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Medio Oriente - Asia - Africa

22 de april del 2004

Palestina: Las palabras nos han fallado

Amira Hass
Ha'aretz
Traducido para Rebelión por L.B.

Esto es la admisión de un fracaso. La palabra escrita fracasa en la tarea de hacer tangible a los lectores israelíes el auténtico horror de la ocupación en la Franja de Gaza. Si se escribe que a los palestinos se les ha cerrado el acceso al mar tanto al norte como al sur de la Franja, la respuesta será que "son terroristas". Si se escribe sobre las barriadas de la parte occidental del campamento de refugiados de Khan Yunis y de cómo los edificios están allí acribillados por impactos de balas de ametralladoras pesadas y por tiros de cañón, la respuesta será que "los palestinos empezaron". Cuéntese la historia de cómo la casa familiar de Yusuf Bashir, de 15 años de edad, de Dir al-Balah, ha sido transformada en una fortaleza militar, y en Israel dirán: "no hay opción, es necesario proteger la colonia de Kfar Darom, igual que Kfar Dekalim, Atzmona y Morag".

Una crónica sobre cómo los soldados del puesto militar contiguo a la casa de Yusuf autorizaron a un equipo de la ONU a acceder al patio de la familia será utilizada en Israel para demostrar el talante humanitario de los soldados, que están dispuestos a correr riesgos en el cumplimiento de su deber. Y cuando se informa de que de pronto uno de esos soldados -un oficial, tal como declaró más tarde la portavoz del ejército israelí-"disparó contra las ruedas de un vehículo sospechoso" (el automóvil de la ONU), en Israel eso se convertirá en un tiroteo que nunca existió. Y entonces se informará de que el chico, Yusuf Bashir, recibió un tiro en la espalda mientras agitaba su mano para despedir a los visitantes de la ONU y que es posible que permanezca paralítico por el resto de su vida -tal vez la palabra "paralítico" haga que algunos pocos lectores hagan una pequeña pausa en su lectura. Pero hay tantas historias sobre tantos Yusufs que nunca son difundidas y nunca lo serán...

Admitir el fracaso de la palabra escrita no significa revalorizar el papel de la fotografía. Indudablemente, una fotografía puede valer más que mil palabras, pero para que la ocupación israelí alcance un cierto nivel de comprensión los israelíes necesitan ver decenas de millares de fotografías, una detrás de otra, o ver documentales de al menos ocho horas de duración cada uno, hasta que puedan captar en tiempo real el miedo en los ojos de los escolares cuando un silbido sobre sus cabezas se convierte repentinamente en una pila de metal retorcido con cuerpos carbonizados en su interior.

Otra película debería mostrar a los espectadores israelíes los viñedos de Sheikh Ajalin, los maduros racimos, los campesinos que durante años mimaron con amor y cuidados infinitos el dorado fruto... sólo para verlo convertido en tierra quemada tras el paso de los tanques y bulldozers israelíes. No se ha producido ninguna película que permita a los israelíes degustar las maravillosas uvas de Sheikh Ajalin. Ahora los viñedos han desaparecido para que los puestos militares puedan proteger la colonia de Netzarim.

¿Cómo podrían las fotografías ilustrar los siguientes hechos?: desde el 29 de septiembre hasta el 8 de marzo 94 israelíes han muerto [en la Franja de Gaza] -27 civiles y 67 soldados, según el ejército israelí. Desde esa misma fecha hasta el 18 de febrero del 2004, 1.231 palestinos han muerto ¿Eran todos ellos terroristas? A falta de una agencia palestina existen divergencias entre los datos aportados por los diferenets grupos palestinos y ninguno admite que sus cálculos sean un 100% correctos.

El grupo pro derechos humanos Mezan con base en el campamento de refugiados de Jabalia descubrió que los disparos del ejército israelí mataron en la Franja de Gaza a 81 mujeres; 344 niños de menos de 18 años cayeron abatidos por disparos del ejército israelí; 255 miembros de las fuerzas de seguridad y de la policía palestina, murieron a veces en sus puestos y frecuentemente en combate; 264 de esas personas estaban armadas y participaron en enfrentamientos contra el ejército israelí o trataron de atacar puestos militares y asentamientos judíos. Por lo que respecta a los asesinatos selectivos llevados a cabo por el ejército israelí, 46 de las personas asesinadas eran el objetivo de los ataques y 80 eran simplemente personas que pasaban por allí y que perecieron asesinados con "precisión quirúrgica".

El fracaso a la hora de hacer comprender todo eso a los lectores israelíes no se debe a la debilidad de las palabras o a la ausencia de fotografías. Se debe a que la sociedad israelí ha aprendido a convivir apaciblemente con los siguientes datos: en la Franja de Gaza hay 8.000 judíos y 1,4 millones de palestinos. La superficie total de la Franja de Gaza es de 365 kilómetros cuadrados. Las colonias judías ocupan una superficie de 54 kilómetros cuadrados. Si añadimos a la superficie ocupada por las colonias judías las áreas ocupadas por el ejército israelí según los acuerdos de Oslo, resulta que un 20% de la Franja de Gaza permanece bajo control israelí. En otras palabras: el 20% del territorio para el 0,5% de la población.

La misión del ejército israelí es proteger la seguridad del 0,5% israelí, que ocupa grandes extensiones de terreno, goza de libertad de movimientos, disfruta de oportunidades de desarrollo y dispone de agua fresca a raudales, en contraste con el salobre líquido adjudicado a los palestinos. Las posiciones militares israelíes aparentemente destinadas a proteger a las colonias se hallan emplazadas en el interior y en los márgenes de los asentamientos y dominan todos los barrios circundantes donde habita la población civil palestina.

La proximidad de cada uno de los asentamientos judíos en fase de continua expansión con respecto a la comunidad palestina tan densamente poblada y concentrada en condiciones de asfixiante hacinamiento es la causa del gran número de víctimas palestinas de la Franja de Gaza, entre ellas muchos civiles. Esa proximidad determina las flexibles reglas de combate, el tipo de bombas que se fragmentan en pedazos, los aeroplanos no-tripulados que disparan misiles.

El ejército israelí opera inmerso en la lógica de esos arrogantes, cínicos y despiadados asentamientos de unos privilegiados y bien alimentados pocos que tienen sus reales aposentados sobre las únicas reservas de terreno de que disponen los palestinos de la Franja de Gaza. A pesar de todo lo que se dice sobre la "retirada" [israelí de la Franja de Gaza], la sociedad israelí debe aún mostrar signos de que se está sacudiendo la descaradamente inmoral lógica que alimenta la existencia misma de sus asentamientos. Y ello es tan válido para la Franja de Gaza como para Cisjordania.

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