobre terrorismo. Su supervisor inmediato
fue el Secretario Adjunto Principal para Asuntos de Seguridad Internacional,
Noel Koch. Desde temprano en su trabajo conjunto, Koch notó, preocupado, el
hábito de Ledeen de detenerse en su oficina externa (la de Koch) para leer
materiales confidenciales. Cuando los dos hicieron un viaje a Italia, Koch fue
informado por la estación local de la CIA que cuando Ledeen había vivido
anteriormente en Roma, como corresponsal de The New Republic, había sido
controlado en los archivos de la Agencia como agente de influencia de un
gobierno extranjero: Israel.
Poco tiempo después de su retorno del viaje, Ledeen solicitó a su jefe ayuda
para obtener dos informes altamente confidenciales de la CIA que dijo estaban en
poder del FBI. Había escrito a mano en un trozo de papel los "designadores
alfanuméricos" para identificarlos. Esos identificadores eran tan estrictamente
confidenciales como los propios informes... lo que provocó en la mente de Koch
la pregunta de quién se los había dado a Ledeen si no tenía las autorizaciones
necesarias para obtenerlas él mismo. Koch inmediatamente informó a su asistente
ejecutivo que Ledeen no debía tener más acceso a materiales confidenciales en la
oficina, y Ledeen simplemente dejó de ir al "trabajo".
A principios de 1986, sin embargo, Koch oyó que Koch había entrado al NSC como
consultor, y suficientemente preocupado por las implicaciones de seguridad
interna de la conducta de su antiguo asistente, organizó una entrevista con dos
agentes del FBI sobre el tema. Después de dos horas de información, se le dijo a
Koch que el FBI estaba solamente interesado en la penetración de la inteligencia
militar soviética. Las ulteriores entrevistas prometidas por los agentes nunca
tuvieron lugar.
Koch pensó que era extraño, ya que pasaba sólo meses después del arresto del
analista de inteligencia naval Jonathan Pollard acusado de espionaje para
Israel. Frustrado, Koch escribió en detalle toda la historia de la consultoría
de Ledeen en el Departamento de Defensa, y la envió a la oficina del senador
Charles Grassley, que en aquel entonces era miembro del Comité Selecto del
Senado sobre Inteligencia, responsable del control, entre otros, del FBI.
Un antiguo alto funcionario de contrainteligencia del FBI se sorprendió y se
mostró escéptico al ser informado sobre los fallidos intentos de Koch de
interesar al FBI por una investigación de Ledeen, señalando que a principios de
1986, el Departamento de Justicia ya estaba efectivamente involucrado en varias
investigaciones en curso, concurrentes, sobre espionaje israelí y robo de
tecnología militar estadounidense.
Maquiavelo en Tel Aviv
Los tardíos intentos de Koch por atraer la atención oficial hacia su antiguo
asistente, ocurrieron demasiado tarde, en todo caso, porque unas pocas semanas
después de abandonar su consultoría en el Departamento de Defensa, a fines de
1984, Ledeen había encontrado un ventajoso empleo (confidencial) en el Consejo
Nacional de Seguridad (NSC). En realidad, según una cronología, ahora
desclasificada, preparada para la investigación de Irán-Contra por el Senado y
la Cámara, Ledeen ya estaba sugiriendo dentro del año calendario 1984 a Oliver
North, su nuevo jefe en el NSC... "contactos israelíes podrían ser útiles para
obtener la liberación de los rehenes de EE.UU. en Líbano". Tal vez
significativamente, es la primera anotación en la "Cronología de Eventos:
Diálogo EE.UU.-Irán", de fecha 18 de noviembre de 1986, preparada para las
Audiencias Conjuntas de la Cámara y el Senado para las Investigaciones
Irán-Contra.
Lo que llama tanto la atención en los documentos relacionados con Ledeen que
forman parte de la Colección Irán-Contra del Archivo Nacional de Seguridad, es
la perfección con la que las opiniones de los colegas de Ledeen en el NSC
reflejaban, y validaban, las preocupaciones de seguridad interna de Noel Koch
sobre su consultor.
--el 9 de abril de 1985, el analista de Medio Oriente del NSC, Donald Fortier,
escribió al Consejero Nacional de Seguridad Robert McFarlane que los
funcionarios del NSC estaban de acuerdo en que el papel de Ledeen en el asunto
debían limitarse a llevar mensajes al primer ministro israelí Shimon Peres sobre
los planes de cooperar con Israel respecto a la crisis dentro de Irán, y
específicamente que no debía confiarse en él para que pidiera a Peres
información operacional detallada.
