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Medio Oriente - Asia - Africa

El papel de Jordania en la 'seguridad' de Israel en Palestina

Lamis Andonis*
CSCAweb (www.nodo50.org/csca

'Al-Ahram Weekly', núm. 298, del 8 al 14 de julio de 2004
Traducción para CSCAweb de Loles Oliván


"EEUU e Israel quieren usar a Egipto y a Jordania como instrumentos para socavar los derechos nacionales palestinos, asegurar su sumisión por la fuerza y causar el enfrentamiento civil en Palestina y Jordania"
La presión de EEUU e Israel para que Jordania asuma un papel en la seguridad de Cisjordania ha reavivado los temores históricos entre jordanos y palestinos de que la denominada "Opción jordana" [1] -un concepto israelí que trata de adjudicar la representatividad jordana sobre el pueblo palestino para llevar a cabo la tácita transformación del reino [de Jordania] en una patria substituta para los palestinos- se va a reavivar.
Responsables palestinos y jordanos han evitado cautelosamente expresar su recelo, parcialmente para evitar que estalle una crisis ya latente, pero igualmente porque ambas direcciones están sometidas a tremendas presiones por parte de EEUU para que cumplan las exigencias de Israel. Una cercada dirección palestina siente que no está en posición de cuestionar públicamente el papel de Jordania, en parte porque no querría hacer al gobierno jordano -que ya depende de la ayuda financiera y política estadounidense- más vulnerable a la presión de Israel y de EEUU. Por su parte, los responsables políticos jordanos se han mostrado poco dispuestos, incluso en reuniones mantenidas con los palestinos, a revelar la dimensión real de su proyectado papel en Cisjordania.
La ambigüedad oficial jordana
Una crisis abierta podría obligar a Jordania a aplicar de forma más rigurosa las restricciones sobre los movimientos de palestinos a lo largo del puente Husein, un punto de salida crucial para el pueblo y los bienes palestinos al resto del mundo. "[...] Arafat se siente extremadamente frustrado. Los jordanos no dicen nada en tanto que nosotros estamos recibiendo informaciones no confirmadas de los europeos, los israelíes y de fuentes jordanas no oficiales", sostiene un representante palestino establecido en Ramala (Cisjordania ocupada). Los responsables jordanos han insistido reiteradamente hasta ahora en que el papel de Amán se limitaría a entrenar a las fuerzas de seguridad palestinas, algo que ya ha venido haciendo desde 1994 [2].
Pero los responsables [jordanos] han indicado igualmente que podrían considerar otras opciones si fuesen solicitadas por los palestinos. Tales declaraciones, que permiten a Jordania no parecer que desafía los deseos estadounidenses, son altamente engañosas si se considera el cerco [al que está sometida] la dirección palestina y el deseo de Israel de que se someta a sus exigencias.
Oposición de las fuerzas palestinas
Así, no fue sorprendente que, a pesar de las divisiones internas palestinas y de la insatisfacción del propio Arafat, todos los grupos de la OLP y los ajenos a ella, desde Fatah y las facciones de la izquierda, a Hamas y a los grupos disidentes de la OLP, fueran abiertamente críticos con los papeles de seguridad jugados tanto por Jordania como por Egipto [en Cisjordania y Gaza ocupada, respectivamente]. En una contundente declaración, diez grupos palestinos urgieron a Egipto y a Jordania a que no se comprometan en ningún movimiento que pueda ayudar a Sharon. La declaración dice que el papel de la seguridad proyectado para esos dos países sugiere "[...] que el problema es el pueblo palestino y no la injusta ocupación de nuestra tierra" [3].
Muchos analistas palestinos así como algunos jordanos creen que Amán y El Cairo deben tener mucho cuidado en no ser utilizados por Israel para redefinir el conflicto en [los términos de] que la amenaza o el terror palestino -expresiones utilizadas por Israel y EEUU para describir a la resistencia palestina- debe ser contenido. La influencia potencial de la declaración colectiva, combinada con la influencia de Arafat y la insatisfacción de los palestinos que viven en Jordania -más de la mitad de la población del reino- han alarmado a Amán.
Oposición de los refugiados palestinos en Jordania
La actitud de los palestinos que viven en Jordania no está meramente influenciada por la OLP. La oposición al papel jordano en la seguridad [de Cisjordania] se ha extendido a lo largo de los once campamentos de refugiados palestinos, un factor que afecta a la seguridad del país.
