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Medio Oriente - Asia - Africa

25 de febrero del 2004

Palestina: Enseñándoles quién es el jefe

Amira Hass
Haaretz

Durante los últimos tres años y medio, S., un veterano conductor de ambulancias, ha estado evacuando a víctimas heridas por disparos del ejército israelí y los cuerpos de aquéllos que han muerto en la línea de fuego en Rafah. Temprano, la mañana del 8 de febrero, le llamaron para recoger a un hombre anciano el cual estaba sufriendo un ataque de ansiedad. Su casa, el hogar familiar de los Abu Labada, había sido tomada por una unidad de las Fuerzas Israelíes de Defensa; su hijo Ashraf que no era conocido en Rafah por estar en la lista de los buscados por el ejército, huyó de casa, le dispararon y murió. Los soldados no encontraron el túnel que estaban buscando. Los otros hijos fueron arrestados. Sólo las mujeres y los niños quedaron en la casa, mantenidos cautivos por los soldados y los tanques que tomaron posiciones alrededor de la casa durante las siguientes 15 horas.

Incluso la tarea de evacuar al anciano en ambulancia no era, en absoluto, nada sencilla. A pesar de la coordinación entre los oficiales de enlace israelíes y palestinos, la primera ambulancia que fue despachada retrocedió sobre sus huellas cuando los disparos fueron dirigidos a ella desde uno de los vehículos blindados israelíes. S. entró en la segunda ambulancia con otro médico de dotación. Ellos, también, tenían el visto bueno de los oficiales de enlace en ambos lados.

La distancia entre S. y el primer tanque que él vio cerca de la casa era de unos 200 metros. El tanque bloqueó su paso a la entrada. Por la radio, le dijeron que adelantara. Adelantó unos 20 metros, y entonces dispararon varios tiros que impactaron en el suelo al lado de la ambulancia. S. que tiene bastante experiencia en estas cosas, no tuvo ningún problema para captar: Detente donde estás. Entonces él buscó con la mirada un camino alternativo hacia la casa, y lo encontró.

Antes de que, al fin, llegara a la puerta delantera de la casa(una distancia de aproximadamente 400 metros), tuvo que pasar un tanque, y después otro, teniendo que esperar durante 15 minutos delante del primero, (hasta que le hizo luces sus luces y se movió a un lado y le permitió pasar), mientras tanto constantemente iba informando al distribuidor de las ambulancias sobre el desarrollo de cuanto acontecía. "Tengo cuidado, porque sé cuan asustados están los soldados de los tanques", S. explicó.

Una vez en la casa de Abu Labada, un médico del ejército lo llevó hasta el padre, con la intención de trasladarlo él a la ambulancia. Pero en ese momento, un oficial lo llamó, y lo condujo al patio exterior, donde el citado oficial le mostró el cuerpo de un hombre muerto (cuya identidad era todavía desconocida para S.). S. se negó a transportar el cadáver y el paciente vivo en la misma ambulancia. El oficial le permitió solicitar otra ambulancia. Mientras tanto, relata, el oficial que tenía una cámara pensó fotografiar el cuerpo. Había una jaula de pollos en el patio. Perturbados por todo el tumulto, los pollos empezaron a batir sus alas. Los susurrantes sonidos alarmaron al oficial que dejó caer la cámara, saltando por los aires, mirando frenéticamente en todas direcciones y agarrando su rifle. "El soldado israelí tiene miedo de una jaula de pollos," S. pensó. Este miedo es otro aspecto del control israelí de la Franja de Gaza.

Cuando los soldados en Gaza no están en tanques o otros vehículos blindados, Se ocultan tras posiciones reforzadas de hormigón con estrechas aberturas para las armas - como las dos posiciones del bloqueo de la carretera de Gush Katif que imponen el movimiento de miles de automóviles y camiones que hacen su viaje a lo largo de la principal arteria de tráfico de la Franja de Gaza en sentido Norte- Sur. Allí, resguardados, viendo pero sin ser vistos, enseñan a los palestinos todos los días exactamente quién es el jefe. No hay ni uno a quien hablarle. El bloqueo de la carretera cierra durante toda la noche a las 8 de la tarde.

El martes pasado, el 10 de febrero, a las 5:15 de la tarde, una larga columna de automóviles se había formado detrás del bloqueo sur de la intersección de Gush Katif (una posición de hormigón y un semáforo que controlan los soldados que lo alternan de rojo a verde sucesivamente). De las 3 de la tarde en adelante, los conductores en el límite dicen, que adelantaron a razón de una velocidad de 20 metros por hora. Lo que significa nada. El mismo caso era para los automóviles que venían del norte. Hasta las siete de la tarde, el límite del sur se movió quizás 100 metros. La tensión, empujó a los conductores a formar cuatro filas en lugar de dos. Una soldado de la Oficina del Portavoz del Ejército llamó para decir que ella habló con los soldados de la barricada de bloqueo para averiguar que estaba pasando, y que ellos "no estaban familiarizados" con el problema, que quizá había un accidente de automóvil. En otras palabras, que no tenía ninguna importancia operacional (como si la tienen los avisos de los servicios de inteligencia, las precauciones de seguridad o un convoy especialmente largo de automóviles dirigiéndose a los asentamientos).

No, el Portavoz de las IDF fue informado por un informador directamente en el campo, con 200 metros de alcance visual y soldados ocultos. No había ningún accidente. La soldado continuó: en todo caso, no son nuestras fuerzas las que están ocasionando están causando la retención. A lo que el informador sobre terreno respondió: "Pero nuestras fuerzas están controlando el semáforo, y la luz está en rojo, y la columna no está moviendo."

Mientras tanto, los automóviles del otro lado se estaban empezando a mover, hasta que el otro lado de la barricada fue completamente vaciado de automóviles en espera. A las 7:47 de la tarde, nuestras fuerzas cambiaron el semáforo del sur de rojo a verde. Aburridos soldados que se divierten a nuestra costa, los choferes de la fila concluyeron.

Éste también es un aspecto del control de Israel en la Franja de Gaza, pero no hay normalmente nadie para contrastar con la Oficina del Portavoz de las IDF y que oiga decir que no hay ninguna razón operacional para retrasar durante varias horas el paso de ambulancias, camiones que transportan comida, autobuses y automóviles, que llevan maestros, alumnos, médicos, pacientes y simples pasajeros.

18 de febrero de 2004
Traducción para El Observatorio de Palestina: Carlos Sanchis