--el 6 de junio de 1985, el Secretario de Estado George Shultz escribió a
McFarlane que: "el historial de Israel de tratos con Irán desde la caída del
shah y durante la crisis de los rehenes [muestra] que la agenda de Israel no es
la misma que la nuestra. Consecuentemente, dudo si una relación de inteligencia
como la que propone Ledeen sea algo en lo que podemos basarnos por completo y
que podría desviar seriamente nuestra propia percepción y análisis de la escena
iraní".
-- el 20 de agosto de 1985, la Oficina del Subsecretario de Defensa informó a
Ledeen por memorando que su autorización de seguridad había rebajada de Top
Secret-SCI a Secret.
-- el 16 de enero de 1986, Oliver North recomendó a John Poindexter que "por
[la] seguridad de la iniciativa Irán" se le pidiera a Ledeen que pasara por
periódicos exámenes en el detector de mentiras.
-- más adelante, el 24 de enero, North escribió a Poindexter sobre su sospecha
de que Ledeen, junto con Adolph Schwimmer y Manucher Ghorbanifar, podrían estar
ganando dinero personalmente con la venta de armas a Irán, a través de Israel.
Durante las audiencias conjuntas de la investigación de Irán-Contra de los
comités selectos de la Cámara y del Senado de 23-25 de junio de 1987, Noel Koch
atestiguó que comenzó a sospechar cuando se enteró de que el precio que Ledeen
había negociado para la venta al gobierno israelí de misiles TOW básicos fue de
2.500 dólares cada uno.
Después de consultar con sus colegas del Departamento de Defensa, se enteró de
que el precio más bajo que EE.UU. había recibido alguna vez por la venta de
misiles TOW a un gobierno extranjero había sido en una venta anterior a Israel a
6.800 dólares por pieza. Koch, que manifestó que para comenzar él y sus colegas
en el Departamento de Defensa no estaban a favor de la venta, decidió que él –
Koch – debía renegociar el precio de 2.500 dólares para que pudiera ser
defendido por el "sistema de administración de la defensa". En una reunión
clandestina durante un día domingo en la sala de primera clase de la sección de
TWA en el Aeropuerto Nacional, Koch se reunió a tomar una taza de café con un
funcionario de la misión de adquisición israelí en Nueva York, y acordó un
precio de 4.500 dólares por misil, casi el doble de lo que Ledeen había
"negociado" en Israel.
En este caso existen dos posibilidades – una sería un soborno, como lo
sospechaban sus colegas del NSC, y la otra sería que Michael Ledeen estaba
efectivamente negociando para Israel, no para EE.UU.
Como su amigo Stephen Bryen (sirvieron mucho tiempo juntos en el Consejo de
Asesores de JINSA) Ledeen ha estado fuera del servicio para el gobierno desde
fines de los años 80... hasta la actual administración Bush. Él, como Bryen, es
actualmente miembro en servicio en la Comisión China y, con el apoyo del
Subsecretario de Política del Departamento de Defensa, Douglas Feith, ha estado
empleado desde 2001 como consultor para la Oficina de Planes Especiales (OSP).
Las dos actividades incluyen el manejo de materiales confidenciales y requieren
autorizaciones de seguridad de alto nivel.
Los cabecillas - Perle, Wolfowitz y Feith
Uno podría preguntarse cómo, con historiales de seguridad como estos, los
señores Bryen y Ledeen se las han arreglado para tener segundas y terceras
oportunidades para volver al gobierno en puestos estrictamente confidenciales.
La explicación es que ellos, junto con otros neoconservadores de ideas afines,
tienen amigos en puestos muy elevados en la actual administración Bush. En
particular, Bryen y Ledeen han sido repetidamente izados a puestos de defensa y
seguridad por el actual miembro del Consejo de Política de Defensa y antiguo
presidente del organismo, Richard Perle, por el Secretario Adjunto de Defensa
Paul Wolfowitz, y el Subsecretario de Política del Departamento de Defensa,
Douglas Feith.
Como mencionara anteriormente, Perle, en 1981, como Secretario Adjunto de
Política de Seguridad Internacional (ISP) contrató a Bryen como su asistente.
