Medio Oriente - Asia - Africa
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El Sida alimenta el negocio de la muerte en �frica
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Malawi, donde casi el 10 por ciento de la poblaci�n est� infectada por el VIH,
es uno de los epicentros m�s dram�ticos de la tragedia africana del Sida. La
enfermedad redujo la esperanza de vida de los 50 a los 38 a�os. Con ese
panorama, la escasa riqueza del pa�s est� en manos de los fabricantes de
ata�des.
"Cuando mi padre comenz� su negocio en 1967 s�lo fabricaba uno o dos al d�a,
ahora llegamos a hacer 20". Wilfred Chanache sabe que su pr�spero negocio de
ata�des tiene que ver sobre todo con la epidemia que asola su pa�s, Malawi. "Las
muertes aumentan cada d�a a causa del Sida".
Chanache, que regenta el 'Taller de Ata�des y Carpinter�a Chanache', es uno de
los empresarios que est� benefici�ndose de la pandemia que asola a este pa�s
sudafricano. Las cifras oficiales hablan de cerca de un mill�n de infectados por
VIH entre sus escasos once millones de habitantes y m�s de 640.000 v�ctimas
desde el a�o 1985.
Estos n�mero convierten a Malawi, junto con Zambia, Zimbawe, Botswana, Lesotho y
Sud�frica, en epicentro de la tragedia africana del Sida, una enfermedad que ha
contribuido a la escasez de alimentos debido al elevado n�mero de granjeros y
agricultores demasiado enfermos para trabajar sus tierras.
La esperanza de vida se ha reducido de los 50 a los 38 a causa del Sida en este
pa�s, uno de los m�s pobres del mundo, donde la escasa riqueza empieza a estar
en manos de los fabricantes de ata�des.
En el taller de los Chanache el suelo est� cubierto de serr�n, y los obreros
martillean los �ltimos clavos para rematar uno de sus ata�des. Tal es la
cantidad de trabajo que se han visto obligados a construir una morgue, con
capacidad para unos 52 cad�veres, porque el gobierno es incapaz de hacerse cargo
de la situaci�n.
En el dep�sito de cad�veres, Davis Kotokwa, embalsamador, admite que la mayor�a
de las v�ctimas que �l ha tenido que atender ten�a entre 15 y 35 a�os.
Aunque no todos los fabricantes son tan pr�speros como Chanache, muchos de sus
compatriotas se han apuntado al carro y los anuncios de ata�des pueden verse en
cualquier esquina de Blayntre, la capital de Malawi. "Nosotros fabricamos tres a
la semana", explica Vincent Chuluka, empresario. Empez� su negocio hace un a�o y
reconoce que todo es fruto del "boom del Sida".
En la misma calle, un poco m�s abajo, Zagwa Gumede regenta otro de los negocios
en alza en estos tiempos. Es fabricante de l�pidas. Hasta hace poco se dedicaba
a la construcci�n de casas, hasta que alguien le pidi� que fabricase unas
l�pidas para un cementerio.
El dinero que gan� con aquel encargo lo emple� en transformar y ampliar su
negocio. "Es mucho m�s rentable que hacer casas", reconoce.