A diferencia de hace una década, donde los nacionalistas jordanos temieron que los palestinos pudiesen hacerse con el control de reino -un temor que persiste en la actualidad- muchos jordanos se oponen intensamente a que Jordania actué a favor de Israel para acabar con la Intifada palestina. Muchos están convencidos de que el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, no tiene ninguna intención de acabar con la ocupación. Y con la construcción del Muro del Apartheid [4], la anexión de grandes asentamientos en Cisjordania y el cerco de facto en Gaza, Israel se las arreglará, en efecto para estrangular al pueblo palestino, provocando un lento éxodo a Jordania y adelantándose a la repatriación de los palestinos refugiados.
Jordania y Egipto instrumentos de Israel y EEUU
"[...] No debemos tomar parte en negar a los refugiados palestinos su derecho legítimo al retorno a sus hogares en Ramala, Yafa, Nablús o Hebrón", escribía Tareq Masarweh en el destacado periódico [jordano] ar-Rai. La opinión de Masarweh refleja una creencia compartida de que EEUU e Israel quieren usar a Egipto y a Jordania como instrumento para socavar los derechos nacionales palestinos, asegurar su sumisión por la fuerza y causar el enfrentamiento civil en Palestina y Jordania.
"[...] Este papel de seguridad no sirve al pueblo palestino; es un intento de garantizar el éxito del plan de Sharon socavando la unidad palestina, exonerando al ejército de ocupación [de su función] para situar la responsabilidad de hacer frente al pueblo palestino en los ejércitos árabes", escribe Fahed al-Fanek también en ar-Rai, de propiedad gubernamental. Al-Fanek, que en los años 80 y 90 fue conocido por su abierto rechazo a un papel de Jordania que condujera a la dominación palestina del reino, está proyectando nuevamente los temores de una confrontación jordano-palestina que beneficiaría a Israel y podría extenderse fácilmente en Jordania.
El cambio de énfasis de los comentaristas nacionalistas jordanos es parcialmente resultado del colapso del proceso de paz de Oslo, del escándalo por el Plan de Sharon [5] y de la irritación por el apoyo del gobierno [jordano] a la invasión y ocupación estadounidense de Iraq. Es igualmente resultado de un cambio fundamental en la estrategia israelo-estadounidense, que ha excluido completamente a la parte oficial árabe -por no mencionar a los propios palestinos- de las negociaciones para determinar el futuro estatuto de los palestinos. Visto desde esta perspectiva, los dictados israelíes apoyadas por EEUU para que Egipto y Jordania asuman roles de seguridad en la Franja de Gaza y en Cisjordania no tienen como objetivo hallar o crear [una] representación política árabe alternativa para el pueblo palestino.
Esta cuestión particular ya fue resuelta cuando EEUU hizo pública la declaración del presidente Bush [6] en la que efectivamente se daba a Washington y a Tel Aviv el derecho a resolver el conflicto palestino-israelí mediante acuerdos bilaterales. Al respaldar plenamente los planes de Sharon (de repliegue unilateral de la Franja de Gaza, con la anexión a Israel de grandes bloques de asentamientos de Cisjordania y negando a los refugiados palestinos el derecho al retorno) Washington básicamente está dando a los árabes la función de asegurar la sumisión palestina llevando a cabo las tareas de la seguridad en Cisjordania y la Franja de Gaza.
Para algunos esta fórmula trae el eco de la política colonial británica de finales del siglo XIX que creó el paisaje social y político de Palestina y Jordania [7].
"[...] EEUU quiere que Jordania asuma el mismo papel que las [antiguas] instituciones británicas coloniales para impedir la independencia de Palestina, permitir los planes sionistas y debilitar la resistencia árabe. Washington está utilizando descaradamente el chantaje explotando los temores jordanos de la inestabilidad extendiéndose en y desde Iraq y Palestina para forzar a Jordania a que cumpla [con las exigencias de EEUU e Israel]", escribe Mowafaq Mahadin, columnista de [el diario jordano] al-'Arab al-Yaum y un ávido estudioso de la historia de Jordania.
La ironía, por supuesto, es que si hace caso a Washington, Jordania puede correr un mayor peligro de socavar su estabilidad. Hasta ahora, sin embargo, Jordania parece mantener sus opciones abiertas. La declarada prioridad del rey Abdalah desde que sucedió a su padre en 1998 es no reclamar la representatividad Jordania de Cisjordania sino hacer "lo que haga falta" para asegurar la supervivencia del reino hachemí al Este del río Jordán. Un objetivo promovido bajo el vago eslogan de Jordania primero [8], una expresión integradora utilizada para justificar y silenciar la disidencia contra la política pro-estadounidense de Amán.
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La Fogata