Ese mismo año, Wolfowitz, como jefe del equipo de Planificación Política del
Departamento de Estado contrató a Ledeen como consejero especial. En 2001,
Douglas Feith, como Subsecretario de Política del Departamento de Defensa
contrató, o aprobó la contratación de Ledeen como consultor para la Oficina de
Planes Especiales.
Los cabecillas también se han ayudado mutuamente a través de los años.
Frecuentemente. En 1973, Richard Perle usó su influencia (y la del senador Henry
"Scoop" Jackson) como alto miembro del Comité de Servicios Armados del Senado
para ayudar a que Wolfowitz obtuviera un puesto en la Agencia de Control de
Armas y Desarme. En 1982, Perle contrató a Feith en ISP como su Consejero
Especial, y luego como asistente del Secretario Adjunto para Política de
Negociaciones. En 2001, el Secretario Adjunto del Departamento de Defensa,
Wolfowitz, ayudó a Feith a obtener su nombramiento como Subsecretario de
Política. Feith luego nombró a Perle como Presidente del Consejo de Política de
la Defensa. En algunos casos, esta ayuda mutua, conlleva riesgos, como por
ejemplo cuando la contratación por Perle de Bryen como su suplente en ISP se
convirtió en un tema extremadamente controvertido en las audiencias de
nombramiento en el Senado del propio Perle como Secretario Adjunto.
Todos los nombramientos o contrataciones antes mencionados involucraban trabajo
confidencial para el que se requerían autorizaciones de seguridad de alto nivel
y las investigaciones de antecedentes por el FBI asociadas con ellas. Cuando el
nivel de la autorización no está por sobre el Top Secret genérico, sin embargo,
los resultados de esos controles de antecedentes son vistos sólo por la
autoridad contratante. Y en este caso, si los nombrados eran Bryen o Ledeen y
las autoridades de contratación eran Perle, Wolfowitz o Feith, los nombrados no
necesitaban preocuparse por los resultados de las investigaciones. En el caso de
la contratación en 1981 de Bryen como su suplente por Perle, por ejemplo,
documentos publicados en 1983 bajo la Ley de Libertad de la Información indican
que el Departamento dio autorizaciones extraordinariamente elevadas a Bryen sin
haber recibido más que una pequeña parte del archivo de investigación del FBI de
1978-1979.
RICHARD PERLE: LA FILTRACIÓN COMO HÁBITO
Perle llegó a Washington por primera vez a principios de 1969 – tenía 28
años – a trabajar para un gabinete estratégico neoconservador llamado "Comité
para mantener una política prudente de defensa". Dentro de meses, el senador
Henry "Scoop" Jackson ofreció a Perle un puesto en su equipo, trabajando con el
Comité de Relaciones Exteriores del Senado.
Y pocos meses después – en menos de un año – Perle estuvo implicado en su
primera investigación de seguridad. Una escucha telefónica autorizada del FBI
para la embajada israelí en Washington, registró a Perle discutiendo con un
funcionario de la embajada información confidencial que dijo que había sido
suministrada por un funcionario del Consejo Nacional de Seguridad. Una
investigación del NSC y del FBI para identificar al funcionario se concentró
rápidamente en Helmut Sonnenfeldt. Este último había sido previamente
investigado en 1967 cuando era funcionario del Buró de Inteligencia e
Investigación del Departamento de Estado, por sospechas de haber transmitido a
un funcionario del gobierno israelí documentos confidenciales sobre el comienzo
de la guerra de 1967 en Medio Oriente.
El segundo entrevero de Perle con la ley ocurrió en 1978. Fue el destinatario de
un informe confidencial de la CIA sobre presuntas violaciones soviéticas de
tratados en el pasado. El filtrador (y autor) del informe era el analista de la
CIA David Sullivan. El director de la CIA, Stansfield Turner, se enfureció por
la revelación no-autorizada, pero este último renunció antes de que pudiera
despedirlo. Turner urgió al senador Jackson para que despidiera a Perle, pero lo
sacaron de apuros con una simple reprimenda. Jackson, para coronarla, contrató
inmediatamente a Sullivan para que trabajara en su equipo. Sullivan y Perle se
hicieron grandes amigos y co-conspiradores, y juntos establecieron una red
derechista informal, que llamaron "el Grupo Madison", por su sitio usual de
reuniones – ya lo adivinaron – la cafetería del Hotel Madison.
