Medio Oriente - Asia - Africa
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LA PALESTINA POST-ARAFAT
¿O democracia o el infierno?...
Bruno Kampel
¿A alguien con dos dedos de frente se le podría ocurrir proponer que el
judaísmo fuera la nueva religión del Vaticano?...
¿A alguien con dos dedos de frente se le podría ocurrir proponer que el pueblo
judío asumiera a Cristo como su Mesías?...
¿A alguien con dos dedos de frente se le podría ocurrir proponer que los muertos
resucitaran por decreto?...
¿A alguien con dos dedos de frente se le podría ocurrir proponer que la hoz y el
martillo se transformaran en los símbolos del capitalismo?...
Entretanto, no son pocos los que proponen como condición sine qua non , que
países -la mayoría de las naciones árabes y el pueblo palestino - adopten el
sistema democrático como forma de gobierno, a pesar de que tanto los pueblos de
esos países en general como el pueblo palestino en particular estén 'gobernados'
por un poder religioso situado más 'arriba' de todos los sistemas de gobierno (a
excepción de las dictaduras militares).
Democracia no se impone por las armas ni por decreto presidencial, porque ella
existe como consecuencia de un acuerdo entre las diferentes tendencias e
ideologias que componen la sociedad, por el cual todos se comprometen a
renunciar a cualquier poder que emane de cualquier instancia que no sea el
gobierno legalmente constituido.
Es por eso que en todos los países, reinos, emiratos y principados donde la
religión desempeña un papel preponderante, la democracia no existe, o donde
'existe', no pasa de ser un simple adorno sobre la heladera del fundamentalismo
religioso.
La libertad individual es indispensable para que la democracia representativa
pueda echar raíces que penetren en el suelo de la sociedad, y en todos los
lugares en los cuales la religión es la última palabra, la democracia no logra
fructificar como sería deseable, ya que 'la palabra de dios', invocada con
destreza profesional por los voceros oficiales del 'más allá', es tan
indiscutible cuan definitiva. Podemos encontrar ejemplos que ratifican lo dicho
en la mismísima América profunda, donde el evangelismo televisivo determina para
millones de personas quién es el candidato de dios (Bush) y quién del diablo (Kerry).
Los fundamentalismos religiosos de todos los colores (principalmente el judío,
el cristiano y el musulmán) impiden el pleno ejercicio del libre albedrío, que
es el combustible que hace funcionar el motor de la democracia. Por eso es que
muchos de los países considerados 'democráticos' no lo son de hecho, porque una
parte muy considerable del pueblo no aprendió a comparar para poder elegir, y
eso porque a la mayoría de los gobiernos de la mayoría de los países
'democráticos' no le interesa educar y enseñar a elegir. Pero bueno, ese es otro
tema.
Pienso que colocar la instauración de la democracia como precondición para la
creación de un estado palestino libre y soberano es lo mismo que intentar
imponer a países no desarrollados soluciones macroeconómicas aplicables a los
estados ricos, como por ejemplo las recetas del FMI: un seguro y rotundo
fracaso.
Imponer una democracia formal a pueblos que no están ni organizados ni
preparados para recibirla y ejercerla es abortar ab initio un proceso que de
otra forma menos impositiva podría llegar a convencer a esos mismos pueblos que
la democracia representativa es la forma de gobierno que más les conviene, ya
que la jerarquía religiosa - amenazada por la pérdida de poder que tal cambio
representaría para ella -instigaría a los fieles con sermones apocalípticos y
homilías amenazadoras a oponerse al derecho de poder elegir, acusando a quienes
lo propongan de ser ni más ni menos que terribles enemigos de la 'voluntad
divina'.
Solamente el tiempo puede administrar las pequeñas dosis de cambio que deben ser
inyectadas progresivamente en las venas de los pueblos para que estos no caigan
víctimas de una sobredosis letal. Cuanto más anclado esté el pueblo en
fetichismos o dogmas de fe, menor será la dosis y mayor el tiempo requerido para
la adecuación a la libertad de pensar por cuenta propia.
Por lo tanto, el sistema 'tribal' que impera en muchos pueblos y países del
mundo no puede ser considerado como un obstáculo obligatoriamente insalvable, ya
que tal tipo de 'administración' de la ciudadanía no exige el uso de la fuerza
bruta, sino tan solo la aceptación implícita y explícita de los ciudadanos, lo
que deja una puerta abierta al cambio pacífico hacia un sistema menos opresor.
La no-democracia del pueblo palestino no debe servir como pretexto para
postergar la creación de un estado propio, ya que se trata de una enfermedad
benigna que buenos gobiernos curan para siempre. Cualquier intento de imponer
democracia (como se pretende en Irak) resultará en una de dos: o una democracia
tutelada (que no es democracia) o una dictadura disfrazada , que viene a ser lo
mismo.
No hace mucho Europa vivía bajo regímenes feudales. No hace mucho el continente
americano era un amontonado de colonias. No hace mucho China y Japón eran
propiedad de dinastías omnipotentes. No hace mucho la Unión Soviética imponía
por la fuerza sus deseos a no pocos países periféricos en los cuales los
políticos locales reinaban pero no gobernaban.
No veo por qué el Medio Oriente no pueda transformarse a medio plazo en un
espacio democrático donde la voluntad popular sea el verdadero gestor del
interés popular. Es solo una cuestión de tiempo y de paciencia, porque en ese
juego del todo o nada que se desarrolla en Oriente Próximo, o se paga para ver
las cartas del adversario, o se pierde por no arriesgar.
Bastan unas pocas horas para que un golpe militar incruento transforme una
democracia en una dictadura, porque dichos golpes se dan en pequeños escenarios
y con muy pocos actores, pero los efectos de una dictadura - militar o religiosa
- requieren una generación o más para desaparecer y transformarse en una
democracia, porque sus metástasis malignas enferman a casi todo el cuerpo
social.
No hay tres, porque una de dos: O le damos tiempo al tiempo, o estaremos
perdiendo el tiempo, porque cada día que se desperdicia cuesta años recuperarlo.