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Medio Oriente - Asia - Africa

24 de febrero del 2004

Un misionero español denuncia que la comunidad internacional ha olvidado a Uganda porque "no tiene petróleo"

Eduardo González. Rebelión

El misionero comboniano español José Carlos Rodríguez Soto denunció hoy la lentitud de la comunidad internacional para poner fin al conflicto que enfrenta en el norte de Uganda al Ejército con los rebeldes del Ejército de Resistencia del Señor (LRA) y afirmó, en declaraciones a Europa Press, que este olvido se debe a que en Uganda "no hay petróleo ni intereses estratégicos o comerciales". Asimismo, aseguró que la crisis en el país "es peor que la de Irak", pese a lo cual "no hay ni un solo periodista extranjero acreditado en Uganda", y acusó abiertamente a Sudán de ser el único suministrador de armas al LRA, sin que ningún país haya presionado a Jartum por temor a perder sus suministros de petróleo.

El LRA perpetró el pasado sábado por la noche una de las peores matanzas de su historia en el campo de desplazados de Barlonyo, en el distrito de Lira (a 360 kilómetros al norte de Kampala). Los rebeldes bombardearon el campamento y posteriormente incendiaron medio millar de cabañas, en las que se habían refugiado muchos desplazados (sobre todo mujeres y niños), que murieron carbonizados. El resto, hasta al menos 220 muertos, fueron pasados a cuchillo.

Según Rodríguez Soto, es muy posible que los autores de la matanza fueran antiguos niños soldado secuestrados y que las víctimas fuesen incluso familiares de los atacantes. "La guerrilla del LRA está formada en un 90 por ciento por secuestrados", recuerda el misionero. "El típico combatiente es una persona secuestrada a los 9 o 10 años de edad, a la que se arranca de su familia, se le brutaliza, se le lava el cerebro y se le hace cometer barbaridades contra su propia familia", afirmó. Luego, ya no se atreven a regresar a sus hogares, "por miedo a venganzas".

Según las organizaciones humanitarias, desde el inicio del conflicto en 1986, el LRA ha secuestrado alrededor de 20.000 niños. Según Amnistía Internacional (AI), el LRA cuenta en la actualidad con entre 4.000 y 5.000 niños soldados. Las niñas son obligadas a ejercer como esclavas sexuales de los comandantes.

El padre Rodríguez Soto pertenece al Intituto Libre de Religiosos por la Paz en la región 'acholí', que agrupa desde 1987 a católicos, protestantes, ortodoxos y musulmanes y que trabaja por una solución negociada del conflicto, ya que el Gobierno se ha mostrado "incapaz de conseguirlo por la vía militar". Desde julio de 2002, el Instituto se ha reunido hasta 20 veces con el LRA y "si no hubiera interferido el Ejército, que atacó hasta tres veces mientras estábamos reunidos, estoy seguro de que hubiéramos sacado algo", lamentó.

En todo caso, el misionero cree que la solución no depende sólo de los esfuerzos locales, y lamentó al respecto que la comunidad internacional "está yendo muy despacio" para acabar con la situación debido, a su juicio, a que en Uganda "no hay petróleo, ni reservas minerales ni intereses estratégicos o comerciales".

Citando al secretario general adjunto para Asuntos Humanitarios de la ONU, Jan Egeland, Rodríguez afirmó que la situación en Uganda "es peor que la de Irak", pese a lo cual "no hay ni un solo periodista extranjero acreditado" en este país africano, frente a los "cientos o miles" que hay en el país árabe. Es una "realidad silenciada", aseveró.

El LRA, cuyos combatientes son conocidos popularmente como los 'olum' ('hierba', en lengua 'acholí'), lucha por la instauración de un régimen basado en los Diez Mandamientos, bajo la dirección de su líder Joseph Kony, quien se define a sí mismo como la "voz de Dios en la Tierra". Desde el inicio del conflicto ha habido más de 100.000 muertos y 1,2 millones de desplazados, según datos de la agencia misionera MISNA.

EL PAPEL DE SUDAN

Según Rodríguez Soto, el LRA "no tendría ninguna fuerza sin el apoyo del Gobierno de Sudán". Este país, afirmó, suministra "todas" las armas con que cuenta el LRA, que "le bastan y le sobran" para sus acciones, y al respecto recordó que durante el ataque del pasado sábado se vio armamento antiaéreo y artillería antitanque.

El problema, añadió, es que "nadie se ha puesto firme con Sudán para decirle que o deja de apoyar al LRA o será sancionado", e incluso el año pasado, los Verdes y los socialistas felicitaron en el Parlamento Europeo a Sudán por dejar de armar al LRA, cuando la realidad es que Jartum "sigue dándoles armas hasta hoy", denunció. El problema, afirmó, es que "a muchos países no les interese ponerse a mal con Sudán a causa de sus suministros de petróleo".

El misionero cree que el conflicto no tiene ninguna relación con posibles diferencias étnicas en la región. Pese a que la comandancia del LRA --procedente en gran parte de antiguos oficiales del Ejército de regímenes anteriores al actual de Yowei Museveni-- sea fundamentalmente 'acholí', "no tiene el apoyo de la población de esta etnia; precisamente por eso la atacan, como represalia".

ACUSACIONES A KAMPALA

Rodríguez Soto fue muy crítico también con las autoridades de Kampala, e incluso acusó al Ejército de haber perpetrado ataques contra la población civil, que vive "entre dos fuegos". Al respecto, recordó que el pasado 1 de febrero se declaró un incendio en el campo de refugiados de Babó, con 63.000 desplazados, que duró cuatro o cinco días, y que algunos testigos le dijeron que había sido provocado por el Ejército durante una operación de búsqueda de armas.

Asimismo, explicó que el Gobierno "siempre ha minimizado" la gravedad del conflicto. "Lleva meses diciendo que la guerra ha acabado, y cada vez que lo dice, los guerrilleros cometen una nueva barrabasada", afirmó.

Estas y otras críticas le han valido una amenaza de expulsión por parte de las autoridades. El pasado 12 de febrero tuvo que comparecer ante la Comisión de Seguridad de Defensa e Interior del Parlamento ugandés para explicar ciertas declaraciones que "sentaron mal" al Ejército, según explicó entonces a Europa Press el director de la revista comboniana 'Mundo Negro', Francisco Carreras. "Yo estoy aquí hasta que me echen, aún no me ha llegado ninguna notificación oficial", afirmó hoy Rodríguez Soto.