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Medio Oriente - Asia - Africa

El gobierno ruandés no confía en el desarme voluntario

Ruanda rechaza el plan de la ONU

BBC Mundo

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas recibió una dura crítica de Ruanda sobre los planes del organismo para el desarme voluntario de los rebeldes ruandeses con bases en la República Democrática del Congo

El Consejo de Seguridad se encuentra de gira especial por África Central para intentar ponerle fin a una década de genocidio y conflicto armado que ha cobrado por lo menos 4,5 millones de vidas.
Durante una reunión con los embajadores, el presidente ruandés, Paul Kagame, criticó la tácticas de la ONU.
Kagame dijo que intentar desarmar a los rebeldes de manera voluntaria no funcionaría.
El problema de los rebeldes ruandeses que operan desde bases en la RD Congo y la línea dura que ha adoptado el gobierno de Ruanda en su contra es una de las amenazas más fuertes contra la estabilidad en África Central.
DR Congo y Ruanda han sostenido varias guerras debido a grupos rebeldes operando en sus fronteras.
"Hacer la guerra"
Una fuerza de mantenimiento de paz de la ONU en DR Congo empezó a patrullar la zona, donde los rebeldes ruandeses tienen sus bases, para instarlos al desarme.
Pero Kagame, que acusa a los rebeldes de estar entre los que perpetraron el genocidio de los tutsis y opositores del gobierno en 1994, dijo a la BBC que el desarme voluntario no tendría éxito.
De acuerdo a los diplomáticos, en la reunión a puerta cerrada con el Consejo de Seguridad, Kagame supuestamente dijo que "si quieren paz, deben hacer la guerra".
Las declaraciones fueron un desaire directo a la fuerza de mantenimiento de paz de la ONU en DR Congo, la cual Ruanda critica de inefectiva contra los rebeldes.
La postura del presidente ruandés presenta un evidente peligro.
El líder de uno de los ejércitos más poderosos de la región está implicando seriamente que si la ONU no puede lograr el desarme de los rebeldes, él lo hará - tal vez a la fuerza.
Kagame afirma que está tratando de evitar un nuevo genocidio. Sin embargo, su férrea postura también deja en entredicho los planes de paz de la ONU para la región centroafricana.