En 1981, poco antes de ser nombrado Secretario Adjunto de Defensa para Política
de Seguridad Internacional (ISP) – con responsabilidad, entre otras cosas, por
el control de las exportaciones tecnológicas de defensa de EE.UU., Richard Perle
cobró honorarios considerables de un fabricante de armas, Tamares, Ltd. de
Israel. Poco después de asumir ese puesto, Perle escribió una carta al
Secretario del Ejército instando a que se evaluaran y compraran proyectiles de
155 mm fabricados por Soltam, Ltd. Después de abandonar el puesto en ISP en
1987, trabajó para Soltam.
PAUL WOLFOWITZ: UN AMIGO BIEN COLOCADO
En 1973, en los últimos días de la administración Nixon, Wolfowitz fue
reclutado para trabajar para la Agencia de Control de Armamentos y Desarme (ACDA).
El nombramiento fue algo irónico, ya que a fines de los años 60, cuando era
estudiante graduado en la Universidad de Chicago, Wolfowitz había sido
estudiante y protegido de Albert Wohlstetter, un influyente y vehemente opositor
de cualquier forma de control de armas o desarme, frente a los soviéticos.
Wolfowitz también llevo a la ACDA un fuerte apego a la seguridad de Israel, y
una cierta confusión sobre su obligación hacia la seguridad nacional de EE.UU.
En 1978, fue investigado por proporcionar un documento confidencial sobre la
propuesta venta de armas de EE.UU. a un gobierno árabe, a un funcionario del
gobierno israelí, a través de un intermediario de AIPAC. Se inició una
investigación y fue abandonada, a pesar de todo, y Wolfowitz continuó trabajando
en ACDA hasta 1980.
En 1990, después de una década de trabajo con el Departamento de Estado en
Washington y en el extranjero, Wolfowitz fue llevado al Departamento de Defensa
como Subsecretario para Política por el Secretario de Defensa de entonces,
Richard Cheney. Dos años más tarde, en 1992, la primera administración Bush
lanzó una amplia investigación interdepartamental sobre la exportación de
tecnología confidencial a China. Preocupaba especialmente en la época la
transferencia a China por Israel de misiles Patriot de EE.UU. y / o de
tecnología. Durante esa investigación, una situación muy reminiscente del
affaire Bryen/Varian Associates/klystrons de dos años antes, el Pentágono
descubrió que la oficina de Wolfowitz impulsaba la exportación a Israel de
misiles avanzados aire-aire AIM-9M.
En este caso, el Estado Mayor Conjunto, consciente de que Israel ya había sido
sorprendido vendiendo la anterior versión AIM 9-L versión del misil a China,
violando un acuerdo escrito con EE.UU. sobre reventa de armas, intervino para
anular el propuesto negocio AIM 9-M. El presidente del Estado Mayor Conjunto de
la época era el general Colin Powell, actual Secretario de Estado.
Wolfowitz continuó actuando como Subsecretario para Política del Departamento de
Defensa hasta 1993, hasta bien entrada la administración Clinton. Después, sin
embargo, como la mayoría de los otros neoconservadores más destacados se vio
relegado a tratar de ayudar a Israel desde afuera durante el resto de los dos
períodos de Clinton. En 1998, Wolfowitz fue uno de los que firmaron una carta
abierta al Presidente, organizada por el "Proyecto por un Nuevo Siglo
Estadounidense". La carta, que citaba la continua posesión de "armas de
destrucción masiva" por Sadam Husein, llamaba a la acción militar para lograr un
cambio de régimen y la desmilitarización de Irak. A Clinton no lo convenció,
pero pronto llegaría un individuo más crédulo.
Y, por cierto, cuando George W. Bush asumió la presidencia a principios de 2001,
llegó la oportunidad de Wolfowitz. Escogido como Secretario Adjunto en el
Departamento de Defensa de Donald Rumsfeld convenció a su jefe para que nombrara
a Douglas Feith como Subsecretario de Política. El día después de la destrucción
del World Trade Center, el 12 de septiembre. Rumsfeld y Wolfowitz presentaron la
posibilidad de un ataque inmediato contra Irak durante una reunión de emergencia
del NSC. Al día siguiente, Wolfowitz realizó la información de prensa del
Pentágono, e interpretó la declaración del presidente sobre "terminar con
estados que auspicien el terrorismo" como un llamado a un cambio de régimen en
Irak. A Israel no lo mencionaron.
Douglas Feith: partidario de la línea dura, riesgo de seguridad
El nombramiento por Bush de Douglas Feith como Subsecretario de Política del
Departamento de Defensa a principios de 2001 debe haber sido una sorpresa, y un
presagio, incluso para veteranos conservadores de las administraciones Reagan y
de George H.W. Bush. Como Michael Ledeen, Feith es un escritor prolífico y un
conservador radical bien conocido. Además, no lo contrataron como consultor del
Departamento de Defensa, como Ledeen, sino como el tercer funcionario por su
importancia en el Departamento de Defensa de EE.UU. Feith fue ciertamente, el
primer, y probablemente último, alto funcionario del Pentágono que se ha opuesto
públicamente a la Convención de Armas Biológicas (en 1986), al Tratado de
Fuerzas Nucleares Intermedias (en 1988), a la Convención de Armas Químicas (en
1997), al Tratado de Misiles Antibalísticos (en 2000), y a todos los diversos
acuerdos de paz de Medio Oriente, incluyendo Oslo (en 2000).
Tal vez más revelador todavía, si el equipo de transición lo hubiera sabido, era
el punto de vista de Feith de la "cooperación tecnológica", tal como lo expresó
en un artículo en Commentary en 1992: "Es del interés de EE.UU. y de
Israel que se eliminen los impedimentos innecesarios para la cooperación
tecnológica entre ambos. Las tecnologías en manos de países responsables,
amigos, como Israel, sirven para impedir la agresión, reforzar la estabilidad
regional y al hacerlo promover la paz".
Lo que Douglas Feith no dijo, fue que él pensaba que algunos individuos podían
decidir por sí mismos si al compartir información confidencial realizaban
"cooperación técnica", una divulgación no-autorizada, o una violación del Código
794c de EE.UU., la "Ley del Espionaje".
Diez años antes de escribir el artículo de Commentary, Feith había tomado
una tal decisión por su propia cuenta. En esa época, marzo de 1972, Feith era
analista de Medio Oriente en la sección de Asuntos de Oriente Próximo y de Asia
del sur del Consejo Nacional de Seguridad. Dos meses antes, en enero, el juez
William Clark había reemplazado a Richard Allen como Consejero Nacional de
Seguridad, con la intención de limpiar la casa. Un total de nueve funcionarios
del NSC fueron despedidos, incluyendo a Feith porque había sido objeto de una
investigación de si había suministrado material confidencial a un funcionario de
la embajada de Israel en Washington. El FBI inició la investigación. Y Clark,
que había servido en la contrainteligencia del Ejército de EE.UU. en los años
50, tomaba muy en serio tales asuntos... de un modo más serio, al parecer, que
Richard Allen.
Feith, sin embargo, no se quedó desocupado durante mucho tiempo. Richard Perle,
que en 1982 servía en el Pentágono como Secretario Adjunto para Política
Internacional de Seguridad, lo contrató inmediatamente como su "Asesor Especial"
y luego como su suplente. Feith trabajó en ISP hasta 1986, fecha en que abandonó
el servicio gubernamental para formar una firma legal pequeña pero influyente,
residente en aquel entonces en Israel.
En 2001, Douglas Feith volvió al Departamento de Defensa como Subsecretario para
Política de Donald Rumsfeld, y fue en su oficina donde se creó la "OSP", la
Oficina de Planes Especiales. La OSP creó – un invento de punta a punta según
algunos – gran parte de la inteligencia que Bush, Cheney y Rumsfeld utilizaron
para justificar el ataque contra Irak, para mal-planificar la reconstrucción de
posguerra en ese país y luego para apuntar un dedo acusador contra Irán y
Siria... un deleite absoluto para el primer ministro Ariel Sharon.
Motivo de preocupación
Numerosos individuos con fuertes vínculos con países extranjeros han servido
al gobierno de EE.UU. con honor y distinción, y ciertamente lo harán en el
futuro. Sin embargo, los máximos funcionarios en nuestras ramas ejecutivas y
legislativas deberían tener mucho cuidado cuando hacen nombramientos a puestos
que tienen que ver con aspectos confidenciales de la seguridad nacional.
Deberían ser rechazadas las personas designadas que han demostrado, en su
servicio anterior para el gobierno, una disposición a sacrificar los intereses
de la seguridad nacional de EE.UU. a favor de los de otro país, o su incapacidad
de distinguir entre las dos cosas.
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Stephen Green es periodista independiente en Vermont. Su correo es: